La marcha de los olvidados
A propósito de la memoria histórica
Lenin Torres Antonio
Hoy 27 de noviembre de 2022 miles de mexicanos se congregaron en el zócalo de la ciudad de México para acompañar al presidente Obrador en su 4º informe de gobierno, atentos escucharon los resultados de sus políticas públicas sociales, vítores y muestras de afecto y solidaridad se presenciaron a lo largo de la caminata que encabezó AMLO y durante su intervención.
Es innegable que por primera vez México tiene un presidente de los olvidados, de los pobres, un presidente que dejó de responder a la pequeña élite económica que ha detentado el poder público y la explotación de las riquezas de México, una élite insaciable que no deja de insistir en volver al “pinche poder” para continuar con sus corruptelas y privilegios.
Desde el primer minuto que el presidente Obrador llegó a la presidencia de la república ha librado una sistemática guerra mediática del conservadurismo, pero su obra social por los olvidados, los marginados y los pobres, ha mantenido intacta su credibilidad y su vocación de servicio social y progresista, el pueblo mexicano lo quiere y respeta, y agradece que no fuera más de lo mismo, de esos que con toda su parafernalia de la forma no podían ocultar sus funestos deseos de gozar del poder público para fines totalmente personales.
Hay que decir que hay dos Méxicos, y hoy marcharon a lado del presidente Obrador, el México de los olvidados, ese México que describió en su memorable discurso el difunto Luis Donaldo Colosio, que no tiene nada que ver con Colosio “el junior”, ese México con sed de justicia social, y que AMLO ha sabido honrar y defender a costa de insultos, mentiras, injurias, clasismo, discriminación de esa élite corrupta que ahora la vemos vestida de “intachables demócratas”, quienes con facilidad se metamorfosean tratando de pasar como “los otros”, quienes no tienen “nada que ver con el pasado de corrupción y simulación”, quienes hacen alardes de honestidad, patriotismo, enmarcados en patéticas defensas de causas indefendibles, como su trinchera el INE, que como dice el presidente Obrador con su voto a priori en contra de la reforma electoral, apoyan la corruptela de los lorenzos y sus compinches, apoyan que sigamos teniendo la democracia más cara del mundo.
México siempre ha estado polarizado, antes en silencio el pueblo mexicano aguantaba a esa élite, ahora con su voto los echó a la calle, les quitó el erario público que se lo repartían sin vergüenza ni pudor, e incluso, como lo decía la esposa del convicto Duarte de Ochoa, “lo merecían”, porque siempre han creído que están por encima del pueblo, por eso le parece inconcebible al pseudo judío Alazraqui que el pueblo mexicano siga apoyando al presidente Obrador, y los pseudo intelectuales de pacotilla, desesperados, piensen que con tareas pseudo intelectuales pueden despertar al pueblo y mostrarles “su error” de apoyar al primer presidente que ha tenido México que atiende a los más necesitados. Y como bien dice el presidente Obrador “tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”.
México tiene memoria histórica y sabe identificar a los “pillos” y corruptos por más que se metamorfosean, tanto a los que están afuera y son esa minoritaria clase política-económica y mediática ávida de poder y de volver al poder público a costa de lo que sea, como a los “chapulines” que habiéndose hundido el barco de los buenos tiempos de la pirámide del poder presidencialista prianista, se saltaron al movimiento obradorista y ahora aspiran a ser los herederos del legado del presidente Obrador.
A 4 años del gobierno del presidente Obrador la mayoría de sus promesas de campaña, que, por cierto, no tuvo que firmar ante un notario para cumplirlas, las está cumpliendo, algunas incluso antes de tiempo, y ha demostrado que puede haber economías de mercado neoliberal que sean sociales, y que atiendan las desigualdades, y si no había dinero antes para paliar la pobreza, no era porque no hubiera, sino porque el dinero público era robado por una clase política sin escrúpulos y voraz.
México vive un parteaguas histórico, y es una lástima que haya tanto prejuicio por la reelección, cuando en infinidad de países democráticos la reelección es una cotidianidad, e incluso una necesidad para que gobiernen los más eficientes y honestos, y que no podamos reelegir al presidente Obrador para otro período más; pero tenemos ante nosotros a un hombre coherente, que entiende que la “no reelección” es un legado de nuestra democracia, y que no está dispuesto a transgredirla, aunque la mayoría de los mexicanos desearíamos que hubiera trabajado para cambiar la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos para contemplar la reelección de nuestros buenos gobernantes como él.
Pero la historia está determinada a construirse ahora sin él, pero sí con sus enseñanzas y con su visión patriótica de ¡primero los pobres y excluidos!, su lucha por construir un solo México, y por su incansable trabajo por demostrar que se puede y se debe optar por un México sin clases sociales económicas, un México donde todos tengamos de una vida digna y justa.
El legado del presidente Obrador es histórico, y será un antecedente para las futuras generaciones de políticos mexicanos para que sepulten de una vez por todas a esa clase política que aún se niega a morir, y sigue haciendo tanto daño a México, tanto la de afuera que se une sin vergüenza bajo la tutela del poder económico y mediático, como los infiltrados del pasado en el movimiento obradorista, que espero que pronto se extingan porque siguen con sus viejas prácticas corruptas ahora con piel de revolucionarios de café y de Tablet o Iphone.
El proceso histórico por una 4ª Transformación pacífica está en un tiempo por venir, el presidente Obrador hizo la titánica tarea de quitarle el poder a esa clase política prianista corrompida, y está restituyendo la funcionalidad perdida del estado mexicano y sus instituciones, ese paso es de gigantes; y ahora viene la madre de todas las batallas, donde se pone en juego el futuro de México, o bien, se impone el retorno del viejo régimen de las minorías y los privilegios, o bien, se construye de ahora y para siempre un nuevo sistema político mexicano que permita resolver los graves problemas que vive la sociedad mexicana, régimen político basado en ¡no mentir, no robar y no traicionar!
El movimiento progresista del obradorismo post AMLO debe definir los contenidos y principios políticos, económicos y doctrinarios democráticos de la 4ª T., y debe salir de la vorágine lucha interna por el poder, debe priorizar y privilegiar el programa revolucionario social y progresista al nombre o persona, pues queda mucho que definir, el presidente Obrador no podemos pedirle más, ya hizo lo principal y lo más importante, que era sacar del poder público a esa banda de forajidos y corruptos, es la hora de una nueva clase política que responda a los nuevos tiempos que vive el mundo, que participe en construir esa nueva narrativa post ilustrada y moderna para salvar al mundo de los espejismos democráticos y de la economía sin política. La opción no está ni el neoliberalismo ni el estatismo, sino en el humanismo y la construcción de la nueva psicología de las masas. Que no se confunda esto con el regreso al comunismo o el socialismo, esto históricamente está superado. Sino en lo que el visionario presidente Obrador ha mostrado, la viabilidad de un mercado social, y un neoliberalismo donde la economía esté determinada por la política.
Mi congratulación por esos 4 años de un gobierno social del presidente Obrador.
Noviembre de 2022