Arturo Reyes Isidoro
(Anoche, después de las 21:00 horas, a punto de despachar esta columna, la gobernadora Rocío Nahle difundió en las redes sociales que se reunió con Esteban Bautista y Juan Javier Gómez Cazarín, los tres sonrientes como si estuvieran a punto de irse de festejo a alguna posada.
“El trabajo por parte del Gobierno del estado y el Congreso local en plena coordinación en Veracruz con los programas del Bienestar federal, nuestra obligación y responsabilidad es servir a todos los veracruzanos”, dijo.
Apagó la chispa que pudo haber encendido otros cuetes en su gobierno y les quitó el palo con el que ya habían empezado a darle duro a la piñata al ritmo de dale, dale, dale, no pierdas el tino… De las tablets, nada.)
¿Un caso también para Rocío? Tocan La Rama ¡con batucada!
¿Quién no conoce el Mambo Nº 5 o el Nº 8, de Pérez Prado? Al menos creo que todos los de una generación hoy de adultos mayores, quienes disfrutaron la música del Rey del Mambo o “Cara de Foca” entre finales de los años 40 y principios de los 50 del siglo pasado. En mi caso, de niño, o de “chamaco”, crecí escuchando su música. Hoy, a mi edad, a riesgo de dislocarme un hueso o de reventarme algún tendón, si me animan o me animo todavía me lanzó a la pista para recordar, bailando, aquellos pasos que hizo famosos Resortes.
Hoy muchos no saben, o pocos lo recuerdan, que Dámaso Pérez Prado, que ese era su nombre verdadero, fue expulsado del país el 6 de octubre de 1953 porque intentó grabar el Himno Nacional a ritmo de bambo. Es cierto, tocó un símbolo nacional, pero el 12 de junio de 2018, durante una conferencia magistral, Iván Restrepo, amigo del músico de origen cubano, reveló la verdadera causa en la que, para variar, tuvo que ver también la corrupción.
Restrepo dijo que en realidad se trató de la venganza de un empresario que lo contrató para que se presentara en el teatro Margo, molesto porque el también autor de los famosos mambos El Politécnico o Mambo Universitario, dedicado uno al IPN el otro a la UNAM, aceptó un contrato con otro que le pagaba mejor. El resentido le “mojó la mano” a funcionarios de Migración y Pérez Prado salió del país. Regresó el 31 de agosto de 1964 absuelto por el presidente Adolfo López Mateos gracias a la intervención de la cantante María Victoria.
Me extendí con el autor de Cerezo rosa porque, ¡ay!, el diario porteño Notiver registró el hecho de que al inicio de las posadas, un grupo de jóvenes acudió a los cafés del puerto con una “rama”, pero tocada ¡por una batucada! “¡LA RAMA! Sí, pero no así” titularon la nota del reportero Manuel Hernández. No está por demás decir que Notiver es un férreo defensor de las tradiciones del puerto en todas sus manifestaciones, de todo lo que distingue y caracteriza al bello puerto, que todos hemos disfrutado alguna vez o más de una vez.
El hecho, escribió, Manuel, provocó críticas, y, opino, creo que será motivo de polémica. Como a Pérez Prado, ¿se debe expulsar de Veracruz a los jóvenes que cometieron el sacrilegio? ¿Deben ser considerados traidores a Veracruz? ¿Es un mal ejemplo y puede sentar un mal precedente para que cualquier día a tamborazo limpio también empiecen a tocar La Bamba en los ruidosos, animados y bullangueros cafés del puerto?
El historiador Ricardo Cañas Montalvo fue quien salió en defensa de la tradición. Dijo al reportero que sí se debe preservar la tradición de la “rama” en Veracruz, que es positivo, “pero no de esa forma, pues cuándo se había visto, o qué tienen que ver la samba y batucada con los cánticos que nacieron en el Veracruz del siglo XIX”. Recordó que la tradición de la “rama” empieza en 1895, que con el paso de los años se la han hecho modificaciones, “pero incluir batucada y samba se sale por completo de lo tradicional”.
Leamos su explicación completa: “La ‘rama’ tiene que ver con los festejos de la virgen guadalupana, el preludio de la Navidad y el nacimiento del niño Dios, y tiene su inicio luego del 25 de diciembre porque celebra el nacimiento del niño Jesús, y era también un motivo para continuar las fiestas. La rama, también en un principio era consensuada. Se decía: al rato te caigo con la rama, y por eso inicia el cántico: aquí está la rama que les prometí.
“La letra tiene otros detalles, como más linda es la virgen que todas las flores, porque precede a las fiestas que se hacen de las posadas, para luego advertir, nació Jesucristo con la Nochebuena. Con el tiempo se aplicó el toque jarocho de pedir el aguinaldo e incluso realizar un par de versos anexos en caso de que la casa en cuestión no abriera la puerta, uno más agresivo que el otro. Tampoco se podía utilizar cualquier rama de árbol, regularmente eran de almendro o casuarinas”.
Como expreso, el tema es polémico, pero en mi caso no cambio por nada la “rama” ejecutada por grupos musicales jarochos, por el Tlen Huicani con el arpa y o la jarana de Alberto de la Rosa, o por los muchos grupos de Tlacotalpan y del Sotavento, de gran calidad musical.
En el encabezado de la columna pregunto si el tema es también un caso para que lo resuelva la nueva gobernadora, Rocío Nahle, no por estarla jorobando, sino porque vi y celebré que haya lanzado una campaña publicitaria, “Despide el año viejo”, para tratar de atraer turismo nacional y extranjero al puerto para despedir el año con tradición y alegría.
El martes pasado, la señora anunció la quema de El Viejo la noche del 31, y el 1º de enero del nuevo año el Desfile de Año Nuevo, además de lo que ya se volvió una tradición: recibir los primeros rayos del sol del nuevo año a lo largo del bulevar de la zona costera, que por entonces se convierte también en la barra más grande del mundo (si el mar fuera licor, ¿le bajarían el nivel?).
¿Saldrá Rocío a tratar de meter orden también, como recién dio un manotazo? ¿A pedirle a propios y extraños que respeten las tradiciones de Veracruz? ¿Qué Veracruz se ponga de moda pero con el requinto y la jarana, con el arpa, con su fandango y su zapateado encima de los entarimados? ¿Con el vestido de las bailarinas jarochas, que haga recordar o sentir a los andaluces, de España, que casi están en su tierra?
La samba y la batucada me gustan, cómo no, pero en otros espacios de presentación, en sus espacios naturales, como los carnavales. No, no concibo los refranes de la trova llanera de la autoría o recogidos por Tío Costilla (Constantino Blanco Ruiz) o los cantos del Papaloapan de Guillermo Cházaro Lagos, ahogados por los ruidos de los tamborazos. Respeto todas las manifestaciones artísticas, pero cada una en el lugar que le corresponde.
¡Ay! Hoy cambié totalmente de giro en mi comentario, acaso animado por las fiestas de las posadas, por la aparición de la “rama”, de los “viejos” en muchos pueblos y por las expresiones tradicionales de los pueblos. Mañana volveré de nuevo a los comentarios políticos. Ya me despido por hoy / con tantas horas gastadas, / los dejo porque me voy / a disfrutar de mis posadas (estoy lleno de invitaciones a festejos en los días subsiguientes, ¿me sabrán algo?).