Al Derecho y al Revés

Carlos Javier Verduzco Reina Opinión

“¿EL INCREMENTO A LAS TASAS DE INTERÉS Y EL SUBSIDIO A LA GASOLINA SON EL PRELUDIO DE UNA RECESIÓN ECONÓMICA?”

Por el Dr. Carlos Javier Verduzco Reina.

La segunda quincena del mes de junio comenzó con una noticia relevante y a la vez preocupante por su contexto y significación global: La Reserva Federal de los Estados Unidos[1] elevó el 15 del mes referido su tasa de interés objetivo en 0.75%, es decir en tres cuartos de punto porcentual, la mayor alza acordada por el banco central estadounidense desde el año 1994. Esta acción, no vista desde hace casi 20 años, obedece, por una parte, a tratar de contrarrestar el repunte, también inusitado, de la inflación que en nuestro vecino del norte está causando verdaderos estragos económicos y con ello, intentar frenar la escalada de precios que desde la segunda mitad del año pasado está impactando a las economías de todo el hemisferio occidental. Sin embargo, el alza en las tasas de interés conlleva como todos los medicamentos de amplio espectro que buscan controlar de inmediato una infección, el riesgo de sufrir efectos secundarios no siempre cómodos ni benevolentes en el paciente, lo que en este caso representan un posible incremento a las tasas de desempleo y a mediano plazo el riesgo de una recesión económica generalizada.

 

Uno de los propósitos que nos ha hecho saber la Reserva Federal para justificar esta medida es propiciar que el control de precios respecto de productos básicos, particularmente a partir del costo de la gasolina detenga el efecto que se ha presentado de un disparo generalizado en el costo de bienes y servicios. La razón es evidente. Es claro que los consumibles se transportan y al ser más alto el costo de los combustibles se crea una repercusión inmediata y en cascada sobre el valor real de toda la cadena de producción. En nuestro país, estas decisiones, como era de esperarse, no pasaron desapercibidas. El pasado 23 de junio el Banco de México emitió un comunicado que bajo el título “Anuncio de Política Monetaria[2] informó de un incremento idéntico de 0.75% a la tasa de interés interbancaria a un día para llegar al 7.75%. El incremento también inusitado es de acuerdo con el comunicado del propio Banco de México una medida consistente con el contexto internacional y particularmente con la medida adoptada previamente por la Reserva Federal de los Estados Unidos. Sin embargo, y a pesar de ello al mes de junio del año 2022 la inflación en México ya supera el 8% anual y de acuerdo con analistas no es un escenario improbable que a fin de año rebase el 10%.

 

El aumento a las tasas de interés se presenta entonces como un instrumento de política monetaria que busca frenar el índice inflacionario que claramente va al alza. Sin embargo, existe paralelamente un tema al que debemos poner la mayor atención por el efecto que en algún momento puede ser el detonante de una inflación de mayor efecto y consecuencia. Nos referimos al precio de las gasolinas. De inicio, es importante señalar que, en nuestro país, las gasolinas están sujetas a dos impuestos indirectos fundamentales para la recaudación tributaria: El Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, conocido popularmente como IEPS. Este segundo gravamen es un impuesto de carácter federal, es decir determinado de manera exclusiva por el Congreso de la Unión de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 73 fracción XXIX de la Constitución y se trata de una carga tributaria considerada de materia reservada, es decir, solo puede ser establecido a nivel federal, no por las legislaturas de los estados y desde luego menos aún por los municipios, aunque todos los órdenes de gobierno participan del producto de su recaudación.

 

Por otra parte, seguramente usted habrá escuchado que recientemente el Gobierno Federal “subsidia” el costo de las gasolinas. ¿Esto que significa? El subsidio[3] es una figura tributaria que permite al titular del Poder Ejecutivo crear una política de privilegios fiscales. Es decir, que, frente al principio de generalidad impositiva, algunos contribuyentes paguen menos que otros por una justificada razón de justicia social. La Ciudad de México por ejemplo ha establecido desde hace muchos años una política de subsidios en favor de distintos grupos sociales. Así, los adultos mayores, por ejemplo, obtienen descuentos especiales en el pago del impuesto predial o en derechos por el suministro de agua, entre otros beneficios.

