NO NORMALICEMOS LA DESGRACIA

EL PAN AHORA DEBE APRENDER DE LOS CIUDADANOS

Opinión Tomás Trueba

“Los Partidos son conductos de expresión: Son un instrumento para representar al pueblo al expresar sus exigencias. Los Partidos no se desarrollaron para comunicar al pueblo los deseos de las autoridades, sino para comunicar a las autoridades los deseos del pueblo” Sigmund Neumann.

Acción Nacional cuando nace como una organización de ciudadanos, lo hace con la finalidad de crear en México una democracia basada en la libertad. Nace con la misión de “Mover las almas” para crear ciudadanía, para mover la conciencia de los ciudadanos en relación a lo que debía ser México, una Patria ordenada y generosa. Buscaba que los mexicanos tuviéramos una vida digna.

Era un Partido confiable por la congruencia que lo caracterizaba, no en vano Juan José Rodríguez Prats escribe su magnífico libro, que hoy en día deben leer los militantes del PAN, titulado “La Congruencia histórica del PAN” Por su ética, por su doctrina Acción Nacional era confiable, era distinto. Era un Partido de capacitación a sus militantes tanto activos como adherentes.

Pero todo eso se perdió, los militantes en vez de mirar hacia el exterior y seguir las enseñanzas de los fundadores, empezaron a mirar hacia el interior y formar grupos de poder. Todo lo se buscaba de terminar con caciques, lo empezaron a desarrollar hacia adentro formando caciques. La vida institucional se empezó a perder, se deterioró la razón de ser del PAN.

Mucho se puede escribir de cuando se perdió la brújula en Acción Nacional, mucho se puede ver desde cuando los apetitos personales predominaron sobre el Bien Común. La ambición y la falta de capacitación y liderazgos doctrinarios hicieron que Acción Nacional entrara en una fase de retroceso. La llegada de ex priistas que no se empanizaron lograron imponer su lógica sobre la lógica de Acción Nacional. La falta de una autoridad moral que impusiera por ejemplo la aplicación el Código de ética entre los militantes ocasionó una debacle.

En la medida que se perdía la verdadera razón de ser del PAN, de tener la presencia en la ciudadanía, de mover las almas, aún había militantes que luchaban por conservar y rescatar la doctrina y el pensamiento humanista. En medio de un caos Luis Felipe Bravo Mena escribe su libro “Acción Nacional ayer y hoy” donde expone varios temas sobre la razón de ser del PAN, lo que es en ese momento y lo que debe ser. En su libro me hace favor de mencionar un artículo que escribí cuando yo era director de la revista Palabra de Acción Nacional. Fue en su número 93 de julio-septiembre de 2012 que publico mi artículo “El tesoro olvidado”. Los invito a leerlo.

El PAN se alejó en su vida interna de su vida democrática, del debate de ideas, de buscar la unidad a través de la camaradería castrense. Se preocupó más de tener súbditos a modo para controlar el padrón de militantes, tener el control para manejar los cuerpos directivos, para tener el control e imponer candidaturas. La renovación generacional fue muy pobre. Esos jóvenes que sobresalieron y están ahora muchos de ellos buscaban el poder. Hoy hacen hacia adentro lo que critican hacia afuera y eso les quita credibilidad ante la ciudadanía.

Volvieron al Partido una agrupación de pago de favores y facturas. Don Manuel Gómez Morín decía que “Acá nadie viene a obtener, sino a dar” pues estos ilustres de ahora cambiaron el sentido de la frase. Igual decía “No estamos en Acción Nacional para cercar nuestro huertito, ni para redondear una capilla exclusivista de vanidades” Igual se olvidaron, ganó la cerca del huerto y ni qué decir de las vanidades.

Siempre lo dije y ahora lo repito, Acción Nacional se volvió un partido electorero, en épocas sin elecciones no se acercaba a la gente no salía a realizar invitaciones cordiales a la ciudadanía de sumarse a la fuerza azul en favor de México. Hoy nuevamente está dejando ir la oportunidad de encabezar la lucha contra la simulación, contra la tiranía, pero afortunadamente ya la ciudadanía despertó y está moviendo las conciencias, está exigiendo a los Partidos que los representen en verdad, está la ciudadanía usando su fuerza, la fuerza de la que hablaba Don Manuel y Don Efraín.

En este momento los líderes y los militantes de las fuerzas opositoras deben entender que las candidaturas para cargos de elección popular deben salir de un consenso interno pero sobre todo con la sociedad civil, el poder es de los ciudadanos, los que votan en las urnas son todos los ciudadanos. Los que mandan son los ciudadanos.

Los Partidos deben adaptarse a las circunstancias, que son cambiantes, de no hacerlo van a perecer. Hoy con más fuerza, siempre ha existido algo de ciudadanía, los ciudadanos ya no se callan, ya no se agachan, ya exigen ser tomados en cuenta. Pues el PAN debe aprovechar eso y mover las almas con ética, con responsabilidad, con miras de grandeza y para el Bien Común.

Tomás Trueba Gracián

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