EN EL CHILATOLE DE HOY: Glosario electoral

David Fernández Opinión

Pírrico, bizantino y gatopardo, son tres términos que me vienen a la cabeza cuando veo el debate que se ha generado en torno a la reforma electoral propuesta por nuestra cabecita santa de algodón (Dios nos lo tenga en la silla muchos años más).

Pirro, fue un general rey de Epiro, famoso por su osadía se le recuerda por haber ganado dos batallas contra los romanos, pero con pérdidas tan elevadas que expresó: “otra victoria como esta y moriremos todos”. Nació así la victoria pírrica, un triunfo que, aunque se haya ganado, resulta más caro que la derrota.

En eso pienso cada vez que la oposición busca mostrar músculo político. Como cuando rechazaron la reforma energética y el presidente con un decreto protegió el litio al mismo tiempo que los exhibía como traidores a la patria o como cuando decidieron no votar ninguna propuesta de Morena cuando solo basta con la mayoría de la 4T para aprobarlas o como con sus marchas en las que solo llegan un grupúsculo (nunca mejor usada esa palabra) de empresarios de mediana categoría y empleados de alto salario (porque los verdaderamente billetudos no se paran por ahí). Como la marcha convocada en “defensa de la democracia” este 13 de noviembre, en la que solo quedará más en evidencia que lo único que están defendiendo es el derroche de recursos del INE.

El término “Bizantino” fue dado por la historiografía del siglo XVI al imperio Romano de Oriente, para diferenciarlo culturalmente del Imperio Romano Occidental que desapareció en el siglo V d.C. Durante este imperio romano –que duró mil años más- florecieron las artes, la ingeniería, la arquitectura y el cristianismo. De hecho, las discusiones sobre si Dios y Jesús eran uno, pero dos al mismo tiempo; si los ángeles tenían sexo o no; si el Apocalipsis estaba próximo o lejano; se daban con frecuencia en las calles entre la alta sociedad mientras el pueblo llano tenía que trabajar para comer. Es decir, eran discusiones que simplemente no llevaban a nada.

A eso me suenan las bravatas opositoras cuando dicen que el peje se va a perpetuar en el poder, que se va a terminar con la democracia, etc. porque Morena no tiene los votos suficientes para hacer pasar su reforma… y en caso de que pasara, no sería la de Morena, sino una conformada por la pluralidad del Congreso.

“El Gatopardo” es la única novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Muchos autores con una abundante producción literaria no logran trascender mientras que este hombre con una sola obra fue llamado a estar entre los olímpicos de la literatura, gracias a una sola frase: “si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie”; que no solo resume la novela, sino la realidad. Desde entonces se usa el término “gatopardo” para referirse a las acciones que lo cambian todo, para que nada cambie, como la Revolución Mexicana, por ejemplo.

Otro ejemplo sería, la reforma electoral. Resulta que actualmente el presidente elige tres candidatos y se los pasa al congreso para que apruebe a un consejero. Así pasó con los últimos cuatro elegidos por la mayoría morenista. Y ese es el gran temor opositor, que con la reforma, Morena pueda elegir –con su mayoría- a los candidatos a consejeros. Aunque luego el pueblo los elija por voto popular, seguirán siendo de la 4T. Cosa que pasará con reforma o sin ella el próximo mes de abril cuando se tenga que elegir a los siguientes cuatro. Es decir, se cambie todo o no se cambie, las cosas van a seguir igual.

 

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