Río Blanco, Ver.- Elementos de la Guardia Nacional, armados, irrumpieron en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús cuando se celebrara la misa de 1:30 de la tarde, generando inquietud entre los feligreses.
Los agentes seguían a un grupo de migrantes, en particular a un joven que buscó refugio en el templo. La interrupción de la homilía ocurrió justo cuando el párroco se preparaba para llevar a cabo la plegaria eucarística de consagración.
Ante estos hechos, el obispo Eduardo Cervantes Merino, la comunidad parroquial y el sacerdote Helkyn Enríquez, emitieron un comunicado para manifestar su inconformidad.
«La dignidad del ser humano es un valor inalienable que no puede ser vulnerado por ningún motivo», afirmó el sacerdote, subrayando que no se puede perseguir como delincuente a quien está de paso, especialmente en un lugar consagrado como una parroquia.
Enríquez Báez también enfatizó en el principio de reciprocidad en el respeto entre las instituciones gubernamentales y la fe religiosa. «Si bien respetamos todas las instituciones gubernamentales y de seguridad, ese respeto debe ser mutuo y extenderse también a nuestras creencias y lugares de culto».
El comunicado advierte sobre el derecho al asilo, como un derecho humano y un deber cristiano que constituye un mandamiento del Señor y cita «Fui forastero y me acogieron».
Expresa también que en el respeto recíproco, no se repita un evento similar.
El comunicado difundido en Facebook, generó cientos de reacciones entre los feligreses que respaldaron el pronunciamiento.
Gabriela Domínguez