Acertijos

Gilberto Haaz Opinión

*Requisa, requisa, que algo queda. Camelot. 

Gilberto Haaz Diez

LA REQUISA AL ACUARIO VERACRUZ 

Desde el tiempo que un día Carlos Salinas de Gortari pasó por Veracruz, y le leyeron la cartilla de lo mal que andaba el Puerto y sus sistemas de carga y descarga, requisó la zona marítima, y dejó a Pepe Córdova Montoya a operar esa estrategia, que bien le cayó a los veracruzanos. Era el primer paso de lo que después se hizo en todo el país. De ahí nacieron las administraciones portuarias. Dante Delgado era el gobernador. Desde ese tiempo ninguna noticia había cimbrado al Puerto, como la de ayer del góber Cuitláhuac. El gobierno de Cuitláhuac, anoche y por sorpresa, requisó ese Acuario. O lo expropió, con sus sinónimos: desposeimiento de un bien, incautación, confiscación, embargo, expoliación. O le quitó el sello de Fideicomiso y creó el suyo, dejándolo todo en manos de la PMA. La noticia sorprendió a propios y extraños, hasta a aquellos que, dicen que en manos del gobierno se les van a ahogar los peces. Comenzaron las acusaciones y señalamientos, que si un Manatí murió, que si hicieron ilegalmente una fiesta privada, que no entregaban papeles. Había que buscarles el lio para la expropiación. ‘No nos merecemos esto’, decía una gente que allí trabaja. ‘Así será’, dijo otro, si la ley de ultrajes a la autoridad no la han derogado por sus pistolas, imagínate esto’, Lo cierto es que todos sospechan que contó con el aval presidencial de AMLO, porque el presidente por allí anduvo y dicen quienes presumen saber que se lo comentó al presidente y le dio el visto bueno. Neoliberales contra izquierdistas. Los buenos contra los malos. Máscara contra cabellera. Es Cuba, dijo otro que veía en la expropiación lo que hizo Fidel cuando llegó a tomar el poder. Ahora a defenderse en las leyes.

EN VERACRUZ CON HOMERO 

Con un calor del demonio y un sol resplandeciente, un lunes entré a Veracruz en busca del médico Homero Guzmán Guerrero, cardiólogo intervencionista (pero no para intervenir el Acuario), en Juan Pablo Segundo, 6o piso, Costa de Oro, Boca del Rio, Veracruz. Teléfono para citas, 2299322158. Después de una plática y un electrocardiograma, me encontró mejor que Messi y Cristiano Ronaldo, listo para las batallas, caminar y comer sano y todo aquello que se les recomienda a quienes tuvimos un conato de infarto, que no llegó a tanto. El termómetro marcaba los 33 grados cuando salimos a comer, mi hermano Enrique y Rico, el amigo que no es rico. Ahora nos fuimos al Gaucho, faltó el cronista de Tierra Blanca, Fernando Pavón. En el feudo de Siles un bife y una tampiqueña, buenas carnes preparadas con la experiencia de tantos años. Allí saludé al abogado, Alberto Linares Vernet, conocido como El Güero Linares. Uno de los mejores fiscales especializados del país, un hombre bueno y estudioso, buen amigo ahora ya jubilado de los años de encomienda en su trabajo en las fiscalías en Veracruz. Ahora no hice mi tour gastronómica, no fui por los chamorros de doña Lupita al Kuinito, ni por los tamales de elote y si vi que, en el retorno a Córdoba, ya comenzaron a vender los mangos que, por cierto, están riquísimos, compren a los paisanos y llévenselos a México o a Puebla o a dónde vayan. Llamó mi atención que en la mugre y retrasada caseta de Fortín, andaba un hombre vendiendo estropajos, le llamé y le compré uno, eran esos estropajos que, en nuestros tiempos de chamacos pueblerinos, nuestras madres nos bañaban y nos quitaban toda la mugre, sobre todo cuando llegábamos del futbol sucios en charcos de lodo, por ahí hasta parte de la piel se iba, los vendía a 30 pesos y le compré uno, casi como trofeo de museo. Y el hombre, llamado Elías, allí estaba ofreciendo 2 por 50 pesos y ganándose la vida, como hacen muchos vendedores ambulantes en esas zonas del camino.

www.gilbertohaazdiez.com

 

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