Córdoba, Ver.- En un emotivo y conmovedor acto, la comunidad de Córdoba se reunió para darle el último adiós al pequeño Javier Enrique, de tan solo cuatro años, cuya trágica muerte estremeció a todos en la localidad. La procesión fúnebre estuvo acompañada de globos blancos, simbolizando la pureza y la inocencia del niño.
El féretro blanco fue llevado en procesión por las calles de la ciudad, mientras amigos, familiares y vecinos se unían para rendir homenaje al pequeño. En el camino hacia el cementerio ejidal 20 de Noviembre, el jardín de Niños Jean Piaget, donde Javier Enrique estudiaba, se detuvo para que maestras y compañeros de clase pudieran despedirse con cariño y tristeza.
Este trágico incidente conmovió a la comunidad cordobesa, ya que inicialmente se creía que el niño había sido asesinado por su propio padre en medio de una pelea violenta. Sin embargo, las investigaciones posteriores revelaron que el responsable de este acto atroz fue su hermano de 14 años.
La madrugada del fatídico lunes, una discusión entre los padres culminó en un acto de violencia inimaginable, cuando el hermano mayor clavó un arma blanca en el cuello del pequeño Javier Enrique, arrebatándole la vida de manera trágica.
El padre, en un intento por encubrir a su hijo mayor, alteró la escena del crimen para evitar que enfrentara la justicia. Sin embargo, las autoridades lograron esclarecer los hechos y detuvieron al padre por complicidad en el crimen, mientras que el adolescente fue arrestado por su involucramiento directo.
Este doloroso suceso ha dejado una profunda impresión en la comunidad de Córdoba, que se ha unido en muestra de solidaridad y duelo por la partida prematura del pequeño Javier Enrique.
Gabriela Domínguez
