Veracruz, Ver.- Durante la celebración del Domingo de Ramos en la Catedral de la Diócesis de Veracruz, el obispo Carlos Briseño Arch invitó a los fieles católicos a reflexionar sobre los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo; pero también, a dejar el pecado y el mal.
Quien lucha contra el pecado personal y del mundo para que Cristo reine en su corazón deja de ser esclavo de las pasiones del mundo, del egoísmo, de la carne, del demonio y de los valores que predica el mundo.
“En la iglesia continúan los dolores de Cristo porque precisamente la comunidad cristiana es el lugar donde luchamos contra el mal; aquí es justamente donde empezamos a tener esa fortaleza espiritual para luchar contra el mal, a veces hay gente que dice ‘es que me hicieron brujería, es que me hicieron un mal’, si tú estás en gracia de Dios, Dios ya venció al mal, al demonio, al pecado”, expresó el obispo.
Aseguró que no hay dolor humano que sea extraño a la iglesia, ya que la pasión de Cristo continúa hoy en los hombres que sufren dolor físico o moral, hambre o desnudez, pobreza, abandono o tristeza, desesperación o falta de comprensión.
“Aquellos que, por dejar entrar el mal en ellos, son generadores de odio también, nosotros tenemos que ser un bálsamo para ellos, para tratar de cerrar esas heridas, de curar esas heridas de odio, de rencor, de resentimiento, eso significa en último término que el único signo válido de la lucha de los cristianos contra el pecado es la compasión efectiva del todo el inmenso dolor de la humanidad”.
El obispo Carlos Briseño Arch bendijo las palmas que portaron cientos de fieles católicos que asistieron a la celebración del Domingo de Ramos.
Con información de AVC
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— Diocesis de Veracruz (@diocesiveracruz) March 28, 2023
