*De Napoleón: “En política hay que sanar los males, jamás vengarlos”. Camelot.
Gilberto Haaz
EL DELITO DEROGADO (ULTRAJES A LA AUTORIDAD)
Es una historia que no ha terminado. Ayer mismo el Congreso veracruzano le dio palo a Dante y a Monreal y a la debilitada CNDH, que vive sus peores días doblegada por el poder presidencial. Votaron los congresistas veracruzanos, por mayoría de Morena, que el llamado delito de ‘ultrajes a la autoridad’, se quedaba, aquiétenseme allí, lo remendaron como cuando Penélope tejía y destejía en espera de su Ulises, como un cuento de nunca acabar. Le hicieron dos adecuaciones, para quedar en lo mismo. Debe ser muy fuerte la orden presidencial de que así se quede, porque vaya que AMLO le debe traer ganas al tal Monreal, para que lo que un día comenzó como un levantamiento senatorial contra Veracruz, se aplacara cuando Dante ya llegaba con todos sus vikingos a dar la pelea. Recularon, dirían en España. No solo eso, el gobernador de Veracruz, después de venir de chapeador por mi pueblo, le echó más leña a la hoguera pidiendo a la SCJN que no la derogara, porque todos los expertos cuentan y aseguran que hoy le dan piso, o sea ni coopelas y sí cuello. Aseguran los enterados de las leyes, que la Suprema Corte le dará hoy muerte a ultrajes a la autoridad. Y de allí, según los enterados, al otro día de publicada saldrán de la cárcel tantos presos, unos hablan de mil y otros de cuatro mil, que vaciarán las cárceles, detenidos por ese delito que el gobierno se sacó de la manga ancha para aplicarlo a sus rivales políticos, como asegura el PRD tienen detenido a Rogelio Franco Castán, desde hace meses, solo porque era secretario de gobierno del pasado gobierno estatal y le aplicaron el delito de que jaló a un ministerio público y le rompió su camisa ‘Versánchez’, que no Versace. Todos aguardan. El góber Cuitláhuac envió su carta a Eufemia a la Suprema Corte. Monreal, deshoja la margarita, Dante aguarda con la guadaña en la mano. Los presos políticos y los otros, como los hunos y los hotros, esperan justicia y poder salir de Pacho Viejo o donde los tienen encerrados, para ver la luz que se les ha negado desde hace tiempo, como al secretario del Senado, José Manuel del Río Virgen, que se vio metido en una pelea entre los grandes (Monreal y AMLO) y fue quien pagó las consecuencias. Bien dice el proverbio chino: “Cuando dos elefantes pelean, la hierba es la que sufre”.
QUE HAREMOS CON PAPA (PARTE II)
El espacio publicado, cuando en los años 60, s se filmó una película en Orizaba, llamada ‘Qué haremos con papá’, arrojó múltiples comentarios en Facebook. Un lector me dijo que parte de la película se filmó en la casa del empresario Jaime Pérez Avella, un orizabeño de las grandes ligas, no solo porque le gustaba el béisbol, donde tuvo participación activa como dueño de equipo y donde pasó a la historia al vender a Los Dodgers de Los Ángeles, al gran Fernando Valenzuela, que llegó a crear la Fernandomanía en el mundo del beisbol. Jaime fue un empresario innovador, para la Volkswagen idearon los carros madrina donde se transportaban seis o más vehículos y de allí se catapultó a las grandes ligas, tiempo después fue dueño de varias agencias de automóviles en el país. Aquí en Orizaba es muy recordado y apreciado por las familias que lo trataron y conocieron. Una gente educada y de respeto, orgullo orizabeño. El otro comentario me lo hizo Jorge Ramón Galland Marqués, quien me recordó olvidé decir que en esa película actuó la gran actriz, María Elena Marqués (1926-2008), mujer extraordinaria y ganadora de Diosas de Plata, Globos de Oro y en la Bienal de Venecia por la película La Perla, todos la recuerdan en Doña Bárbara, junto a la gran María Félix, y en Hollywood al lado de Clark Gable, gran mujer que colaboró en el área de jubilaciones de la ANDA (Asociación Nacional de Actores), una excelente actriz que tiene raíces con Orizaba, pues está emparentada con doña Colombina Marqués de Galland (qepd), su prima, madre de los Galland Marqués, familia muy apreciada en Orizaba. Su abuelo, Bernardo Marqués trajo de Cudillero, España, al papá de María Elena. María Elena Marqués casó con Miguel Torruco, un capitán piloto aviador que murió en Orizaba, y que vivían por el rumbo del Parque López. Cuando María Elena llegaba a estas tierras, iban al Baile Jarocho y convivía con la sociedad orizabeña. Es madre del actual secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, que hace nada cuando visitó Orizaba a inaugurar el Museo de la Hostelería, recorrió los caminos de su madre, la querida y recordada actriz, cuando llegaba a estas tierras a visitar a la familia de doña Colombina. Son familias respetables, una hija del secretario de Turismo, María Elena Torruco, está casada con el hijo mayor de Slim, Carlos Slim Domit, la nuera del hombre más rico de México, quienes un día se conocieron en un evento de carreras de autos y al poco tiempo se casaron, con cuatro hijos pequeños viven la felicidad plena.