Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio Opinión

Putin de apocalíptico a revolucionario de los diferentes y oprimidos

A propósito de un mundo multipolar y las nuevas narrativas de la “diferencia”, y la oportunidad de Europa de salvarse del Frankenstein anglosajón.

Lenin Torres Antonio

Hemos vivido en un mundo unipolar, en un sistema epistémico, político, económico y social dominante encabezado por los EEUU y sus aliados, principalmente, Inglaterra, Francia e Israel, un sistema humano que no tan sólo ha determinado un único método político, social, financiero, comercial y económico, sino también, psicológico y cultural, sistema desde donde se especula con las riquezas que produce el mundo, y que cuida que las mismas continúen en manos de unos cuantos países, que incluye al dólar como la única moneda desde donde se miden las riquezas, y al inglés como la lengua universal para comunicarse e incluso para legitimar el conocimiento, educar y “decir la verdad”; muy atrás quedó el griego de Platón y de Aristóteles, el latín de San Agustín, y más recientemente, el francés de Descartes, el alemán de Nietzsche y de Goethe, el español de Cervantes y de Unamuno, el portugués de Saramago.

Cuando Vladimir Putin dice que “los ingleses están acostumbrados a no trabajar y vivir de los demás”, se refiere a ese sistema de explotación hegemónico de occidente (y no todo occidente, sino los cuatro países que detentan el poder mundial y son los que se alían realmente cuando otras fuerzas hacen peligrar su hegemonía), y quienes han vivido de la explotación de los demás, y del injerencismo armamentístico para someter y clausurar cualquier rebelión que pongan en peligro sus intereses, principalmente, los económicos.

La historia mundial así lo describe y atestigua, los pueblos bárbaros del norte de Europa no tan sólo se adueñaron de los ”Lugares Santos” sino también del pensamiento reflexivo (la filosofía) de Grecia, además colonizaron el resto del mundo, siendo los más inteligentes y astutos los ingleses, quienes con sus conquistas esclavizaron a la mayor parte del mundo, e incluso en América del Norte construyeron su metrópolis, y materializaron las ideas ilustradas con la fundación de los EEUU, colonización que no permitió el mestizaje sino el exterminio de los pueblos originarios. Los conquistadores ingleses desde ese momento y hasta la fecha han vivido de los demás, primero, directamente explotando las riquezas naturales de sus colonias, y después, con sus vasallos gobernantes, indirectamente han administrado sus riquezas.

El sistema de explotación del Imperio que encabeza los EEUU es complejo, pues no tan sólo tuvieron que crear un único sistema económico, comercial y financiero para administrar las riquezas del mundo, sino también, una narrativa con el pensamiento ilustrado que encubriera y legitimara democráticamente la explotación y el genocidio en que han sometido a la mayoría de los países del mundo.

El sistema político epistémico ilustrado liberal y el sistema económico y financiero capitalista corren paralelos, sin que el primero determine al segundo, pero sí, que el segundo determine al primero, creando un falso maridaje que les ha permitido engañar psicológicamente a los humanos para perpetrar la esclavización y el sometimiento, y mantener el poder unipolar del mundo.

Esta historia que les cuento no es una ficción hollywoodezca sino es el resultado del triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, pues a partir de ahí, y como en otro texto lo explico (1), el Plan Marshall fue para organizar el área de influencia mundial y concluir la domesticación de Alemania, Italia y Japón, y aislar a Rusia como el enemigo a posteriori que ya contemplaban, y no para un orden civilizado que permitiera al mundo vivir en el progreso y la paz como falsamente nos los inculcaron.

La obra tragicómica del mundo estaba trazada, aunque antes tenían que demonizar al comunismo como la otra alternativa que se cernía como un rival, tarea que les fue fácil realizar con el hedonismo, narcisismo y epicureismo que conlleva no tan sólo el pensamiento único legitimador ilustrado, sino también, el sistema económico neoliberal; a los pocos años, el muro de Berlín se resquebrajaba al Canto de las Sirenas de los espejismos ilustrados de democracia, paz, libertad y felicidad, con el lema implícito “¡el paraíso es terrenal”!, y se instaló el unívoco sistema económico y político neoliberal ilustrado como la única forma “buena”, “verdadera” e incluso “bella” de organizar la vida en sociedad, así también, se erigió una identidad humana única con el Hombre Universal Occidental y se planteó un proceso de globalización no tan sólo económica sino trascendental, viendo en un futuro a los hombres descendientes de una sólo raza, así que las identidades nacionales se les desfiguró sus rostros, y “el sueño americano” se impuso como “el sueño del mundo entero”.

