Por la jungla en zapatillas
Elsbeth Lenz
En unos días cumpliré años, ya son cuarenta y muchos, ya no tengo edad para hacerme tonta y en realidad cada día tengo menos paciencia con la gente, a veces a algunas personas le da por preguntar cosas que realmente no tendrían porqué tener respuesta.
De un tiempo a la fecha, me planteo el que aunque yo viva en Villa Miseria, así le llamo a Xalapa porque está cada día más fea; deberíamos normalizar que la felicidad tiene muchas caras, que la felicidad que muchos de nosotros vivimos, no tendría porque ser la felicidad de otros, ni mucho menos la de todos.
En un principio deberíamos normalizar el ser adulto, soltero, sin hijos y ser feliz, deberíamos normalizar el que a veces tenemos ganas de ser solteros y está bien, como también está bien el amar a alguien más, sobre todo deberíamos normalizar el que amarnos a nosotros mismos antes que a otra persona, debería ser una prioridad normal en nuestra vida.
Debería estar bien, el sabernos incapaces de la crianza de otro ser, aceptarlo y actuar en consecuencia, es decir que debería estar bien, el que la gente entendiera sin preguntar, que habemos algunos de nosotros que no tuvimos hijos por elección propia y fue lo mejor, porque no nos sentimos capaces nunca de hacernos cargo más que de nosotros mismos. Habemos personas que nos hicimos cargo de nosotros mismos desde siempre, por eso somos nuestra prioridad y lo aceptamos, no quisimos hijos puesto que no nos sentimos capacitados para proteger, amar y educar a alguien más, eso es asunto nuestro, que nadie más debería intentar entender, porque algunos de nosotros, no andamos por la vida cuestionando la vida de los demás, ¡Cada quien hace lo que puede!.
Deberíamos normalizar la diversidad, la felicidad y cada una de sus caras, deberíamos normalizar las decisiones que cada uno de nosotros tomamos para vivir nuestras vidas, deberíamos normalizar las rarezas que cada quien disfruta y dejar de cuestionarnos por todo.
Seríamos mucho más felices si dejáramos de mirar la paja en el ojo ajeno y nos concentraremos en nuestra propia paja…
Seamos felices, que eso nos traiga la navidad.
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