Nuestra Nación día a día se encuentra en más peligro y con más riesgos. Las pésimas decisiones que se toman y han tomado de parte de los gobiernos federal, estatales y municipales nos están llevan al caos. Es un hecho que por tradición y costumbre los ciudadanos de México siempre esperan que el Presidente de México en turno resuelva todos los problemas. Esta situación se quedó marcada en la memoria histórica de los mexicanos gracias a la dictadura de Partido que vivimos por más de 70 años y al asfixiante centralismo.
Pero en ese tema se empezaron a lograr avances con descentralizaciones, con un poco de fortalecimiento a las entidades federativas y a los municipios y los cambios en general empezaron a ser buenos. De igual manera sucedió cuando el Partido en el Poder perdió esas mayorías aplastantes en el Congreso de la Unión y algunos Congresos Locales. Esos pequeños avances lograron un contrapeso, lograron más democracia, lograron la creación del IFE, hoy INE, como garante de la democracia y de procesos electorales transparentes. Eso llevó a la alternancia.
Igual esos pequeños cambios permitieron avances en materia de seguridad por ejemplo, quedando pendiente el tema de la impartición de Justicia, ya que ésta ni es expedita y ni es justa, lo que permite mucha impunidad que es el cáncer más grande de México. Desde luego que en el avance a buscar una verdadera democracia hubo logros como la rendición de cuentas y más vigilancia al manejo de los recursos públicos, con la salvedad que en la mayor parte de las ocasiones seguía habiendo corrupción por la impunidad.
Los ciudadanos mexicanos empezamos a participar un poco más, empezamos a votar un poco más, aprendimos a exigir, a pedir cuentas, pero no a trabajar lo suficiente para tener un control ciudadano sobre los Poderes de la Unión y a ser capaces de seguir los pasos legales para denunciar delitos de cualquier tipo. Pero de momento todo eso se acabó. En el año 2018 México retrocedió como 60 años gracias al resentimiento, al revanchismo, al enojo, a la sed de venganza, no solo por parte de AMLO sino de millones de mexicanos.
Hemos pagado muy caro esa mala decisión de darle otra vez todo el poder a un autoritario, enfermo de poder y vengativo. En todos los rubros de la vida pública hemos retrocedido y tenemos problemas, pero uno es el que más duele, se llama Inseguridad, se llama violencia. El miedo con el que vivimos nos paraliza, la violencia y la falta de respuesta para las inversiones, genera caos. López Obrador en su primer año pudo tener el pretexto de la herencia del pasado, pero después ya no podría tener ese pretexto. AMLO sabía en lo que se metía. AMLO debió aprovechar 18 años de campaña y el período de transición para generar una verdadera política pública de seguridad.
Pero no quería hacerlo y tampoco sabía cómo hacerlo. Y como es ególatra y autoritario no aceptaba, ni acepta ni aceptará consejos y ayuda, solo se hace lo que él manda. Siempre dijo que regresaría a los militares a sus cuarteles, pero nunca lo deseaba realmente, su mente macabra le dictaba que lo mejor era militarizar la vida de México. Darles puestos de seguridad, de política, y todo lo que ha dado que es ilegal. Nunca pensó en fortalecer a las policías, y como es destructor pues acabó con la Policía Federal y fabricó su fallida Guardia Nacional.
En México existen más de medio millón de policías en activo, existen de acuerdo a la Constitución cuerpos policiales que deben coordinarse, existen policías preventivos para desalentar la delincuencia y policías de investigación. Muchos cuerpos de policías estatales y todas las municipales son policías preventivas o sea de vigilancia y apoyo, no pueden investigar ni perseguir delincuentes, para eso están otros cuerpos policiales. Lo que nos lleva a tener claro que AMLO en su primer año debió invertir más dinero en capacitación de policías, formación de nuevos policías y para darles el equipo necesario para proteger al ciudadano. Así mismo más inversión para capacitar a los policías de investigación. Pudo congelar y fiscalizar dinero del crimen organizado y con eso los debilitaba, para el tráfico de armas y no lo hizo.
No lo hizo y violó el artículo 21 de la Constitución que en algún párrafo dice: “La seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social, de conformidad con lo previsto en esta Constitución y las leyes en la materia….Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los fines de la seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que estará sujeto a las siguientes bases mínimas”
Pero para él es más fácil destruir que construir. Ejemplo el NAIM, fideicomisos, Estancias Infantiles, Seguro Popular. Daños patrimoniales por salvar a CFE y PEMEX que ya han costado 6 veces más que el FOBAPROA.
Y lo grave en su proceso destructivo y de venganza ahora va por la joya de la corona destruir de una vez por todas la democracia y la libertad de elección. Va a destruir al INE ese sería su gran remate. Y así como dobló con amenazas a varios legisladores para cambiar la Constitución lo intentará hacer ahora para acabar con el INE. Ya tiene el poder político, el poder económico, el poder de la sed de venganza de algunos ciudadanos, el poder militar y ahora va por el poder electoral. A él no le importa violar la ley, él quiere, con engaños y discursos falsos, claro está, acabar con la libertad de decisión de nosotros. Ejemplo la cobardía del Secretario de Defensa para comparecer ante el Congreso, además de cobardía violentando la Constitución.
Días claves para como ciudadanos exijamos que no pase la reforma que destruiría la vida democrática de México.
Tomás Trueba Gracián.