David Fernández
Sin previo aviso y de un borrón, el 6 de septiembre la alcaldesa de Nanchital, Esmeralda Mora Zamudio, borró el mural que representaba la visita del presidente Lázaro Cárdenas del Río al municipio petrolero. La pintura, con la que nadie se tomaba una foto según defendió su acción la presidente, tenía 34 años.
Vamos a concederle un punto. Ya nadie se quiere tomar fotografías con héroes aburridos del pasado, del pasado aburrido del que nadie se acuerda y que no representan capital turístico, sin embargo, parece que hay que recordarle a la administración nanchiteca, que esos murales no están ahí para sacarse una selfie, sino para que la gente no olvide los sucesos que marcaron nuestra historia o en este caso, la del municipio que justamente lleva el nombre de Nanchital de Lázaro Cárdenas del Río.
Durante la construcción del ferrocarril que comunicaría a Coatzacoalcos con Salina Cruz se encontró petróleo en la entonces ranchería de Nanchital.
En 1904, la compañía S. Pearson & Son, Limited, (luego El Águila) inició la perforación y producción de petróleo elevándose tanto que apenas cuatro años después se construyó una refinería en Minatitlán.
Ya en marzo de 1938, Cárdenas del Río expidió el decreto de la Expropiación Petrolera y en julio de ese mismo año visito la ranchería para inaugurar las oficinas de la sección 11 del STPRM. Misma que elevó a grado de Congregación.
Fue el sindicalismo petrolero impulsado por Cárdenas el que consiguió que Nanchital pasara a ser la cabecera municipal de Ixhuatlán en el 67 y que finalmente se erigiera como municipio libre en 1988 ya con el grado de ciudad. Y fue en esa fecha, para conmemorar su nacimiento y desarrollo que el cabildo tuvo a bien mandar a pintar el mural que adornaba el Palacio.
La alcaldesa Mora prometió un nuevo y moderno mural para celebrar las fiestas patrias. Sólo que no especificó el año, pues también dijo que no hay dinero para hacerlo. Por el momento y mientras esperamos que acabe su administración, de entrada, sabemos que será recordada como la alcaldesa que por una ocurrencia se cargó la memoria histórica de todo un pueblo.
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