Elsbeth Lenz
La austeridad
Ayer jueves, el gobernador García Jiménez, al parecer estuvo al sur del estado, muy temprano en la mañana, presidió la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz en Acayucan y luego habría ido a supervisar la construcción del panteón forense en Coatzacoalcos, me pareció haber escuchado que en algún momento, dijo que relajaría su agenda para tomarse un respiro, capaz anda en alguna playita cercana, asoleando sus carnitas ¡Que buena falta le hace!.
La realidad, es que con esa presunta austeridad republicana, que tanto se han encargado desde Palacio Nacional de promover, de un tiempo a la fecha se hace demasiado drama, de que cualquiera hagan cosas, que deberían ser absolutamente normales, pero la verdad es que ellos mismos tuvieron la culpa con sus excesos y ya de paso el presidente López Obrador, se fue como hilo de media y hoy día esa bandera, le ha servido de mucho.
Casi a todo el mundo le gusta la buena vida, para eso la gente trabaja, no solo para cubrir las necesidades primarias, a todo el mundo le gustan unos buenos zapatos de calidad, que no lastimen, ni rechinen, que sean cómodos; también a la mayoría de las personas, les gusta usar ropa de buenas telas, que no raspen y te dejen transpirar, con diseños bonitos y que nos hagan ver mejor, que resalten nuestros atributos, también la buena comida, sentarse y disfrutar de un buen platillo, que alimente, pero que también te haga feliz, es algo que poca gente, no valora.
Cada quien tendrá sus aficiones, a algunas personas les gusta el buen comer, el buen vestir, el viajecito, la cultura, la lectura, cada quien sabe en que invierte su dinerito, ganado con el sudor de su frente, pero con esa presunta austeridad que se han encargado los cuatroteístas de pregonar, estamos a nada de que comer tres veces al día, sea mal visto.
Ahora que en esa austeridad mal entendida, muchas entidades gubernamentales han reducido al mínimo áreas y departamentos, que son de vital importancia para funcionar, tal pareciera ser el caso de la Secretaría del Trabajo de Luisa María Alcalde, en donde según la columna de Carlos Loret de Mola; se habrían reducido a la mitad el número de inspectores encargados de vigilar la seguridad de las minas, antes había entre 50 y 60, hoy cuentan solamente con 30 inspectores, a los que además les habrían recortado los gastos operativos para traslados y viáticos, así que el accidente de la Mina de Sabinas Coahuila, tendría ya por lo menos un nombre y un apellido, para pasar la factura.
Esto claro está, más lo que se acumule, porque seguramente si es que llegaran a hacer una investigación y deslindaran responsabilidades, habría muchos más embarrados.
Tanta austeridad y tanta locura empieza a enfermar a muchos, independientemente de los accidentes, contratiempos y vidas que seguramente hasta ahora nos ha costado todo esto.
Cosas de la vida y menudencias
¡Ay! el doctor López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, se lanza contra los consultorios de las farmacias, para desternillarse de risa, el pobre hombre no ha podido ni con su prestigio dilapidado, con su mal manejo de la pandemia y ahora con su dedo flamígero apunta para distraer.
En fin hermosos míos pasen un lindo fin de semana.
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