A veces, el camino se encuentra cuando te sientes perdido. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LAS JODIDAS AUTOPISTAS
Hace muchos años que esta región, Orizaba-Córdoba-Fortín, sufren un quebranto carretero, lo mismo en la autopista de Capufe, que en tramos estatales, o sea la llamada libre. Uno porque los inútiles de Capufe han demorado años y años y la gente no tiene la paciencia de Job y en lugar de apresurar las obras, las demoran. Hemos de tener unos 10 años lidiando con estos inútiles. Alguna vez porque cementaron una parte y la compañía encargada de eso, aplicaba el mecanismo de tortuga, eran los tiempos del corrupto Gerardo Ruiz Esparza, a quien Peña Nieto llamaba servidor público de excelencia y la revista Proceso lo bautizó como Esteta de la corrupción. Era terrible con los dineros ese hombre, que murió a los 70 años en 2020. Pasó Peña Nieto y llegó la 4T y creo que nos fue peor. Demoras y demoras hacían que los viajes al sur fueran imposibles. Ir a Xalapa, si corrías con suerte, te hacías 8 horas, 4 de ida y 4 de vuelta. Ah, pero si te agarraba un parón por cualquier cosa, hubo gente que allí durmió. Luego, tantito peor, diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo, comenzaron a asaltar y eso daba más miedo. Ni los obispos se salvaban, con todo y que les veían el pectoral y la vestimenta parecida a la del Vaticano. Luego, la mugre caseta de Fortín, que tenía colas y colas kilométricas, ante el asedio y la queja de los empresarios y la sociedad civil y las cámaras y de uno que otro mortal escribiente, como Yo Mero, que protestábamos casi a diario en nuestros espacios, una mañana decidieron quitarla y hacer lo que se les había sugerido, pasar el cobro a otra caseta. Pero el gozo demoró poquito, el gozo al pozo, diría el refrán, a los pocos días estos inútiles de Capufe se dieron cuenta que el puente de nombre ingeniero Mariano García Sela y que la flota conoce como Puente de Metlac, le faltaba mantenimiento porque, Dios no lo hubiera querido, un día se podía caer. Llegó Capufe y llegaron bailando ricacha, porque ahí están desde endenantes y no tienen para cuándo terminar. Los caminos estatales son culpa del gobernador. Ahora, el acabose es que en la autopista Puebla-México, la tienen tomada más de 50 horas y hay gente atrapada. Unos ejidatarios de Tlahuapan comenzaron a poner barricadas como en guerra ucraniana. Pedían a AMLO un pago de un cheque que no se los habían dado y ya les habían dado ciento y pico de millones. El presidente los despreció, dijo que un abogado se había agandallado ese dinero y que no les iba a dar nada y que por él ahí se podían quedar. Me late que el presidente ya se rindió. Lo menos era enviar gente a platicar y si no aceptan las razones, a hacerlos un lado con la fuerza sin violencia, pero no. A ver hasta cuándo demora ese calvario.