Xalapa, Ver.- La apertura en Veracruz de una clínica de la Fundación «Marie Stopes», empresa que ofrece un aborto seguro, causó repulsa entre los fieles de la iglesia católica de Xalapa.
En su comunicado dominical, el presbítero José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, la calificó como «clínica de muerte».
El pasado 19 de enero de 2022 se supo de la apertura de la primera clínica abortiva en el estado de Veracruz. «Como lo habíamos previsto y lo denunciamos en su momento, aquellos que invirtieron recursos económicos para financiar a los diputados y grupos abortistas en Veracruz que hicieron reformas para legalizar el crimen horrendo del aborto, ya llegaron para cobrar las facturas», señaló Suazo Reyes.
Advirtió que al ambiente de muerte que ha permeado nuestro estado en estos últimos días, se agrega ahora «un centro de muerte que, con la autorización oficial de varios diputados de la pasada Legislatura, comenzará a asesinar vidas inocentes».
El aborto -escribió- además de ser «un crimen horrendo, es un jugoso negocio para los promotores de la cultura de la muerte».
Suazo Reyes expresó no coincidir con el director médico de la clínica, sobre lo que habló de aborto seguro e interrupción del embarazo, incluso de un derecho de la mujer, entre otras cosas.
«No existen abortos seguros. Lo único seguro es que en esta intervención quirúrgica hay alguien que morirá, en este caso un ser humano cuya vida no supera las 12 semanas de edad. Un bebé inocente que no se puede defender. Quien comete un aborto o lo provoca está cometiendo un asesinato. El aborto, sea por medicación, aspiración o legrado siempre representará riesgos para la mujer», precisó.
Mencionó por ejemplo los riesgos de hemorragias, abortos incompletos, sepsis y depresión post aborto. «Una madre que se provoca un aborto, no deja de ser madre, sólo se convierte en madre de un hijo muerto».
Con esta clínica de muerte aumentarán los asesinatos en Veracruz. Lamentamos profundamente que la cultura de muerte sea un distintivo en nuestro estado», concluyó.
Linda Mora