Columna Sin Nombre

Opinión Pablo Jair

@pablojair

Y “EL POLLO” SE QUEDÓ; CARNAVAL CAMBIÓ (PARA BIEN) LAS REGLAS

Desde muy temprano por la mañana, el rumor este jueves era que había conflictos entre el Ayuntamiento de Veracruz y el Comité del Carnaval; que derivado de esto saldría de la Presidencia de dicho Comité el conocido y muy querido empresario y político Luis Antonio Pérez Fraga “El Pollo”; en su lugar llegaría Karen Collado, identificada como prima y operadora financiera del clan Yunes de Boca del Río.

Lo anterior, según el rumor en el puerto jarocho, eran por conflictos iniciados por el presidente del DIF, el “primer damo” Miguel Ángel Yunes Márquez, quien mete su cuchara en todo como si fuese el alcalde. (Esto ha generado otros problemas, que se comentarán en alguna otra columna)

Pero vaya que “El Pollo” no fue tocado y lo respaldaron hasta por los propios aliados de los Yunes; de ese nivel es su peso.

Finalmente todo fue rumores y chismes, de esos que casi no se dan en el puerto jarocho.

Pérez Fraga seguirá siendo presidente del Comité del Carnaval y hasta se anunciaron nuevas reglas luego del fallido experimento con la participación de “influencers” en la fiesta más emblemática del puerto y que resultó un desastre en la edición pasada, al grado de que la “reina” (una celebridad de internet conocida como Yeri Mua) renunció a la corona porque no se le cumplían sus deseos.

Ahora la reina será elegida a través de un jurado (será evaluada por carisma, conocimientos e inteligencia, lo que sin duda volverá a ponerle prestigio a la fiesta) y no con la modalidad de a ver quién junta más dinero, algo que desde hace años se ha prestado para que hasta la delincuencia organizada se meta a la fiesta carnestolenda, inyectando sumas millonarias en una franca competencia desleal, pero además con el riesgo de que la mafia se apoderara de lo redituable que es el Carnaval.

Pero no sólo se trata de alejar a la delincuencia organizada de la fiesta del Carnaval, es devolverle su autenticidad como fiesta de pueblo, familiar, de alegría y baile que tiene la candela jarocha. La sociedad del puerto es más que un grupito de divas virtuales que viven en un mundo irreal o de una pandilla de adictos que se se creen “cosa nostra” de petatiux, y que solo sirven para dar ejemplos nefastos que denigran y hacen que etiqueten a los veracruzanos

Y sí, el Carnaval es tetas, nalgas, “tupería” en alta —tampoco es para andar de mojigatos— pero también hay un lado familiar que no debe perderse y mucho menos por los caprichos de jovencitos ridículos que les encanta el escándalo y hacerse las víctimas en redes sociales.

Una cosa es adaptarse a las condiciones en que la sociedad evoluciona, y otra muy diferente dejar que dos o tres personas que viven de lo que les genera de ganancia que los vean en sus transmisiones, quieran aprovecharse de estos festejos para incrementar sus seguidores, sin aportar nada a la fiesta, dado que carecen de un mínimo de conocimiento cultural y tradicional del festejo; para ellos sólo es transmitir y que los vean para acrecentar sus ganancias económicas.

Tomemos como referencia los “influencers” que han sido bateados por restaurantes, hoteles y chefs, que ya habían agarrado como modus vivendi el pensar que como tienen cientos de miles de seguidores, pueden comer u hospedarse gratis.

Pasa lo mismo con el carnaval: su participación no es por amor a su tierra o Veracruz, es por simple ego y ganar dinero en relación a cuántos cientos de miles de personas los buscarán en las plataformas.

Lo de los cambios en el Carnaval es un buen primer paso. Se debe rescatar una fiesta popular y realzarla. No se trata de convertir todo en “tendencia” para supeditarse a niños, niñas, “neñes” berrinchudos con celular.

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