El sistema de dominio unipolar incluso generó su antítesis revolucionaria de izquierda, populista o extremista para completar su juego perverso de un sistema completo humano que se auto legitima, el peso del poder caía inmisericorde sobre “los diferentes”, los movimientos trasnochados de izquierdas que apuntaban al leninismo, allendismo, hochimismo, castrorusismo, chavismo, lulismo, evomismo, e incluso, obradorismo, han sido los “cocos”, los “malos”, “los enemigos de la democracia, de la libertad y de la igualdad”, y por lo tanto, han sido perseguidos y echados a la hoguera. Y qué decir de los movimientos “fanáticos” extremistas fundamentalistas-islámicos, aplastados sin piedad con toda crudeza por la bota imperial con su poder económico y armamentístico, todavía en nuestros oídos resuenan las bombas y las alarmas contra los ataques aéreos, el todo poderoso ejército de EEUU, Inglaterra y Francia, a mutuo propio, ignorando el invisible Consejo de Seguridad de la ONU, comienzan la invasión a Irak, la nombrada “Guerra del Golfo”, bajo un falso argumento que Sadam Hussein desarrollaba armas de destrucción masivas, que después destruido el país de los iraquíes y provocar millares de muerto y dolor a sus pueblos, y de destruir a sus ciudades, se demostró que no era cierto; todavía se “escucha” el silencio de la comunidad internacional ante esa atroz, ilegal y despiadada invasión de los Aliados a Irak, sometido por el Imperio, incapaz de condenar la invasión y el genocidio perpetrado contra el próspero pueblo iraquí, con más de un millón de muertos y heridos de un solo bando, pues el Imperio, con todo su poder sofisticado de sus armas letales sólo rasguños recibió del ejército iraquí.

Pero como “lo inconsciente” freudiano que sobrevive a los dictados del “superyó” y a la vigilancia del “yo”, “la diferencia” no se anuló y ha resistido al poderoso pensamiento occidental del “Hombre Universal” de los Amos del Mundo, quienes están acostumbrados a la “dulce vita” y a la holgazanería; aunque craso error cometieron al descuidar los lugares que usaron para producir “sus cosas” para el deleite y la buena vida, pues sus industrias poco a poco las fueron poniendo en China, Asía, América, aprovechando la mano de obra barata, y usaron esos lugares para que sus casas no se ensuciaran ni se contaminaran, y dejaron crecer a monstruos comerciales y fortalecieron a monstruos de mil cabezas como China, que poco a poco se está adueñando con el comercio global, y descuidaron la buena vecindad, la de Europa con Rusia, la de los mismos EEUU con América Latina que hoy luce toda roja con la asunción de gobiernos de izquierdas progresistas antiimperialistas, en el caso de Rusia, le invitaron a fuerza a ser parte de “forma natural” del G8, y entre dientes verlo como un intruso y eslavo de tercera; en suma, con su abultada panza bonachona, su pereza y vetusta clase política vuelta unos holgazanes, que como su parodia, Homero Simpson, “quisieron y quieren eternamente controlar al mundo con sólo aplastar un botón en una placida suite de lujo de sus altísimas torres empresariales”, sin darse cuenta, que poco a poco en lugar de admiración fueron sembrando resentimientos y odios esos Barbaros venidos señoritos de buenos modales, reprimiendo con violencia el deseo de libertad milenaria de los oprimidos que iniciaron revueltas una tras otras, y que se la han pasado aplastándolas y apagando el fuego con fuego.

Pasaron de ponerle motes a los insurrectos, anti ilustrados: de comunistas a izquierdistas, de progresistas a populistas, así que cada nuevo libertario fue asesinado o sometido, pero no pudieron que cada entidad nacional se abriera entre las ruinas epistémica del mundo occidental y del “sueño americano”, hoy vuelto “la pesadilla del mundo”.

Como telón de fondo de ese Imperio, con su pobreza mental y sus hordas de zombis con las jeringuillas insertadas permanentemente en los brazos, el mundo vive una insurrección cultural o la verdadera contracultura, y no por haber una cultura contrapuesta a la cultura occidental, sino por los miles de rostros nacionales que surgen de sus cenizas para exigir su lugar en el mundo, como la verdadera cultura, “la cultura de los diferentes”.

Hoy el mundo vive una revolución mundial en silencio, que se venía germinando desde hace tiempo, la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania desvelaron el fracaso del pensamiento occidental, y han provocado el punto de inflexión de la emergencia de “los diferentes”, además, muestra la caída de lo alto en la pirámide evolutiva del hombre, y creo que es el tiempo real donde ocurre la caída de las ideologías, la caída de la ideología neoliberal, y no donde la situó el Imperio, en la desintegración de la URSS y la caída del muro de Berlín.

La desintegración de la URSS, la caída del muro de Berlín y el ocultamiento del mausoleo de Lenin no sepultó del todo el espíritu eslavo, que se mantuvo intacto y esperando un nuevo líder, un pequeño hombre que sobrevivió al colapso de la URSS y de la alternativa socialista comunitaria leninista-marxista, y que aprendió a manejar el poder con la información y las armas, quien vio que Rusia era la legitima heredera del espíritu de los zares y del espíritu de los oprimidos, y que presenció el entierro con más pena que gloria de Gorbachov, además de ser quien rescató a Rusia y la hizo renacer, con sus vastos recursos naturales y genios rusos científicos-literarios, como una nueva alternativa mundial, y preservó y alimentó su potencia nuclear y armamentística, además quien mantuvo una discreta influencia sobre países afines y atacados constantemente por el Imperio occidental, quien planeó detenidamente la sublevación y sabía que EEUU y su aliados no habían tenido un rival de esa altura y poder, y que después de “parar en seco” al Imperio Occidental, a la OTAN y su expansión armamentística, ha sobrellevado de forma inteligente la campaña mediática sucia y maniquea del Imperio, que lo coloca como “el mensajero del apocalipsis”; y ahora resurge como un auténtico revolucionario, y denuncia las contradicciones del sistema neoliberal con un lenguaje claro y directo, y atrae los aplausos y las simpatías de los oprimidos, dominados, explotados y sojuzgados por el Imperio, y que son las mayorías, porque dice lo que otros callan por miedo y sentido de sobrevivencia, esos que han vivido por mucho tiempo la bota militar y la doble moral del Imperio occidental encabezado por los EEUU.

