Resguarda UV a delfines que murieron en Boca

Centro Estado

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) cedió en resguardo a la Universidad Veracruzana (UV) los tres delfines que murieron varados en la playa Penacho del Indio, en el municipio de Boca del Río.

El varamiento ocurrió la madrugada del lunes 20 de diciembre y autoridades del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV) dieron cuenta a una de las especialistas en la materia de la UV, la académica Ibiza Martínez Serrano, del Laboratorio de Hidrobiología de la Facultad de Biología, región Xalapa, quien coincidentemente se encontraba muy cerca del lugar. Ella, a su vez, dio parte a la Profepa.

Fue una manada de alrededor de nueve delfines de la especie manchado pantropical los que estuvieron varados, tres murieron y el resto logró regresar al mar. Se trata de una especie muy gregaria, que siempre tiene un líder –generalmente un adulto o adulta mayor– que les guía en todos los aspectos: navegación, búsqueda de los recursos alimenticios, evitar depredadores, entre otros.

De acuerdo con testigos, el grupo varó y fueron las propias personas que estaban en la playa quienes les apoyaron para volver al mar; sin embargo, no fue posible hacerlo con toda la manada.

Ibiza Martínez revisó los cuerpos y determinó que no tenían ninguna lesión ni evidencia de interacción con actividades humanas.

“Pienso que a la hembra le empezó a fallar el sistema de ecolocalización y a eso se le agrega un estímulo externo –viento y cambio de corriente–; creo que se perdió, se fue hacia la playa, todos la siguieron y esa es la razón del varamiento”.

La ecolocalización, en términos generales, es un radar que tienen varios animales como los delfines y murciélagos.

Es tal su eficiencia que el estudio de la ecolocalización de los murciélagos sirvió de modelo para adaptarlo a los submarinos –de los medios de transporte más utilizados en la Segunda Guerra Mundial.

“Emiten una señal que rebota en los objetos y regresa con información: a qué distancia está tal objeto o animal, cuál es su densidad. Este sistema es muy eficiente, incluso se dice que pueden detectar, por densidad, hembras grávidas (embarazadas)”.

El resguardo

Cuando se dan las muertes por varamiento no siempre se logra llegar al lugar de los hechos de manera inmediata y encontrar los cuerpos aún frescos. En esos casos lo que se hace es sólo enterrarlos y quizá, previamente, tomar algunas muestras para determinados análisis.

Favorablemente para la comunidad científica, en esta ocasión fue posible llegar cuando los tres organismos aún estaban frescos, de ahí que los hayan trasladado a las oficinas PNSAV, donde hay congeladores adecuados para mantenerlos en buenas condiciones.

La Profepa dio en resguardo los tres ejemplares a la UV: dos al Instituto de Investigaciones Biológicas, específicamente al científico Eduardo Morteo Ortiz, y uno más a la Facultad de Biología, a través de la propia científica Ibiza Martínez, para fines didácticos.

Para enero, plantean hacer una necropsia al delfín y estudiar sus órganos, tal es el caso del contenido estomacal, lo cual es una rica fuente de información: qué parásitos intestinales tienen, qué comen, si tienen metales pesados, entre otros aspectos.

“Nos servirán con fines de investigación y a mí en particular me interesa la docencia. ¡Imagínense una práctica de laboratorio que consista en abrir un delfín!, para los estudiantes y para nosotros es una oportunidad, porque no es lo mismo que verlo en los libros o en la presentación de PowerPoint”, expresó la académica.

El tiburón cigarro

Ibiza Martínez especificó que si bien los tres organismos no presentaban rastro de actividad humana, dos tenían mordidas de tiburón cigarro.

“Son registros indirectos de la biodiversidad de la zona. Por la disposición de la boca y dientes es el que más fuerza tiene a la hora de morder, dada la densidad”.

Este tiburón de aguas profundas se alimenta de peces grandes: ballenas, delfines, atunes, marlín, entre otros tiburones, y ataca por emboscada. Al tener una boca redonda, su mordida es una suerte de sacabocado en el cuerpo de la presa –un círculo perfecto– mas no es causa de muerte, a menos que se trate de una cría.

El hecho de que dos de los delfines presenten una mordida de esta naturaleza es un dato interesante, “porque nos dice que en el hábitat de los delfines también hay este tipo de tiburón, es un registro indirecto”.

Estos delfines, si bien son comunes en el Golfo de México –y específicamente en Veracruz–, viven muy alejados de la costa, están en aguas profundas y las mordidas indican que ahí también conviven con tiburones cigarro.

La entrevistada expresó su satisfacción por la colaboración que se logró en este suceso por parte de autoridades municipales, de la Marina, del PNSAV –del Consejo Nacional de Áreas Protegidas–, de la Profepa, medios de comunicación y naturalmente la UV, con un papel preponderante.

Karina de la Paz Reyes Díaz

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