Acertijos

Gilberto Haaz Opinión
Cuando irrumpen los grandes. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LUNES LLEGA DONALD TRUMP
Es sin duda el lunes más esperado de enero, el del 20 cuando toma protesta Donald Trump. Que llega precedido de amenazas que envió a México y Canadá y Groenlandia y a quienes se les antojó. Una mañana helada, con nieve que obligará a que la protesta sea dentro del Capitolio. Como corresponsal de guerra para Notiver/Veracruz, Crónica/Tierra Blanca y la radio XHJF del mismo pueblo, cubrí dos elecciones, la del 2008 cuando el primer hombre de color (Obama) ganó la presidencia imperial. Esa historia no se la creería Jackie Robinson, el primer beisbolista negro que irrumpió en las Grandes Ligas, ni Rosa Parks, la otra mujer negra que no cedió el asiento a un blanco mamilón, cuando la querían enviar a la cola del autobús, donde solían enviarlos. Fue detenida y pagó una multa de 14 dólares, pero de allí se encumbró a nacer un movimiento antirracial. Todo eso lo derrumbó Barack Obama aquel año, recuerdo que, cuando anunciaron su triunfo, salimos del hotel Omni Shoreham de Washington a la Casa Blanca, había fiesta, algarabía, blancos y pocos negros celebraban ese triunfo histórico, que logró refrendarlo al ser un presidente de 8 años al ganar una reelección. La otra que me tocó cubrir fue la ocasión que Donald Trump le ganó a Hillary Clinton (2016), esa vez hubo desilusión, la gente achicopalada no salió a celebrar nada. Llegaba un torbellino y mejor aguardaron en casa.
Aquella vez de hace años, en el 2008, Obama durmió candidato y amaneció presidente. Dice la vieja leyenda que todos los presidentes, cuando llegan a la Casa Blanca, quieren dormir la primera noche en la alcoba que fue de Lincoln, o mínimo la de Kennedy, para que se les pegue algo. Ninguno quiere la de Nixon. Uno, Republicano, el otro Demócrata, pero ambos buenos presidentes, amados por su pueblo y por el mundo. Lincoln se portó bien con México. En la época del gran mexicano, Benito Juárez, le apoyó con todo. Kennedy a México lo quiso, aún se recuerda aquella vez cuando paseó con Jackie en tiempos de Adolfo López Mateos. Amados, respetados y queridos. Trump ya durmió allí 4 años, ahora buscará su alcoba presidencial y ver cómo se la dejaron. Ahí les cuento, pues como dice Leila Guerreiro: “la tarea de un periodista consiste en ir, ver, volver y contar”
AHÍ VIENE EL HURACAN
Presagian todos los analistas políticos, que a México le viene un problema mayúsculo, las amenazas de Trump a deportar mexicanos migrantes, no es cosa menor, luego, Marco Rubio ya quiere enviar los drones antes que los Marines a reventar los laboratorios donde ejecutan el Fentanilo, recientemente descubiertos y cerrados algunos por Omar García Harfuch, que emplea una política donde se terminaron los abrazos y tampoco hay balazos, hay inteligencia, porque cuando se quiere aprehenderlos lo logran. Todos en los pueblos de Sinaloa saben dónde andan y qué crímenes andan cometiendo. Serán tiempos apocalípticos o serán Días de Guardar, como escribía el gran Carlos Monsiváis, no lo sabemos, lo que es un hecho es que Trump ya derrocó al primer ministro Trudeau, porque se le ocurrió ir a Mar-a-lago a tratar de negociar aranceles tempraneros, y el pueblo suyo le dio la espalda y lograron que se marchara y a su barco lo llamó libertad. Groenlandia está también con los ojos atentos, ya le dijeron que no está en venta ni de garaje ni de ningún tipo. Y Panamá, los del canal aprietan aquellito. La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó reuniones, una con empresarios y la otra con gobernadores y alcaldes de todos los colores, de todos los partidos políticos. Jalar parejo y todos a la vez por México fueron los mensajes.
Nada hay peor que un hombre enloquecido con poder. Mucha suerte, presidenta Sheinbaum, Canciller De la Fuente y Ebrard.
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