Ahora es un referente después que se despejó “la cortina de humo” propagandística que erigió a una marioneta como el héroe occidental, Zelenski, quien sobre más de 100000 ucranianos (la mayoría soldados) muertos y sus ciudades destruidas sigue gritando surrealistamente a los cuatro vientos: ¡democracia, libertad e igualdad!, y montando virtualmente sus presentaciones como estaba acostumbrado en su set de grabación de sus películas tragicómicas.

Vladimir Putin se erige como el héroe revolucionario de los diferentes y mancillados, y vuelvo a decir, que son la mayoría de los países y hombres y mujeres de éste mundo, y no porque proponga un regreso al socialismos o al comunismo, sino porque se atrevió hacer frente a los que sólo han vivido explotando a los demás, y quienes crearon una narrativa tramposa ilustrada para legitimar la explotación y el abuso, quienes cargan con la culpa sobre sus hombros de los millones de muertos más que la primera y segunda guerras mundiales, por hambre, inanición y exclusión, ese Imperio que no tienen la calidad moral de acusarlo de genocida, porque antes que él, ellos han hecho cosas peores, incluso, lo peor, han exterminado la esperanza de un mejor futuro de las nuevas generaciones de humanos.

Putin puso un alto a quienes se creían intocables y elegidos por los dioses. Ahora vemos a la otrora gran Alemania, “motor de Europa” tener que usar el carbón para mantener parte de su industria, a Europa sufrir por la falta de gas y petróleo y dejar a un lado sus pretensiones ecologistas. Europa que se dio la autoría del inicio del mundo civilizado, y ahora sufren la arrogancia y la traición del Frankenstein (EEUU) inglés que permitieron que se creara, que sin importarle usar una vez más su territorio para “renacer”, a costa de regarlo de cadáveres ucranianos con tal de acabar con su eterno enemigo, los eslavos rusos.

¡Hic est ad vetus Europa! (¡He aquí a la vieja Europa!) que nunca ha podido deshacerse del yugo de EEUU e Inglaterra, luce ahora débil y pobre, agotando sus reservas financieras en un guerra que realmente no es suya, pues es una guerra geopolítica entre potencias, que puede acabar tan pronto lo quieran las dos potencias involucradas EEUU y Rusia, ciñéndose a los dictados de los EEUU de “cero diálogo” con Rusia, ver a sus líderes de derecha que gobiernan la mayor parte de sus países emular patéticamente el saludo nazi “¡Sieg Heil!”, esperando que otra vez haya un día “D” y que el Frankenstein (EEUU) los salve ahora de la amenazada “imaginaria” eslava rusa, y que como siempre, EEUU e Inglaterra salgan victoriosos y vuelvan con más bríos a continuar esclavizando al mundo, que no se dé cuenta que su futuro depende que esté de lado de ese mundo multipolar, que tiene todo para competir: cultura, historia e inteligencia, y que debe recuperar su memoria histórica para que esa guerra nuclear que se cierne sobre sus cabezas no ocurra. Y que su sueño ilustrado de la democracia, de la igualdad y de la fraternidad, que crearon Voltaire, Diderot, Montesquieu, Rousseau, deben quitárselo de las manos a esos perversos ingleses y estadounidenses (su clase política y su monarquía), y hacer que sirva no para encubrir y legitimar la explotación y el genocidio en que tienen sometido a la mayor parte del mundo ese Imperio anglosajón, y sí para crear un mundo prospero, donde las mujeres y los hombres vivan en paz, donde no haya un ser humano que muera por la guerra o por el hambre, un mundo humano que viva en un sano equilibrio con la naturaleza, un mundo realmente de iguales sin exclusión de ninguna especie. Aunque me temo, que esa desviación histórica de la narrativa occidental ilustrada seguirá al servició de las armas y los intereses del Imperio.

La interlocución revolucionaria de Putin abre en un impasse, que puede permitir tres cosas, una tercera guerra mundial (el cumplimiento del destino entrópico de la raza humana), o, un reforzamiento del Frankenstein anglosajón y ¡su mundo de unos cuantos!, o, un verdadero mundo multipolar que nos garantice seguridad humana de sobrevivencia, bienestar para todos los seres humanos y nuevas narrativas de las “diferencias”.

(1)   https://www.entornopolitico.com/nuevo/columna/51244/crninicas-urgentes/

 

octubre de 2022

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