Prosa Aprisa

Arturo Reyes Isidoro Opinión

Arturo Reyes Isidoro

En 2010, como pocas veces en su historia, azotó una ola de violencia a Ciudad Juárez, Chihuahua, la ciudad fronteriza que habían elegido, hasta 2021, por lo menos 60 mil veracruzanos (según documentó en aquel tiempo la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, UACJ), quienes habían emigrado por la falta de empleos y bajos salarios en el estado.

Eran tantos nuestros paisanos allá que llegaron a constituir el 2 por ciento de la población total de aquella ciudad. Se habían ido porque habían encontrado trabajo en las maquiladoras donde ganaban bien y tenían buenas prestaciones, incluso gozaban de cafeterías y transporte personal.

Pero azotó la violencia, tanto que todos los habitantes corrían peligro, y en aquel momento apareció la figura salvadora del entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien estaba en el último año de su mandato y aspiraba a ser el candidato presidencial del PRI.

Fidel, con un gran despliegue mediático, empezó a visitar a aquella comunidad, a la que se le denominó “juarochos”, llevándoles primero mensajes de solidaridad, luego apoyos, hasta que terminó por ofrecerles que los iba a “repatriar”, prometiéndoles viviendas dignas y empleos bien pagados.

Montó para ello un puente aéreo, que inició en mayo, cuando había 1,800 inscritos para regresar. El primer arribo ocurrió en medio de una gran cobertura mediática y para julio habían retornado 1,237 paisanos en 10 vuelos, mientras que camiones de carga les traían las pocas pertenencias que habían logrado embarcar. Los “juarochos” eran de 71 municipios y traían niños que habían nacido allá y no conocían Veracruz.

Como es de imaginarse, al final esa buena intención fracasó. De pronto se suspendieron los vuelos, muchos de los “repatriados” no encontraron empleo ni tuvieron viviendas dignas y por último optaron por regresar a Ciudad Juárez. A Fidel lo terminaron criticando porque dijeron que ese programa era electorero, pero lo cierto también es que intentó hacer algo por esos paisanos. No se quedó cruzado de brazos.

No invitó a Sheinbaum, pero sí a Bukele, de El Salvador

Este lunes podría ser no solo un lunes negro, sino negrísimo y lo más seguro es que va a sacudir al mundo entero, cuando Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos por segunda vez. Hay que dar por descontado que impactará a México y colateralmente a muchos estados del país, incluyendo a Veracruz, si cumple su advertencia y amenaza de empezar a deportar este mismo lunes a miles de trabajadores indocumentados.

Con base en el Colegio de la Frontera Norte, el diario Reforma informó ayer que suman casi 5 millones los mexicanos deportables, 44 por ciento mujeres, y que se estima que 6 de cada 10 de esos paisanos proceden de 10 estados, entre los que se incluye Veracruz (se le cita en primer término).

No deja de ser ¿triste?, ¿preocupante?, ¿penoso?, que Trump no invitó a su investidura a la presidenta Claudia Sheinbaum, lo que nos da una idea de la importancia que le merece. Según Sheinbaum, “no pasa nada, no hay problema”. En cambio, sí invitó a los presidentes de Argentina, Javier Milei; de Ecuador, Daniel Noboa; y de El Salvador, Nayib Bukele. Al de este pequeño país centroamericano sí, a la de México, no.

Trump no nos va a devolver a nuestros miles de paisanos hasta sus pueblos de origen (en Landero y Coss, muy cerca de Xalapa, en su momento se informó que todos los varones del pueblo emigraron y solo quedaron mujeres), los va a poner en la frontera, prácticamente a su suerte, si bien la presidenta Sheinbaum en coordinación con gobernadores y varias secretarías de su gobierno han preparado albergues para alojarlos (se ha incluido el estadio de beisbol en Ciudad Juárez, lo que me hizo recordar el Estadio Nacional de Chile al que envió miles de prisioneros Pinochet antes de ejecutarlos o desaparecerlos, en septiembre de 1973).

Adelantó Trump que anunciará “medidas agresivas” contra migrantes

En un discurso ayer domingo en Washington, Trump adelantó que este lunes anunciará “las medidas más agresivas” contra migrantes. “Para el momento en que anochezca mañana, la invasión en la frontera se habrá detenido y los invasores ilegales, de alguna forma u otra, irán de camino a casa…”.

The Wall Street Journal informó que Donald declarará una emergencia nacional en la frontera con nuestro país y que sus asesores han planeado redadas de migrantes en ciudades como Chicago, Boston, Washington, Miami, Los Ángeles, Denver, Nueva York y San Antonio, entre otras.

