Orizaba, Ver.- Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba, emitió un llamado urgente a las autoridades municipales de Ixtaczoquitlán para que aborden de manera inmediata la crisis de suministro de agua potable que afecta a la población, instando a mantener un diálogo abierto y efectivo con los ciudadanos.
Destacó que la manifestación del miércoles es una clara muestra de la profunda preocupación y malestar generado por la falta de acceso al vital recurso hídrico. «El agua es esencial para el desarrollo de cualquier comunidad, ya sea para usos domésticos, agrícolas o industriales. Es comprensible la indignación de los ciudadanos ante la privación de este servicio», enfatizó.
El vocero recordó que los ciudadanos están demandando un servicio por el cual ya han pagado, señalando que si bien es posible tolerar ciertos inconvenientes por un breve periodo, la prolongada escasez de agua inevitablemente conduce a la inconformidad y la protesta legítima.
Ante la falta de una respuesta efectiva por parte de las autoridades, Enríquez Báez lamentó que el malestar haya escalado a niveles preocupantes, subrayando que esto podría y debería haberse evitado. «Los gobiernos municipales tienen la responsabilidad primordial de proporcionar los servicios básicos y la infraestructura necesaria para el bienestar de la comunidad, así como de mantener el orden y el respeto al estado de derecho en el municipio», puntualizó.
El sacerdote exhortó a las autoridades a no posponer más el diálogo con la población y a abordar con prontitud esta emergencia que afecta a la vida diaria de las familias de Ixtaczoquitlán.
Es importante recordar que la manifestación del pasado miércoles derivó en un enfrentamiento entre la policía municipal y los manifestantes, resultando en la quema de un vehículo y diversos daños materiales. A pesar del compromiso inicial del alcalde de resolver la situación en un plazo de 48 horas, hasta la fecha las familias continúan sin acceso al suministro de agua potable.
Gabriela Domínguez