 

Sin embargo, el tema relativo al costo de los combustibles, particularmente referido al precio final de las gasolinas, es muy sensible a esta política de subsidios. Veamos. Cuando cargamos gasolina en cualquier estación de servicio del país el precio en que nos venden el litro de combustible incluye el impuesto al Valor Agregado como cualquier bien o servicio que se adquiere. El IVA va directamente a financiar el Gasto Público. Es entonces un gravamen de efecto fiscal indudablemente. Inclusive, Es decir, si usted solicita le expidan una factura por la venta, le emitirán un comprobante fiscal diferenciando el valor del combustible más el impuesto trasladado, aun cuando el total pagado al proveedor del servicio sea el mismo con o sin factura.

 

También habrá observado que comparativamente el costo de la gasolina no es constante ni uniforme en todo el país. Ello responde a la política energética que liberó el precio de las gasolinas desde la administración del presidente Peña Nieto a un valor de mercado y hacerlo consistente con las nuevas políticas energéticas de claro contenido global. Así, en México el precio de la gasolina se fija bajo dos condiciones particulares: La primera es el precio promedio de la conversión del dólar de los Estados Unidos de Norteamérica y la segunda, el costo promedio del valor de venta al público del galón de gasolina en estaciones de servicio ubicadas a lo largo del Golfo de México, pero únicamente en los Estados Unidos no en nuestro país. Un tercer elemento que se suma al costo final de venta al público es el flete de la gasolina desde el punto en que se adquiere hasta el punto en que se consume. De ahí la razón de los precios diferenciados.

 

Por otra parte, es importante señalar que en los Estados Unidos el precio de la gasolina no está sujeta a subsidio alguno. Por ello, en lo que va del año la gasolina regular ha incrementado su precio casi a un 50% de su valor comparado al 1 de enero de 2022[4]. ¿Por qué en México no sucede lo mismo si un elemento que determina el precio de la gasolina en nuestro país es justamente el precio del combustible en los Estados Unidos? La respuesta es precisamente el subsidio que el gobierno mexicano está utilizando para frenar su aumento y que en términos reales representa aproximadamente 5 pesos de cada litro de gasolina que usted consume.

 

Aquí es donde el tema cobra relevancia. Si en México las gasolinas incrementaran su costo promedio hacia $30.00 el litro, el impacto inflacionario seria gravísimo. Seguramente los dos dígitos los hubiésemos superado ampliamente ya desde hace tiempo. Es justo decir que ante el fenómeno mundial del repunte inflacionario y asumiendo el riesgo que implica un incremento inesperado en el precio de los combustibles no solo nuestro país ha aplicado una política de subsidios para controlar el impacto que tendría en las cadenas de suministro el aumento a la gasolina; Francia y España por ejemplo han aplicado políticas similares a las del gobierno mexicano con la diferencia de que esos países no son productores de curdo sino consumidores de sus productos refinados.

 

Los subsidios implican destinar recursos del Estado a complementar, por así decirlo, el costo de un bien o servicio a cargo de un tercero. En el tema de la gasolina que en México debería costar aproximadamente 30 pesos por litro el subsidio distribuye el costo en aproximadamente 25 pesos que paga el consumidor y 5 que absorbe el gobierno. Hasta este punto se puede entender y justificar que el Estado destine cerca de cuatrocientos mil millones de pesos en el presente ejercicio 2022 para frenar un incremento inesperado por su impacto a la gasolina. Sin embargo, surgen ciertas preguntas a partir de esta decisión. La primera ¿Le sobran al gobierno cuatrocientos mil millones de pesos para subsidiar las gasolinas? La respuesta claramente es que no. Desde que se publicó el Presupuesto de Egresos de la Federación y su correspondiente iniciativa de Ley de Ingresos para el ejercicio 2022, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público advirtió de la alta probabilidad de que el presupuesto resultara deficitario en relación con los ingresos que se esperan obtener. Es decir, la proyección económica de ingreso-gasto elaborada por la autoridad hacendaria nos deja ver que probablemente la meta de ingresos aun obtenida al 100% (cosa que está por verse) no alcanzaría a cubrir el gasto total del gobierno. Entonces surge una segunda interrogante ¿Qué programas dejan de atenderse con este subsidio? En realidad, a esta segunda cuestión no existe una respuesta contundente pues la Secretaria de Hacienda se ha limitado a decir que existen reservas suficientes para enfrentar esta coyuntura, no obstante, la realidad se empeña en hacernos ver escenarios diferentes.

