Tlacotalpan, Ver.- En medio de la cuarta ola de Covid-19, la afluencia a la suelta de toros de las ferias de la Candelaria en Tlacotalpan no fue la esperada.
Durante el trayecto la carretera estuvo abarrotada de presencia policial, donde al menos en tres localidades del municipio de Alvarado (La Piedra, Salinas y Arbolillo) se realizaron retenes.
Cerca del medio día se realizó el embalse de toros, mismo que fue supervisado por el alcalde, Luis Medina; la suelta de los animales tardó cerca de media hora, pues tras haberlos cruzado del río, los astados se encontraban bastante nerviosos para salir a las calles.
Finalmente fueron seis los toros que soltaron por las calles de Tlacotalpan, supervisados por las cuadrillas que la tarde del 31 de enero realizaron la tradicional Cabalgata.
Ni 20 minutos habían pasado, cuando los astados -que evidentemente no eran de lidia- mostraban su rostro ensangrentado, debido a rasgaduras que les hicieron para soltar adrenalina.
La suelta de toros transcurrió entre litros de cerveza y licor, bailes y gritos de los escasos asistentes, todo muy tranquilo, en comparación de otros años, cuando la ciudad se preparaba para recibir a más de 200 mil visitantes.
Autoridades del Gobierno del Estado hoy brillaron por su ausencia, a pesar de la cercanía que existe entre el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, y el presidente municipal, Luis Medina, emanado del partido Movimiento Ciudadano.
Con información de AVC