Xalapa, Ver. Este año no abrió al público ni a recorridos nocturnos el panteón 5 de Febrero, fueron suspendidos los recorridos por trabajos de restauración de la estructura y de las tumbas en la que participará el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dio a conocer Karla Guadalupe Montano Rocher, directora de Cultura del ayuntamiento de Xalapa.
Explicó que por medidas de seguridad emitidas por Protección Civil, no se pueden realizar ni visitas ni actividades en el panteón más antiguo de Xalapa.
Además, los familiares de quienes descansan ahí, casi todos xalapeños ilustres, ya son descendientes de tercera y cuarta generación, muy ancianos muchos, que poco van a visitar las tumbas los que aún viven.
Ante esto, hay un proyecto para darle mantenimiento el próximo año con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por lo que se decidirá en 2023 si se abre o no nuevamente al público el siguiente año.
Este panteón fue la última morada de personajes ilustres como Juan de la Luz Enríquez, Concepción Quirós, Eduardo Coronel, Enrique C. Rébsamen, Antonio María de Rivera, Manuel Maples Arce y familias como Huesca y Cerdán, Sayago y Díaz Mirón, entre otros.
Son cerca de 6 mil tumbas con historia en Xalapa, con estilos arquitectónicos barroco popular, neogótico, neoclásico, tardío, “art nouveau” y “art déco”.
El “Cementerio municipal”, “Cementerio viejo” o “Panteón 5 de Febrero”, fue construido en 1831, es el más antiguo de todo el país y en 1986 fue declarado Monumento Histórico de la Nación.
En 1827 se presentó el proyecto para su construcción, por parte del ayuntamiento xalapeño, para tener un camposanto más grande y moderno para lo que sería la ciudad de Xalapa.
El proyecto se consolidó en el año de 1831 cuando se decretó su creación y disposición en un terreno ubicado al noroeste de la ciudad, limitado por el entonces camino nacional (actual 20 de noviembre) y el barrio de San José que apenas comenzaba a extenderse hacia el norte.
Fue clausurado dos veces, la primera en 1912-13, debido a la construcción del panteón de Palo Verde a las afueras de la ciudad del siglo XX, y la segunda, definitiva, en el año de 1967. Una vez clausurado el cementerio fue abandonado hasta el año de 1986 cuando se le declaró “monumento histórico” a raíz de la exigencia social que impidió su derrumbe.
Antes de la pandemia era usado como escenario para representaciones en torno a la fiesta de “Día de Muertos”. En los últimos años se había dispuesto del lugar para la realización de recorridos nocturnos donde se ofrecían historia, leyendas y cuentos con luces de colores como fondo.
Linda Mora