 

Mire usted. Para dar contexto social al beneficio que la autoridad ha implementado habría que analizar también quien se beneficia de forma directa con esta ayuda. Es claro que en primer lugar quienes poseemos automóviles o medios de transporte terrestre de carga y de pasajeros, nos es más atractivo un precio menor por el litro de gasolina que consumimos. Aquí viene otro tema de análisis, pues los sectores más pobres de la sociedad generalmente no utilizan vehículos automotores de manera regular, entonces pareciera que se está beneficiando de manera inmediata a contribuyentes con cierto grado de estabilidad económica. Inclusive, al ser más bajo el costo del galón de gasolina en México que en los Estados Unidos ha sido curioso ver que automovilistas que residen en la frontera norte, del lado norteamericano, se cruzan al lado mexicano a cargar combustible porque, aunque parezca increíble hoy es mas barata la gasolina en nuestro país.

 

Desde luego, es muy difícil establecer una política pública justa en el tema de los subsidios y proponer una categorización respecto de quien debiera beneficiarse por un precio de gasolinas accesibles no es un tema que pueda resolverse adecuadamente sin entrar a una polémica de equidad y justicia social. El problema es que aun con el subsidio el aumento a la gasolina no se ha detenido porque es un fenómeno que como hemos comentado es de repercusión mundial.

 

No hay duda de que estamos frente a un escenario inusitado del que no habríamos podido advertir el riesgo de una inflación tan alta y sostenida como con la que hoy lidiamos. El aumento a las tasas de interés, el subsidio a la gasolina son medidas importantes sí para mantener a raya por lo menos provisionalmente el incremento sostenido a la inflación. El dilema es el futuro cercano y ahí comenzaremos a ver la capacidad de los gobiernos para planear a mediano plazo la estabilidad de la macroeconomía. No es un tema menor. A todos nos debe importar lo que suceda en los próximos meses porque más temprano que tarde lo resentiremos en nuestro bolsillo.

 

 

[1]La Reserva Federal de los Estados Unidos tiene a su cargo vigilar que la economía estadounidense se conduzca en parámetros de eficiencia e impulso al desarrollo nacional. Su sede está en la ciudad de Washington y se trata de un organismo equivalente para nosotros al Banco de México pues regula las instituciones financieras de la nación. Además de ser el banco central de la nación, la Reserva Federal estudia las tendencias económicas y toma decisiones políticas sobre cómo hacer que la economía funcione mejor“. Para más información consulte: https://www.cnbc.com/id/43752521

[2] Para más información consultar la siguiente liga: https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/anuncios-de-las-decisiones-de-politica-monetaria/%7BCACDD0D6-B5C5-C4F8-65A6-C79D36A1981D%7D.pdf

[3] De acuerdo con el Colegio de México, se entiende por subsidio a: “Suma de dinero o conjunto de bienes con los que se ayuda o favorece a una institución, organización o a una persona, y particularmente la que un Estado otorga a ciertas instituciones con el fin de alentar su funcionamiento, pagar parte de sus gastos, abaratar los productos o servicios que proporciona a los ciudadanos de escasos ingresos, etc.” Información proporcionada por: https://dem.colmex.mx/ver/subsidio

[4] Entre el 18 de enero al 22 de mayo el precio de la gasolina ha incrementado 48.9%. Para más información consulte: https://www.eleconomista.com.mx/economia/Precio-de-la-gasolina-aumenta-con-mayor-fuerza-en-Estados-Unidos-20220615-0040.html

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