Las plantas leguminosas coberteras son un fumigante natural utilizado como desinfectante, sobre todo para reducir el daño que algunos parásitos ocasionan al subsuelo. Además de aportar nitrógeno, cubren el suelo, guardan la humedad y mejoran las propiedades de los terrenos.
Dora Trejo Aguilar, académica de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV), dio a conocer un proyecto de carácter económico, sustentable y de manejo preventivo de enfermedades de los cultivos agrícolas, desarrollado en 2019 por Israel Sampieri Marín.
Comentó que su ex alumno empleó las plantas leguminosas coberteras para producir un sustrato o subsuelo libre de patógenos sin el uso de pesticidas, y así resarcir las afectaciones que nematodos agalladores, una especie de patógenos, ocasionan a los cafetales de la región de Huatusco, Veracruz.
Con estas plantas, el joven elaboró un compostaje de bagazo de caña rico en nitrógeno y hongos micorrízicos.
La zona del centro de Veracruz se caracteriza por la producción de café y caña de azúcar; sin embargo, se ha notado que los cafetales presentan afectaciones en su raíz ocasionadas por nematodos agalladores que también atacan a otras plantas.
Diversas especies de estos nematodos se encuentran en el tomate, chile y piña; viven dentro de la raíz, taponean los conductos vasculares, y al impedir el flujo de nutrientes provocan la muerte de la planta.
En la región de Perote, donde se cultiva la papa, también existe una fuerte problemática por estos patógenos semejantes a las lombrices en los humanos, pues son microscópicos y viven tanto adentro como afuera de la raíz.
Erradicarlos es muy difícil, se requiere de productos muy tóxicos para su control, advirtió la Maestra y Doctora en Ciencias Biológicas, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se ha visto que las plántulas nuevas de café son sembradas en los suelos ubicados a la orilla de los cafetales ya infectados por los nematodos, por lo que vuelven a reintroducir el patógeno.
En atención a esta problemática, tomaron en cuenta que en dicha zona suele producirse mucho residuo de caña del cual se genera el bagazo, mismo que utilizaron para hacer un compostaje, pero no de la forma tradicional, es decir, a través de la descomposición o lombricomposta.
Por el contrario, usaron las plantas leguminosas que forman simbiosis con bacterias del género Rhizobium y que captan nitrógeno atmosférico.
El nitrógeno es esencial en el compostaje, y generalmente debería aplicarse un fertilizante inorgánico, pero pusieron a crecer tres especies de plantas leguminosas coberteras en el bagazo en descomposición, y así determinaron cuál era la más efectiva.
También aplicaron hongos micorrízicos, de tal forma que se logró tener un sustrato rico en materia orgánica y libre de patógenos, pues las plantas leguminosas tienen propiedades que eliminan a los nematodos y a otros organismos no deseables.
Además, se logró acortar el tiempo de compostaje, que en condiciones normales puede ampliarse por varios meses. “En seis meses logramos tener un sustrato rico en materia orgánica y en nitrógeno, a partir del bagazo de caña de azúcar”.
Ahora, en vez de químicos, este método innovador puede ser utilizado por los cafeticultores para eliminar el nematodo.
Trejo Aguilar comentó que Israel Sampieri, originario de ese municipio, construyó en su casa una especie de pilas con block para colocar el compostaje del bagazo. Ahí se sembraron las plantas y después de un tiempo se hicieron análisis para ver cómo se habían degradado; el resultado fue un sustrato interesante.
“Es un proyecto probado que puede escalarse a cualquier región en donde se tenga disponible el bagazo de caña.”
Mencionó que desde hace muchos años existen programas orientados a la búsqueda de alternativas para el control de patógenos que suelen ser bastante nocivos. En este sentido, consideró al proyecto como una buena alternativa para la producción de sustrato y planteles de café o cítrico, dependiendo de la zona.
Explicó que el sustrato se vuelve suelo después del proceso de compostaje, “en lugar del bagazo de caña encontramos suelo que puede utilizarse para hacer plantaciones de vivero”.
Cabe destacar que en México para producir una tonelada de azúcar se generan 2.5 toneladas de bagazo o basura orgánica.
La profesora anunció que están por iniciar más trabajos con los estudiantes de este programa educativo para el control de nematodos en la región de Coatepec, pues se trata de un asunto de prevención de una enfermedad que puede ser diseminada si no se cuida la calidad de la planta en vivero.
Claudia Peralta Vázquez