EN EL CHILATOLE DE HOY: La Guerra de las Galaxias

David Fernández Opinión

David Fernández

Star Wars es la mayor obra de narrativa visual de nuestra generación. Es, según mi corto entender, heredera directa de los grandes clásicos de todos los tiempos. Una vena que viene desde la inmortal Iliada, pasando por las sagas vikingas, los libros de caballería, Don Quijote y la novela moderna, hasta El Señor de los Anillos y el mundo de los superhéroes de historietas. 

Sin duda hay muchas películas mejor realizadas que La Guerra de las Galaxias… mejor contadas y filmadas, pero ninguna a hechizado con tal magnetismo a tantos millones de personas alrededor del mundo como la saga creada por George Lucas. 

He visto esta serie de películas y su universo expandido varias ocasiones y en mi análisis, he encontrado que esta aventura consta de tres capas antes de llegar al núcleo narrativo, al sostén que da sentido y estructura toda la historia. Estas tanto pueden atrapar al espectador como pueden ahuyentarlo. 

En la primera capa nos topamos con la opera espacial. Un género de fantasía muy confundido con la ciencia ficción sólo porque las cosas suceden en el espacio. Aquí es donde las nuevas generaciones están chocando al acercarse a esta aventura, pues no es un género que haya sido actualizado ni que esté de moda.

La segunda capa es su entramado político. Toda una historia subyacente que va preparando el contexto donde se dará el desenlace. Aquí es donde los que empiezan a ver esta serie en el capítulo uno pierden el interés. Pues la política nos parece ajena a nuestra vida, muchos no la entendemos y no queremos saber de ella.

La tercera son las influencias históricas. Pocos son los que llegan aquí, pues para disfrutarlas se necesita saber un de historia. Otra cosa que no parece muy interesante.

No obstante, si ha logrado llegar hasta este punto puede acceder al corazón de esta narrativa: la historia de un niño esclavo. Un niño a quien su madre entregó a una orden monástica para liberarlo, pero donde no encontró libertad. Pues los jedi no tienen posesiones, ni familia, ni deben enamorarse. 

Es la historia de un hombre con miedo a perderlo todo y que lo perdió por miedo. Cuyo dolor y sufrimiento lo llevó a subyugar una galaxia entera, pero que fue redimido por el amor de su hijo.

Se trata de un fenómeno que sólo comparten obras fundamentales de la sociedad. Aquellas que tocan las fibras más sensibles del género humano, siendo ahí donde yace su encanto y su poder.

David Fernández: Originario de CdMx, con licenciaturas en Derecho y Ciencias de la Comunicación; diplomados en Administración, Finanzas, Derechos Humanos, entre otros; ha realizado estudios en Historia y Religión; actualmente cursa la maestría en Desarrollo Pedagógico. Periodista en medios del centro y sur del estado; así como catedrático en nivel medio superior y superior.

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