“A los niños se les debe enseñar a pensar, no que pensar” Margaret Mead.
Un gran revuelo generó el amigo de Beatriz Gutiérrez, el Sr. Marx Arriaga en la mañanera de AMLO cuando presenta su programa y planes de estudio. Revuelo porque en lugar de presentar un magnífico programa que dejara satisfecho a los padres de familia y a los mexicanos, nos presenta una serie de ocurrencias y ataques a la educación que se ha dado en México.
Para presentar su documento era necesario que el Sr Arriaga, que por cierto dice que el leer es clasista, tendría que haber hecho un análisis de la situación actual de la currícula educativa en la historia de México y analizar los avances o retrocesos de la educación. Y a sabemos todos que la educación en México ha sido y es el talón de Aquiles que padecemos. La causa principal es que se le mete mucha mano con poco resultado y que todo lo hacen por reformas legales de acuerdo a la ocurrencia del gobierno en turno. La revancha y venganza de AMLO lo llevó a cambiar la Constitución para derogar la anterior reforma educativa y sacar un Frankestein de miedo.
Incluso he recomendado otras veces que se lea el libro de Gilberto Guevara Niebla “La regresión Educativa” y veremos mucho de lo que pasó en esa contrarreforma. Actualmente no entienden lo que decía John Dewey “La educación no es la preparación para la vida. La educación es la vida en sí misma”. No quieren entender las tareas que le toca al gobierno con los docentes, a los padres de familia y a la sociedad. La educación debe ser pública, no estatizada como siempre ha sido en México. Para generar ciudadanos honestos con ética, con principios están los padres. Para formar en las aulas a los niños y jóvenes en la ciencia, los idiomas, las ciencias sociales está el sistema educativo.
La educación por años se dejó de lado por la conveniencia de tener ciudadanos que no pensaran, que no leyeran, que no se preocuparan por el futuro, el empleo, la capacitación en las necesidades laborales de México, eso convenía al régimen dictatorial del PRI. Pero eso fue cambiando. Teníamos o tenemos aún dos Méxicos, el de la mala formación escolar en algunas escuelas públicas, la mayoría eran buenas y la de la mejor formación escolar de algunas escuelas privadas. No se veía como formar mexicanos que tuvieran una educación para razonar.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” Nelson Mandela y esto era el pavor de los gobiernos tiranos. Ahora estamos más conscientes que lo que urge tener es la educación necesaria para progresar, para ser mejores personas. México pertenece a la OCDE y por ende está sujeto a la evaluación PISA, y lo malo es que en la última que hubo antes de la Pandemia obtuvimos el último lugar. A las autoridades en México se les olvida, para no variar, los compromisos internacionales, como el que firmó en septiembre del 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible donde entre otros puntos se habla de cuida el medio ambiente y tener personas preparadas, productivas e innovadoras. Más violaciones a tratados internacionales. Lo firmaron 193 países.
La educación es un derecho humano, un importante motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, y lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad. Además de generar rendimientos elevados y constantes en términos del ingreso, constituye el factor más importante para garantizar la igualdad de oportunidades. Por eso con la educación no se juega. La educación no es adoctrinamiento, en la educación no se debe ideologizar al niño. La educación no es neoliberal, clasista y otros adjetivos que usan actualmente.
Muchas son las diferencias que guardan entre sí los sistemas educativos de países como Singapur, Finlandia o Polonia situados a la cabeza de la educación mundial según el informe PISA la apuesta por el aprendizaje activo de los estudiantes y la resolución de problemas en detrimento de la memorización, el fomento de la responsabilidad y el esfuerzo en los estudiantes, y la exigente formación de los docentes, las mejores tecnologías, el trato personalizado hacen que día a día sus escuelas sean mejores.
En naciones como Finlandia, Polonia, Corea del Sur, Japón, Canadá, Reino Unido, Singapur y Estados Unidos tienen algunos comunes denominadores para ser ejemplos en la educación.
La educación en esos países es un pilar fundamental como obligación de Estado y no andan cambiando las leyes y normativas a cada rato como en Corea del Sur y Japón que su Ley es de 1947 y se revisó en 2006. Tienen en común que hacen diferentes tipos de evaluaciones a los alumnos buscando que sean personas que piensen, que tengan visión de futuro o sea preparar desde niños para las necesidades de su Nación. No andan adoctrinando, andan formando personas capaces de pensar e investigar. Muchos de ellos la mayoría la inversión es muy alta en relación a su PIB. La educación en varios de ellos es descentralizada. Los maestros son personas muy valoradas y son evaluados para medir el rendimiento, además son evaluados de acuerdo al rendimiento de los alumnos. La educación es pública y gratuita con gran participación de los padres de familia. En algunos países sí hay educación privada, en otros es mixta la participación económica.
Y mientras las naciones más desarrolladas con las que competimos se preocupan por las asignaturas reales y cada día den mejores condiciones de vida, en México los planes y programas nos dicen que deben ser y buscar: Seres empáticos, sociales, felices, no a la meritocracia como otros países, acá pedimos que se enfrenten a la corrupción, eso es labor de los padres. Igual quieren que estén conscientes de la excepcionalidad que vivan en armonía con la naturaleza, orgullosos de su identidad. En el tercer punto nos hablan de cuatro campos formativos, a saber: Lenguajes; Saberes y Pensamiento Científico; Ética, Naturaleza y Sociedad y De lo Humano y lo Comunitario.
Ahora en México no hablan de exámenes, no hablan de grados, no hablan de inversión, no hablan de tecnología. Solo culpar al pasado. No a la propuesta que no presentan, sí a la formación humana integral y cumplir con los niños y jóvenes de México.
Tomás Trueba Gracián.