*Nada dura por siempre, ni siquiera los problemas. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LOS ALEMÁN EN APUROS
En un reportaje de 12 páginas, con fotografías ilustradas, la revista Quién, en un buen trabajo del periodista Julio Patán, escribe sobre las vicisitudes del imperio Alemán. Basándose en la figura de Miguel Alemán Magnani, el tercero de la dinastía que proviene de un presidente de la república y de un gobernador de Veracruz. Relata paso a paso el cómo y el por qué fue cayendo en problemas económicos, hasta su estadía en París, donde tiene doble nacionalidad y está bajo el amparo de las leyes francesas, porque aquí en México, primero te meten a la cárcel y luego virigûan, diría Pancho Villa. Abogado y hombre de negocios, el cachorro Alemán, nacido en 1966, con sus 55 años libra una batalla dura contra el gobierno de AMLO, que quiere a toda costa que paguen lo que deben, sin llegar a ninguna negociación. Relata Patán las veces que Alemán llegó con Raquel Buenrostro, la jefa del SAT, donde le pedía negociar y la señora solo le decía que pagara. Nos lleva la revista con cerca de 24 fotografías de la vida de Alemán Magnani, y de su padre y abuelo, sus dos bodas y sus tres hijos. Con la familia, con los grandes picudos, los dos Azcárraga, El Tigre y el hijo, Azcárraga Jaen, grandes amigos de la familia y buenos socios, cuando vendieron sus acciones a la familia Burillo. Una gente de mucho dinero, de grandes inversiones.
AUN HAY MÁS
Llegaron en 2006 y sorprendieron al mundo de la aviación mexicana, cuando inauguraron la línea aérea Interjet, que llegó a ocupar los mostradores de Mexicana y se convirtió en la línea aérea de bajos costos más importante en México, y comenzaba a volar a Estados Unidos y otras partes del mundo. Nadie veía barruntos de líos. Pero ocurre que, revela Alemán Magnani, que ellos compraron unos aviones a los rusos y les incumplieron los contratos y eso comenzó a generarles problemas. Más aun, se vino la pandemia y el mundo se puso de cabeza. Su historial de éxitos cuando apoyaba al gran Alejandro González Iñarritu, ganador de varios Oscar, y cuando Alemán le financió la película, Amores Perros. Al igual que con su amigo, Luis Miguel, a quien cada que podía sacaba del atolladero en que se metía. Como ese rescate con la cinta de Netflix, que le sirvió al cantante para pagar sus deudas y salir del quebranto económico. Son como hermanos, los dos Migueles. Paréntesis (Luis Miguel está ahora ocupando la casa prestada de Alemán en Acapulco, donde disfruta de su nueva novia). Fue gracias a Miguel Alemán que el agente 007, Daniel Craig, llegó a la ciudad de México a filmar Spectre, esa cinta donde crearon un inexistente Desfile de Día de Muertos, y que ahora la Claudia Sheinbaum utilizó para ponerlo de moda cada año de festividades de muerte. Los problemas también cuando le entró con Cabal Peniche, un hombre no muy bien visto, a comprar Radiópolis, que aun andan enliados. Todas las operaciones empresariales, las revela Julio Patán. Millones de dólares están en el tapete del problema. Miguel Alemán debe sortearlos para poder regresar a México, mientras sus abogados le aconsejan que siga en París, no huyendo, resguardado con las leyes francesas porque, el hombre si quiere pagar, el problema es que aquí este gobierno de la cuatroté no da abonos chiquitos, como Elektra, y las cosas se complican. Difícil la situación, porque no son empresarios menores, todos recordamos que al principio del gobierno de AMLO, padre e hijo se apersonaron en Palacio Nacional para ponerse a sus órdenes, y el presidente los integró a un consejo de asesores, que le ayudaron a ver los problemas empresariales, pero a AMLO se le olvidó muy rápido y, fiel a su costumbre, pidió los encarcelaran y luego virigûaban. Bárbaro.