La semana pasada, el portal cal matters, de California, informó que: “El martes, la Patrulla Fronteriza realizó redadas sin previo aviso en Bakersfield (un condado de Los Ángeles donde el columnista estuvo alguna vez pasando unos días con migrantes), en negocios donde se reúnen jornaleros y trabajadores agrícolas. Los agentes en camionetas todoterreno sin distintivos detuvieron a personas en camionetas frente a un Home Depot y una gasolinera que sirve un desayuno popular entre los trabajadores agrícolas”.

A Rocío y sus asesores se les pasó el tema

El sábado, la gobernadora Rocío Nahle subió un video a las redes sociales en el que hizo un resumen de las actividades que realizó durante la semana que concluyó y lo que va a hacer en esta semana. Me gustó, me pareció bien que rindiera ese mini informe a los veracruzanos y a la población en general, porque es su obligación informar de su tarea como autoridad a quienes la eligieron con su voto, y a quienes no también.

Se refirió a temas de educación, salud, economía, seguridad y turismo. Su antecesor Cuitláhuac García Jiménez nunca hizo algo semejante. Lógicamente, si Rocío compareció en las redes sociales ante sus representados es porque tuvo qué informar, y si tuvo qué informar fue porque realizó actividades, si no, de qué hubiera hablado.

Pero para nada abordó el tema de los miles de veracruzanos que a partir de este lunes podrían empezar a ser deportados, sin duda una falla de su equipo de asesores, pues ya vimos que sí se ocupan de temas internacionales, como la compra de autobuses a una empresa china y la visita para el miércoles y el jueves a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) en Madrid, España.

Creo que hubiera sido, que sería un gran acierto de su gobierno si anuncia que fletará aviones para traer de la frontera norte a los veracruzanos deportados y en el aeropuerto Heriberto Jara Corona del puerto de Veracruz les pone autobuses para que los lleven a sus municipios de origen. Ya en último caso, si les envía autobuses para que los traigan por tierra.

Haría un gran servicio a las familias veracruzanas que ahora representa, infundiría ánimo a quienes seguramente regresarán con la moral muy baja, y de paso ayudaría al gobierno de Claudia Sheinbaum a descongestionar la frontera, que será un verdadero infierno. Incluso podría sacar provecho de la circunstancia si aprovecha y contrata para sus programas de gobierno a toda esa mano de obra que regresará ya calificada, preparada, entrenada y capacitada en un país altamente desarrollado como lo es Estados Unidos.

Ahora mismo integran el Plan Veracruzano de Desarrollo 2025-2030, creo que apenas a tiempo para incluir un rubro dedicado a la reincorporación de los veracruzanos deportados a la vida activa y productiva del estado. He visto que Rocío le está entrando a todo con mucho brío, y ojalá y ahora volteé a ver a nuestros paisanos, quienes prácticamente ya habían hecho su vida en el país del norte y muchos formaron sus familias allá, con parejas e hijos de los que ahora se separarán, o los separarán.

Hoy el mundo entero tendrá puesta su atención en lo que anuncie que hará de inmediato Trump, porque ya con tiempo ha advertido, amenazado, lo que piensa hacer. No estoy de acuerdo en todo con lo que está haciendo y como lo está haciendo la presidenta Sheinbaum, pero sí soy de los que cree firmemente que por ahora debemos cerrar filas todos y mantenernos unidos para hacer frente y aguantar la sacudida que sin duda nos dará el troglodita norteamericano.

El día más triste del año

Publica este lunes Francisco “Paco” Reyes (hermano del columnista, radicado temporalmente en Estados Unidos), un artículo que me llamó la atención (como si no tuviéramos ya suficiente con Donald Trump). Transcribo los primeros párrafos:

“Este lunes 20 de enero es el Blue Monday, supuestamente el día más triste del año en varios países, en donde muchas personas han asumido tal teoría como si fuera realidad.

Pero ¿Qué es el Blue Monday?

Se originó en el año 2005 cuando un psicólogo británico llamado Cliff Arnall –que al parecer no tenía mucho que hacer– diseñó una fórmula matemática para calcular cuál es el peor día de cada año.

Dicha fórmula combinó, entre otros factores, el clima frío del invierno, las deudas acumuladas tras las fiestas navideñas, el incumplimiento de los propósitos del año nuevo y, en algunos casos, la vuelta a la rutina laboral, que en muchas personas sí causa una verdadera sensación de tristeza.

Entonces resultó que el tercer lunes de enero es –según esa teoría– el día más deprimente del calendario y que, por lo consiguiente, le pega a muchas personas en su estado de ánimo, acumulando más tristeza, pesimismo e incertidumbre. Lo de Blue viene porque se supone que el color azul se asocia con la tristeza y la depresión”.

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