Voces disidentes y estimulantes, dentro de Morena
Arturo Reyes Isidoro
“Algo está podrido en el estado de Dinamarca” o “Algo huele a podrido en Dinamarca” (“Something is rotte in the state of Denmark”) se lee en Hamlet, de Shakespeare (la frase apareció en 1601). En la Enciclopedia de la política, Rodrigo Borja dice que en la vida política con esa frase se designa las cosas que no marchan bien en un país por causa de la corrupción. En contraparte se acuñó otra frase, usada y popularizada en nuestro medio hasta la actualidad: “No todo está podrido en Dinamarca”, para decir que no todo está mal.
Como en esa Dinamarca, en México y en Veracruz, por fortuna, no todo está podrido.
Ante la flagrante violación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a muchas leyes por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien está militarizando el país y encaprichado en que la policía pase a manos del Ejército, y ante los reiterados abusos de los concesionarios de grúas en el estado, en complicidad con la policía estatal, contra la indefensa población veracruzana se han hecho escuchar las voces del subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, y del líder de la mayoría de Morena en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, para expresar su inconformidad.
La tarde del martes pasado, en un acto público Encinas se opuso abiertamente al presidente, reiteró su postura de apegarse a la Constitución y que las instituciones policíacas sean encabezadas por civiles y no por militares. Es de admirarse su valentía y su honestidad personal de disentir públicamente del titular del Ejecutivo federal, su jefe político además, de atreverse a decirle que no, que está mal, de no agachar la cabeza ni someterse, menos de aplaudir en forma vergonzosa solo por quedar bien y por conservar el hueso político, a lo que muy pocos se atreven.
En el estado, por fin una voz oficial, la del diputado Gómez Cazarín, ha escuchado el clamor de la población, que está siendo asaltada a diario con total impunidad por parte de la propia policía, y no se ha andado con rodeos al calificar como actos de corrupción las extorsiones y cobros, hasta de 30 mil pesos, que hacen a los automovilistas con el pretexto de que cometieron cualquier infracción. Ha dado su propio testimonio: “a veces, entre las 10 y 11 de la noche, aquí en Xalapa, se ve infinidad de vehículos y tráileres detenidos por Tránsito del Estado, para pedirles ‘mochada’. ¡Eso no puede estar pasando en Veracruz!”, pero pasa, y aunque desde mayo viene clamando: “no más extorsiones y cobros ilegales a los ciudadanos”, es la hora en que los atracos no cesan.
Más grave todavía es que personalmente ha enterado de lo que sucede al propio secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado (“le he hablado a las 3-4 de la mañana porque el pueblo se queja; siempre me ha atendido, pero quiero que esa atención sea siempre para el pueblo, no para un diputado”), quien por lo tanto sabe muy bien lo que está haciendo la policía bajo sus órdenes, pero no hace nada por remediar la situación. Ahora, nuevamente emplazó al jefe policíaco a que presente ya el reglamento para la operación de las grúas, pues, dijo, de lo contrario los diputados se manifestarán en apoyo a los ciudadanos.
Esas voces discordantes oficiales, dignas de admiración, son vivo testimonio de que muchas cosas están mal tanto en el gobierno federal como en el del estado, en un caso porque el mismo presidente las promueve y en otra porque el propio gobernador las tolera, y que no es cierto que sean cosas de la prensa crítica o de quienes disienten. Qué bueno que Encinas y Gómez Cazarín son y se muestran receptivos al clamor ciudadano, que demandan apego a la legalidad, por lo que merecen un abierto y amplio reconocimiento. Con ellos, en sus posturas, hay que persistir en defensa de los intereses de México, que es decir de los mexicanos.
Zenyazen le toma la palabra a Mario Delgado y ya se promueve
El secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar García, le tomó la palabra al dirigente nacional de Morena, quien el domingo dijo en Minatitlán que todos tienen derecho a participar como aspirantes a gobernar en 2024, y desde el martes creó grupos de chat por regiones con periodistas de todo el estado.
Fuentes allegadas al funcionario confirmaron al columnista que los grupos de chat tienen la intención de promover su imagen, con el propósito de irse posicionando entre el electorado porque pretende inscribirse en la consulta que se realizará dentro de un año para determinar quién será el candidato a suplir a Cuitláhuac García Jiménez.
En realidad, se viene promoviendo entre los representantes de la prensa desde junio pasado cuando inició celebraciones por el Día de la Libertad de Expresión y todavía el mes pasado continuaba recorriendo el estado con ese mismo motivo. Solo hizo un alto con la aprobación de la Ley Nahle, pero está decidido a competirle y ha reanudado su actividad preelectoral interna.
Surgen expresiones de repudio a Cisneros y vandalizan su imagen
Ni un mes ha durado limpia la imagen del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, en un mural en la ciudad de Misantla, porque ayer, en una clara muestra de repudio a su persona, el cuadro fue vandalizado y su rostro pintarrajeado y batido con pintura de tono guinda.
El autor o los autores, seguramente por temor a represalias, intentaron hacer creer que el ataque fue obra de un cártel de la delincuencia organizada, dejando pintadas las que parecen ser una iniciales de cuatro letras, lo que nadie creyó pues esas organizaciones criminales se ocupan de cuestiones de otro tipo, de mayor importancia.
Hay tres versiones de los motivos de la imagen, que se interpretó como un acto de culto a la personalidad del secretario: que fue él mismo quien pidió que le dieran trato de héroe o prohombre y lo “inmortalizaran” en la obra, que fue iniciativa del alcalde Javier Hernández Candanedo, en un acto rastrero y de sumisión al funcionario, y que lo pintaron tres jóvenes en agradecimiento porque ha promovido a su ciudad.
Pero eso ha quedado atrás, pues ahora lo que se puso de manifiesto es que hay repudio ciudadano hacia su persona, pero también hacia la actitud servil del alcalde que lo permitió, y que los veracruzanos no aprueban ni aceptan el regreso a rancias prácticas propias del priismo, que como oposición los militantes de Morena tanto criticaron.
También fue público y notorio que el funcionario estuvo de acuerdo en que se le tratara de glorificar, cuando el gobierno todavía no termina y no se sabe cuál será el balance final de su actuación como secretario de Gobierno, pues en ningún momento tuvo la intención de agradecer el gesto pero pedir que se borrara su imagen, luego de que los medios hicieron ruido por el hecho.
Vecinos de Misantla comentaron al columnista su temor de que el acto vandálico haya enfurecido al funcionario y se dedique a buscar culpables para proceder solo por sospechas contra quien se le ocurra, pues dicen que saben bien la amarga experiencia que vivieron muchos veracruzanos cuando les aplicaron el delito de ultrajes a la autoridad y muchos todavía permanecen en prisión.
No se sabe si intentarán reparar el daño, aunque se da por descontado que cuantas veces lo hagan cuantas veces lo volverán a vandalizar, pues en la historia en Veracruz hay muchos ejemplos de que cuando el pueblo repudia a una figura pública, la repudia para siempre.