Y cuando despertaron, por acá andaba el exgobernador de Veracruz. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
YUNES LINARES EN ORIZABA
Hacia un buen rato que el exgobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, traía ganas de venir y conocer la Orizaba turística, la ciudad que es Pueblo Mágico y todos quieren visitar. Lo había pospuesto un par de veces porque, por las tardes, las lluvias caían torrencialmente, pero a cada fecha le llega su hora y el mismo 15 de septiembre llegó a esta tierra que tiene un volcán y un rio, no tiene mar ni tanto calor, pero tiene todo ese encanto. Hospedado en el hotel Gamma, antes hotel de France, legendario hotel donde en tiempos grandiosos fue el hotel de los toreros, y aquí llegó un día Manolete cuando le tocó torear en este toreo de Orizaba. Arropado y acuerpado por su amigo, el alcalde Juan Manuel Diez Francos, Yunes Linares recorrió lo que le dio tiempo, trepó en el Teleférico y subió al Cerro del Borrego, a ver la ciudad a sus pies; conoció Mier y Pesado y llegó al Palacio Municipal, donde allí llegaba cuando era gobernador de Veracruz. Museos y cosas de la cultura y un paseo por el rio, que es como ver los Puentes de París, guardando sus debidas proporciones. Una visita que le encantó, dijo, y que terminó en un par de días, aunque no recorrió todo por conocer lo nuevo que aquí se está haciendo. Le faltó Casavegas, pueblo medioeval. Quedó que otro día venia. Cuando lo veían caminar por las calles, la gente le pedía una foto, las selfies brillaron en las redes, al igual cuando desayunó en el France, se acercaban a pedirle una foto. Y posó con el alcalde en la azotea del Palacio, foto que le dio la vuelta al mundo, desde Soledad de Doblado hasta la Cantabria. Bienvenido y regresa pronto.
EL FUNERAL DE ATLACOMULCO
Para unos aquello fue un funeral. Para otros, el canto de la victoria, pues Delfina Gómez destrozó y se hizo de la Corona que reinó casi por 100 años en el Grupo Atlacomulco, conocido también como Atraco-mucho. No era un día cualquiera, era el día que los priístas, bueno, al menos uno de ellos, rindió la plaza y la entregó. Como en los viejos tiempos que la Republica se reunía, comenzaron a llegar los más preclaros morenistas, lo que antes era una reunión del PRI ahora estaba en otras manos y otro color partidista. Grupo Atlacomulco, venia yo mero escuchando a Pepe Cárdenas en su noticiero de las 6, y un analista político daba pelos y señas del grupo dichoso. Comenzó cuando llegó a gobernarla Isidro Fabela, allí surgió un orador que estaba chamaco, Carlos Hank González, como una vez fue el orador en Veracruz, un joven nacido en Nopaltepec, Fidel Herrera Beltrán, quien ante el presidente Echeverría soltó su spitch, y le cayó tan bien al candidato presidencial, que impulsó su carrera, primero enviándolo al London School of Economic de Londres y después a la política hasta llegar a ser diputado (4 veces), senador una vez y gobernador. El impulsor lo fue Rafael Arriola Molina. Así le pasó a Carlos Hank González que, ante Fabela, dio el discurso y de allí se inmortalizó en los billetes grandes, llegó a ser un hombre muy rico, viniendo de maestro rural. Una vidente del pueblo, alguna vez predijo, en 1940, doña Francisca Castro Montiel, cuando reunió a los notables del municipio para profetizarles con voz de arcano mayor: «Seis gobernadores saldrán de este pueblo. Y de este grupo compacto, uno llegará a la Presidencia de la República». Le atinó bien, estos fueron algunos gobernadores nacidos en Atlacomulco: Isidro Fabela, Alfredo del Mazo Vélez, Alfredo del Mazo González, Salvador Sánchez Colín, Arturo Montiel Rojas, Enrique Peña Nieto y Alfredo del Mazo Maza. A todo le atinó la brujita, cerrando la profecía con Peña Nieto en la presidencia, Hank González no lo pudo ser, porque era extranjero.