*Democracia es el nombre que se le da al pueblo siempre que se le necesita. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
DOS PISA Y CORRE
Absortos y enjaulados por la pandemia, como si nos hubieran aplicado esa jalada de ‘ultrajes a la autoridad’, por fin el sol salió y estamos volviendo a reunirnos los amigos, después de 18 meses de no vernos. Me fui de pisa y corre a Xalapa, con el ex magistrado presidente, Alberto Sosa Hernández, el político Amadeo Flores Espinosa, que tiene este fin de semana su reunión anual de su fuerza política, Viagra veracruzana, perdón, Vía veracruzana, el gran Jesús Corichi, el Messi de las relaciones públicas; Joaquín Barragán, que ahora labora en Xalapa, Manuel Lila de Arce, médico y mi cuñado, el antiguo secretario particular del gobernador, Fidel Herrera Beltrán, Luis Arturo Ugalde; el socialité, Gonzalo Lara, el ingeniero y constructor, Enrique García, el ex director del IPE, Octavio Gil y los periodistas, Melitón Morales y Gustavo Cadena Mathey. Lo mejorcito de cada familia. Llegamos a un buen lugar que no conocía, la Quinta Pico de Gallo, de la jalapeña calle de Santos Degollado, que tiene una excelente comida con un chef belga, originario de Bélgica, sin albur. Su especialidad son los mariscos y Enrique nos presumía lo que comió apenas en Barcelona y Valencia, donde anduvo y andó hace muy poco aprendiendo a hacer bien la paella valenciana. Una buena convivencia donde apagué mi pastel por mi cumple, que fue unos días antes. Se agradece.
La otra fue en la mañana del día siguiente, en la Córdoba de los 30 caballeros, ahora aquí cerquita, en Manolos, restaurante del hotel Virreynal, donde se desayuna de campeonato. Convocó el notario Alejandro Herrera Marín, y nos apersonamos los empresarios, Pepe Ramírez y Chucho Perroni, el periodista Alfredo Ríos Hernández, Sabás Flores, el notario de Paso del Macho, Carlos Córdoba y el exsecretario de finanzas del gobierno de Miguel Alemán, Juan Felipe Aguilar de la Llave. Buena reunión, evocando los tiempos del año y medio que no nos vimos por la cochina pandemia.
LOS MORDELONES DE TRÁNSITO
Venia entrando a Orizaba muy quitado de la pena, cuando mis ojos se abrieron y vieron una escena que es muy cotidiana, dos motociclistas de tránsito del estado, tenían detenido a un hombre con una camioneta de redilas. Logran detenerlos y revisarles hasta el acta de nacimiento, en los límites de las ciudades, aquí estaban firmes con los dientes afilados frente a la Volkswagen, donde es territorio estatal. Lo detuvieron y seguí su caminar y lo llevaban por toda la calle Real, escoltándolo quizá hasta la delegación de Transito del Estado. El gobernador Cuitláhuac debe saber, que aquí hay un verdadero desorden, lo debe saber también su secretario de Gobierno, Eric Patrocinio, estos mordelones se ubican en las franjas donde es territorio estatal, no hace mucho a un amigo que reparte comida en su camioneta, lo pararon cruzando hacia Ixtaczoquitlán, en el tramo de la avenida Fernando Gutiérrez Barrios, al grito de la bebes o la derramas (la derramó), porque al traer placa de otro estado querían 7 mil pesos por la multa o 3 mil bajo el agua (les dio bajo el agua), igual ocurre en el tramo de Rio Blanco y Nogales y Mendoza, carretera estatal donde cazan a los jóvenes que salen de los antros y les aplican la ley del monte, o pagas o a la chirona, ha llegado el caso que hasta los esposan, como si fueran delincuente. Ojo, gobernador.
EL PADRE ANTOLIN (59 AÑOS)
El Padre Antolín Bernardi Castelán, cumple 59 años de sacerdocio. Desde aquel 1959, cuando concluyó Filosofía en Roma, hasta 1962 cuando fue consagrado como sacerdote, ha pasado el tiempo del ministerio. Un buen hombre, un buen Cura, como suele llamarlos el Papa Francisco. Estudioso de teología, cuando el Concilio Vaticano acusaba deserciones, Antolín jamás se rajó. Regresa a México en 1965 como vicario en la iglesia San José en Xalapa, de allí parroquias tras parroquias, hasta llegar a la pandemia, donde Antolín no rindió los brazos y mantuvo las puertas abiertas a la feligresía, porque en esos tiempos de pesares, la palabra de Dios era lo máximo, más escucharla de un buen Padre, como él. Con el obispo Hipólito Reyes Larios, fue el Ecónomo de tres obispos, y rindió un gran trabajo. En 2021, el actual Obispo, inexplicablemente le solicita su retiro por su salud, cuando el hombre estaba fuerte como un roble, acto que desconcertó a todos los que lo conocemos y por poco vamos a hacerle una marcha de protesta al Obispo. Ante eso, el obispo le permitió celebrar en la capilla de Santa Mónica, en la parroquia de Santa Gertrudis, donde celebra misa y confiesa. Larga vida a Antolín, así se lo desean miles, que ven en él a un hombre bueno, bondadoso, caritativo, hombre culto, alegre, amigo fiel y un verdadero padre y pastor de la feligresía. Le saludé no hace mucho, en La Concordia, cuando ofició una misa por el descanso de un amigo, y me tomé una foto con él, que guardo con mucho cariño. Felicidades, Antolín.