Coatepec, Ver.- Jorge Winckler Ortiz enfrenta una nueva orden de aprehensión, ahora por el delito de tortura en agravio de Gilberto Aguirre Garza, exdirector de Servicios Periciales de Veracruz.
De acuerdo con la denuncia presentada ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Aguirre Garza fue sometido a torturas psicológicas durante su reclusión en el penal de Pacho Viejo. Afirma que estuvo expuesto a música de Maluma, a todo volumen durante día y noche, impidiéndole dormir y provocándole agotamiento extremo.
Cuando Aguirre Garza solicitó explicaciones al director del penal, este le respondió que seguía órdenes directas del entonces gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, y del fiscal Jorge Winckler. Según su testimonio, esta situación le ocasionó una pérdida de ocho kilogramos.
Peritos independientes certificaron que, durante los primeros meses de su reclusión, Aguirre enfrentó un deterioro en su equilibrio y estabilidad mental debido al ruido constante y la falta de sueño. Este tipo de tortura ha sido documentado en casos de violaciones a derechos humanos a nivel internacional.
Presiones y amenazas para incriminar a Luis Ángel Bravo
El 10 de mayo de 2018, en la madrugada, Aguirre fue trasladado a la oficina del director del penal, donde se encontró con el exfiscal especializado en Atención de Denuncias por Personas Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel. Ahí, según su testimonio, le ofrecieron cesar las torturas, además de beneficios como una televisión y un celular, a cambio de firmar una declaración en contra del exfiscal Luis Ángel Bravo.
En un primer momento, Aguirre Garza se negó, pero posteriormente fue amenazado con represalias contra su familia, por lo que aceptó firmar la declaración. Según su testimonio, en la declaración se asentó que estuvo presente su abogado defensor para aparentar que la declaración se realizó conforme a derecho, pero en realidad fue obtenida de manera forzada y en horario nocturno.
Reclusos confirman la tortura con ruido
Dos testigos, reclusos del penal de Pacho Viejo, confirmaron la aplicación de tortura psicológica mediante ruido extremo. Uno de ellos aseguró haber visto cuando ingresaron al penal una bocina de gran tamaño, mientras que el otro testificó que presentó varias quejas ante el director por la música a todo volumen, pero nunca obtuvo respuesta.
El estruendo cesó el 10 de mayo de 2018, justo cuando Aguirre firmó la declaración en contra de Luis Ángel Bravo.
De la Redacción
Jorge Winckler, exfiscal de Veracruz, enfrenta nueva imputación
