Arturo Reyes Isidoro
Una semana antes de que se venciera el término legal para que la Junta de Gobierno diera a conocer la convocatoria a los aspirantes a la Rectoría, con lo que daría inicio el proceso de designación del nuevo rector o rectora para el periodo 2025-2029, ese órgano de verdaderos notables (tan notables que siete personas han decidido, por ahora, por encima de la mayoría de la comunidad universitaria) se adelantó a anunciar que desde el viernes pasado aprobó prorrogar el mandato de Martín Aguilar Sánchez como rector de la Universidad Veracruzana.
Periodista formado inicialmente en la Universidad de la Vida, pero luego con estudios de licenciatura y posgrados en la máxima casa de estudios, para terminar como trabajador académico jubilado en la misma, critiqué en su momento (aun en funciones en el equipo de la Dirección Editorial) decisiones de ese señor con las que no estuve de acuerdo, de las que cuando sucedieron las denuncié y critiqué, y más recientemente publiqué en este espacio un resumen de ellas, como sustento para apoyar y documentar mi rechazo a que continuara en el cargo.
Me ocupo del tema, pues, en mi triple condición, tanto de universitario como de periodista y de veracruzano. Pienso y creo que no está dicha la última palabra. Si los integrantes de la Junta de Gobierno se prestaron a convalidar en forma anticipada una prolongación de poder rectoral y no cumplieron con lo que dispone la Ley Orgánica de emitir la convocatoria, fue porque, verdaderos leguleyos, encontraron un resquicio para darle la vuelta a la ley. Sin ser experto en Derecho, creo que, contrario sensu, la otra parte interesada impugnará la decisión ante los tribunales y sabrá sustanciar en forme debida su reclamo hasta sentencia definitiva. O sea, para mí, la última palabra no está dicha.
Es penoso que un grupúsculo, que en el texto de su resolución habló de “proceso colegiado, legítimo y éticamente orientado” y de “un proceso respetuoso, plural y jurídicamente fundado” (puro bla bla bla), haya actuado desde un principio como una verdadera banda organizada de malhechores, pues venía actuando en la oscuridad, tal vez hasta cabría decir que hasta en la clandestinidad, váyase a saber bajo qué acuerdo o negociación con Aguilar Sánchez, preparando lo que ya no pudo ser un verdadero albazo porque una filtración de que se reunían en privado en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y de que habían alcanzado el acuerdo y decidido actuar en consecuencia, detonó la alerta y el reclamo de que se expidiera la convocatoria. Nunca la hubo.
Estos señores –no sé si se merecen todos los títulos que tienen y presumen– ni siquiera intentaron maquillar su intentona, por ahora consumada, reuniéndose con los aspirantes visibles para tratar de darles una explicación de su proceder. O sea, no escucharon a nadie más que a Martín, ni a exrectores, ni a la comunidad que se pronunció y manifestó. Se trata, pues, de una vil imposición. Hicieron como que hicieron una consulta, al vil estilo de Morena, en la que supuestamente ganó la permanencia de Aguilar Sánchez por 19 puntos de ventaja, pero no dicen quién certificó, quién dio fe del proceso y de la legalidad de los resultados, cuántos representantes hubo de la comunidad universitaria y quiénes fueron, o qué notario público intervino. Es solo la palabra de esos siete señores a quienes, después de lo que ha pasado, ni de broma les abriría las puertas de mi modesto hogar.
Resulta verdaderamente preocupante que en nuestra casa de estudios, que debe ser ejemplo de formación de los mejores ciudadanos del presente y del futuro, se recurra a chicanadas para tratar de legitimar la ambición de una persona que se aferra al poder universitario. ¿Qué le dirán en adelante sus maestros a los estudiantes de Derecho?
Como universitario que seré y que me sentiré orgulloso de mi casa de estudios hasta el fin de mis días, no quiero dejar pasar la oportunidad para expresar mi inconformidad y mi desacuerdo con la resolución tomada. La mayoría de la comunidad universitaria, que se opone, no se lo merece.
La reacción de Ivonne Cisneros Luján
Sobre el tema, entre tantas reacciones en contra de la resolución anunciada, me llamó la atención de la exsíndica y exdiputada Ivonne Cisneros Luján, quien publicó en las redes sociales: “Hoy es un día triste para la historia de la Universidad Veracruzana. Hoy se formaliza la imposición de un Rector por parte de una disminuida Junta de Gobierno, carente de legitimidad. Hoy se dan pasos agigantados hacia la destrucción de la democracia universitaria, al excluir a universitarios/as que pudieran estar en su derecho de participar en el proceso en los términos de la Ley Orgánica. Pero hoy también se abre la oportunidad para REPENSAR el proceso de elección de rector en nuestra Máxima Casa de Estudios y pasar a mejores formas de participación de las mayorías de las y los universitarios”.
Incluso, aunque con diplomacia, discrepó de la felicitación que la alcaldesa electa de Xalapa, Daniela Griego, dirigió a Martín Aguilar Sánchez. Le respondió: “Estimada Daniela ha sido un proceso carente de legitimidad, fuera de toda normatividad, una imposición orquestada por una Junta de Gobierno disminuida porque 2 de sus miembros renunciaron para no ser parte de un proceso carente de ética.
Es excluyente y antidemocrático porque no permitió que otras personas con derecho a participar lo pudieran hacer en términos de lo Establecido en la Ley Orgánica. Nada que ver con la legitimidad de tu elección. Respeto tu punta de vista, pero es importante que sepas que no es coincidente con la mayoría de las y los universitarios. Te saludo con mucho respeto”.
La voz de Ivonne tiene el detalle significativo de que es militante de Morena, como Martín y Daniela, lo que descalifica una declaración anterior del senador Manuel Huerta de que quienes se oponían a la prórroga a Aguilar Sánchez eran del PRI y del PAN.
Morenistas de Zaragoza no quieren en sus filas a alcalde independiente
Pues no se lo mandaron a decir, sino que desde Zaragoza, un pequeño municipio colindante con Cosoleacaque, vino una representación de morenistas a expresar su desacuerdo a que se reciba en sus filas al alcalde electo independiente, Miguel Ángel Granados Matey, como anunció el dirigente estatal Esteban Ramírez Zepeta.
Acusaron que perdieron por la “compra excesiva y escalada de votos” por parte de Granados, “obviamente ayudado por su padre, el presidente Miguel Ángel Granados Martínez”. Le piden a Zepeta que respete a la militancia y le recordaron que la gobernadora Rocío Nahle expresó que “Morena no es un refugio para quienes han representado el abuso del poder, la corrupción y la traición”.
Se identificaron, entre quienes vinieron, Catalina Hernández, Raúl Osorio Moreno y Sabina Antonio Santos.
Como en los viejos tiempos, Moralillo (Pánuco) está bajo el agua
Como desde tiempo remoto sucede cada que llega la temporada de lluvias y huracanes, Moralillo, la comunidad de Pánuco lleva bajo el agua tres días, aunque a diferencia de cuando había gobiernos priistas y sus habitantes eran atendidos de inmediato, ahora esperan entre la desesperación y la molestia porque no ven a ninguna autoridad ni municipal ni estatal que llegue en su auxilio.
Viejos conocidos de esa comunidad pidieron al columnista hacer la denuncia para ver si alguien los escucha. Le enviaron imágenes que hablan por sí solas.