Orizaba, Ver.- El 8M en Orizaba fue un día de fuerte movilización, aunque no exento de tensiones.
Desde la Plazoleta de los Dolores, un reducido grupo de integrantes de Provida protagonizó un enfrentamiento con feministas. A pesar del incidente, las manifestantes continuaron su marcha hacia el centro de la ciudad.
Debido a que en el Palacio Municipal las estatuas de los leones que han vandalizado en otros años fueron protegidas con plástico y madera y había al menos una docena de mujeres policías con equipo antimotines, las manifestantes decidieron dirigirse al parque Castillo y hacer una escala en el histórico Palacio de Hierro, joya arquitectónica de finales del siglo XIX.
Ahí, los ánimos se desbordaron. Luego de corear consignas, varias participantes rompieron los ventanales de las oficinas y museos en la planta baja. Mientras tanto, personal y paseantes que se encontraban en el lugar se refugiaban en el interior del edificio.
Una reportera que cubría los hechos se dijo agredida por alguna de las manifestantes a quien acusó de golpearla y retirarle su celular; según testimonios, las manifestantes le advirtieron en varias ocasiones que no grabara los rostros de las asistentes.
Tras estos incidentes, la mayoría de las manifestantes se retiró, aunque un grupo de alrededor de cien mujeres se dirigió al parque Castillo. Ahí colocaron cartulinas y mantas, mientras algunas tomaban el micrófono para narrar sus propias experiencias como víctimas.
Más tarde, policías municipales llegaron al lugar acompañados de personal de limpia pública, quienes comenzaron a retirar las cartulinas. Esto fue considerado por las manifestantes como otra provocación, aunque la situación no escaló más allá de los reclamos.
Gabriela Domínguez
