*Y dormirás eternamente, viendo el mar a la distancia, descansando en paz. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LA TUMBA DE MACHADO
Antonio Machado fue uno de los más grandes poetas españoles, de aquella generación del 98. Durante la Guerra Civil española, huyo de España. Fue en aquella época que también huyeron muchos intelectuales como Rafael Alberti y el poeta León Felipe. Machado llegó con su familia, madre y hermano, a Barcelona, huyendo de la guerra. Con dificultades cruzaron la frontera a Francia, a pie, con lluvia, mojados y cansados en lugares inhóspitos, pasaron una noche en un vagón de ferrocarril. Llegaron a Colliure (Francia), donde el grupo encontró albergue en la tarde del día 28 de enero, en el Hotel Bougnol-Quintana. Allí quedaron a la espera de una ayuda que no llegaría a tiempo. Antonio Machado murió a las tres y media de la tarde del 22 de febrero de 1939, Miércoles de Ceniza. José Machado relataría luego que su madre, saliendo por unos instantes del estado de semiinconsciencia en el que la habían sumido las penalidades del viaje, y al ver vacía la cama de su hijo junto a la suya, preguntó por él con ansiedad. No creyó las piadosas mentiras que le dijeron y comenzó a llorar. Murió el 25 de febrero, justo el día en que cumplía ochenta y cinco años de edad, haciendo efectiva la promesa que formuló en voz alta en Rocafort: «Estoy dispuesta a vivir tanto como mi hijo Antonio». Ana Ruiz fue enterrada junto a su hijo en el nicho cedido por una vecina de Colliure, en el pequeño cementerio de la localidad francesa donde reposan sus restos desde entonces.
ESA TUMBA GLORIOSA
Machado y su madre fueron sepultados en ese panteón de Colliure, que se ha vuelto famoso mundialmente. Al paso de los años, desde aquel 1939, en 82 años España y la provincia de Francia pelean por repatriar los restos a su tierra, a Sevilla. Pero la comunidad y su alcalde no lo aceptan, dijo que, si allí escogió morir el poeta, allí debe descansar.
En la tumba de Antonio Machado en Colliure nunca faltan flores, banderas republicanas y cartas y dibujos, que desde hace unos años se depositan en un buzón para ser conservados. El poeta andaluz que hizo famosa la trágica frase de que “una de las dos Españas ha de helarte el corazón” descansa en este pequeño cementerio, muy cerca del mar. Machado llegó a Colliure, como uno más de aquellos miles de refugiados que huían del ejército franquista en lo que suponía la caída de Catalunya y un anticipo de la caída definitiva de la República española. Llegó enfermo y agotado y murió un mes después. Fue enterrado al día siguiente y el féretro llevado a hombros por oficiales y soldados de la segunda brigada de la Caballería Republicana, confinados en el Fort Mirador y el Château Royal.
Desde entonces en este sencillo cementerio, todo el año hay flores que se renuevan y dedicatorias escritas de niños y de adultos que la Fundación Antonio Machado, creada en 1977, recopila. Se ha convertido en un lugar de peregrinación laica. Posiblemente por eso, en 1958 y en 1966, las autoridades franquistas intentaron el traslado de los restos del poeta a España. Afortunadamente la familia se opuso y allí sigue, como símbolo de la retirada y del exilio español en tierras francesas. El año pasado se inauguró también una mediateca-biblioteca en Colliure que dedica uno de sus pisos a su memoria. Y desde el 2009 se ha constituido una asociación de villas machadianas de la que forman parte Sevilla, Soria, Baeza, Segovia, Rocafort (Valencia) y Colliure. Falta sorprendentemente Barcelona.
Allí descansa en paz el gran poeta, el del Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Golpe a golpe. Verso a verso.