Los caminos de la vida, no son como yo esperaba. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
CUANDO LAS CAMINOS ENLOQUECEN
Veracruz tiene fama, con justa realidad, de tener las peores carreteras del país. Fue porque tuvimos un gobernador indolente, que solo se dedicaba a bailar y a veces a machetear la hierba haciéndole al cuento para la foto. No solo los caminos estatales y federales, también los caminos de la autopista, que han vivido en el deterioro desde que Enrique Peña Nieto tuvo de secretario de Comunicaciones al llamado, por la revista Proceso: Esteta de la corrupción, Gerardo Ruiz Esparza, a quien la muerte se lo llevó antes que lo juzgaran. Con Peña había buen pacto. Lo que ocurre es que nosotros tenemos sufriendo unos 8 años desde que a la autopista de Capufe, mala y cara, se les ocurrió comenzar a hacer obras. Esta autopista, que inauguró Carlos Salinas en 1994, debió haber sido hecha toda con cemento, pero no fue así y es el día que por todos lados la andan parchando. Ahora mismo de Orizaba a Veracruz hay como cuatro desviaciones, porque una compañía tapa hoyos cómo puede. Cuando pensábamos, ilusos nosotros, que esto se compondría, salió un tantito más pior, diría un cuenqueño. Luego apareció el orizabeño José Luis Palomares, del jurídico de la secretaría y con la orden presidencial y del secretario de SICT, Jorge Nuño, para que la mugre caseta de Capufe se fuera al demonio, tras años de injusticias, pero para que no se olvidaran de nosotros, dirían los capufianos, ahí les va otra obra de arreglar: el Puente de Metlac, que los automovilistas decían se iba a caer, porque temblaba mucho, no se caería por eso sino porque no tenía mantenimiento. Pues se pusieron a talachear y es el día que hace casi un año aun no la terminan y las colas son eternas. Pues ayer venia de Veracruz a Orizaba y uno, que es viejo zorro de los caminos y que, normalmente, siempre tomo el del viejo Cuautlapan, que está lleno de hoyos pero no tiene tráfico detenido. Pues anoche al pasar el puente de Metlac, la sorpresa fue que metros adelante había un parón porque, decían los de Capufe, había habido un plantón de gente en Nogales y eran consecuencia de lo mismo. Ahora está de moda hacer plantones y que se jodan los automovilistas, porque nadie los atiende. Llamaba a los cuates y querían ir a rescatar al soldado Ryan, pero no se podía. Pocos metros adelante encontramos un atajo por Sumidero, donde hay un puente balín subterráneo y por allí nos colamos varios, entre ellos una pick up de la Guardia Nacional, llegamos a Ixtac por una calle que su alcalde debía recorrer, porque tiene como 17 mil topes y ninguno pintado. Tres horas después llegamos a casa, si antiguamente para ir a Xalapa se hacían 8 horas ida y vuelta, la de Veracruz comienza a peligrar con estos inútiles.