“Nos acostumbramos a la violencia y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa” Isaac Asimov.
Esta columna la escribo para la reflexión, no para tener números y análisis de quien dice la verdad en el caso de las personas desparecidas. La realidad es que existe en México el grave flagelo de la desaparición forzada de seres humanos, no importa si son uno, diez, cien, mil etc. Lo que importa es que no debería de existir esta situación que enluta a los mexicanos. No se trata de politiquería, se trata de sensibilización, se trata de tomar partido en el asunto, como decía Elie Wiesel “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.
Es innegable que le corresponde al Estado, como lo escribí en un artículo anterior, velar por la seguridad e integridad de cada mexicano, es indiscutible la obligación que tienen las autoridades de prevenir todo tipo de delito, de perseguir a los delincuentes, que tengamos una procuración de justicia intachable y que los maleantes sean juzgados. Pero de igual manera es una obligación de las autoridades y de nosotros los ciudadanos acompañar a los familiares de las víctimas de la desaparición forzada. Urge tener sensibilidad, no podemos normalizar este delito.
Recuerdo cuando mi esposa era la presidente del DIF municipal de Orizaba y trabajaba para proteger y sacar a los niños de las calles, mencionaba que las personas se habían acostumbrado a verlos como si fueran un objeto más del inventario urbano. Ahora ante la situación de la desaparición forzada de personas vale la pena preguntarse: ¿Los desaparecidos se nos volvieron paisaje? La respuesta debe ser clara y contundente, NO. Los desaparecidos y sus familias, amigos y nosotros mismos somos seres humanos y como tal debemos actuar.
No podemos normalizar el tema de la desaparición forzada de personas, por más que nos bombardeen todos los días en las noticias, no podemos tocar el tema como una medida de “ataque” al gobierno, pero sí tenemos la obligación de tocar el tema como un reproche a la inacción gubernamental, a las malas prácticas de investigación, a la ausencia de la Ciencia Forense que permita determinar todo lo necesario para saber cómo actuar, sí debemos exigir más investigación para acabar con ese grupo de criminales. Las personas víctimas de la desaparición forzada se han vuelto el negocio más lucrativo para el crimen organizado. Existe porque los utilizan para tráfico de órganos, para esclavitud en trabajos forzados, para esclavitud sexual como “Trata de Blancas” e incluso a los niños para redes de pedófilos, para volverlos sicarios. Eso se debe investigar y acabar.
Cada día además, de elevar nuestras plegarias a Dios para pedir por las víctimas y sus familiares, debemos hacernos sentir, en los medios que tengamos a nuestro alcance, debemos exigir que este calvario se termine. Es un delito tal vez más doloroso que el secuestro. El secuestro es una pesadilla para el secuestrado y para sus familiares, reponerse de un acto de esos debe ser muy difícil, emocionalmente es gravísimo y más por el poco apoyo que hay en terapias familiares. “Uno no sabe que pregunta es más cruel: la del secuestro ¿Cuándo volverán? o la de la desaparición forzada ¿Dónde están? Luis Gabriel Carrillo Navas”
Muy grave es ver como se levantan barreras o bolas de humo para desviar la atención sobre el tema y no basta con escuchar sobre todo a la Presidente de México hablar de cifras, o hablar de iniciativas de ley y próximas políticas públicas para resolver el caso, lo que se debe hacer es actuar, es sensibilizar, todos los organismos empresariales, las organizaciones de la sociedad civil, los clubes de servicio, las Iglesias, todos levantar la voz y actuar, todos poner nuestro granito de arena de lo contrario veremos cómo las noticias de los aranceles de Trump, la sequía y otros temas van a esconder las desapariciones, los secuestros, las muertes, así pasaba cuando el COVID y otros temas. No lo permitamos. Pero no lo usemos con fines estadísticos, debemos usarlo como un tema humanitario.
El tema de la desaparición forzada de personas es un tema de violencia y “La violencia hiere el cuerpo y la mente del que la ejecuta, del que la sufre, de los que lloran, de toda la humanidad. Nos rebaja a todas las personas” Kathy Reichs.
Nota: Escribo este artículo porque hoy miércoles 23 de abril tocamos el tema en el Consejo de Plumas Azules.
Tomás Trueba Gracián.