*Las ciudades son algo más que la suma de sus infraestructuras. Ellas transcienden los ladrillos y la argamasa, el cemento y el acero. Son las vasijas en las que se vierte el conocimiento humano. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
EL GRAN PUENTE DE MUERTOS
Llega noviembre y se comienza a ver la luz del túnel en la maldita pandemia, que nos ha traído peor que al Cui desde que se le apareció en nuevo rock star de la política, por dos años hemos penado y nos hemos mantenido a la defensiva, resguardados. Aún hay contagios y hay que cuidarse. Sirvió este puente para que las ciudades turísticas, como Veracruz, Boca del Río, la zona norte del Tajín y algunas otras como Catemaco, tuvieran un movimiento inusitado de turistas. En las plazas comerciales, los turistas veían las ofertas de tiendas y tomaban su café tradicional. A mí me tocó ir a un rol de pisa y corre (eso es llegar a la una y regresar a las siete) a Veracruz y Boca del Rio, ahora los cuatro cuenqueños comimos en la Higuera Blanca, que de Zempoala traen la fama de comer las ricas Acamayas enchipotladas y los langostinos y todo lo relacionado a los mariscos. Es un buen restaurante ubicado en Boca del Rio, por el bulevar, en Reyes Católicos 65 entre La Pinta y La Niña, nosotros le entramos a una rueda de robalo y unos caldos de mariscos, comenzaron a llegar los turistas, esos turistas que vienen de México y Puebla y ciudades cercanas y aportan alivio a las economías, que fueron muy maltratadas por la pandemia, además, Veracruz tiene buenos servicios turísticos en restaurantería y hotelería y, tiene mar, cosa que no todas las ciudades tienen.
EN EL PUEBLO MAGICO
Orizaba vivió un puente magnifico, se está haciendo una gran tradición el Desfile de Muertos, llamado “De un jalón pa’l panteón”, Comenzó a las 12 de día y la ciudad se desquició, fueron miles y miles los que llegaron a verlo, hubo además el Teleférico que superó su capacidad y un día ya no había manera de que subieran, boletos agotados, pero como es puente largo aún llegas a los hoteles, al menos en El Orbe, donde llego, que la capacidad hotelera llegó al 85% y el restaurante por las mañanas lucia lleno. Se desayuna rico, como en el Liabeny de Madrid. Tuvo la ciudad un festival de danza, donde la afamada Guelaguetza se presentó en la Alameda, y otro de ballet, el Décimo festival internacional de la danza, que lució esplendida en el Poliforum y ahora cerrarán en el antiguo Teatro Cinema Orizaba. Las catrinas en los puentes, por doquier se veía a gente en La Alameda, disfrutando de estos días que fueron esplendidos, un rico calor con fresco sabroso, hizo que los turistas llegaran a este que es, el primer Pueblo Mágico de México, y ahora un lugar de excelencia para visitarlo en Puente de Muertos, al entrar de regreso de mi periplo de Veracruz, vi la cola de la gente formada en el Panteón Juan de la Luz Enríquez, a la tour nocturna que se ofrece, si Oaxaca tiene su Guelaguetza y Guanajuato su Festival Cervantino, Orizaba tiene magia por todos lados, parques y lugares públicos sin costo, un parque dinosáurico gratis, una gran laguna de Ojo de Agua, donde se puede nadar y probar el agua fría y comer las ricas memelas orizabeñas. Jardines botánicos, planetario y museos, el mejor del estado está aquí, con la exposición de Los Diego Rivera. Buenos servicios de meseros y buena atención hotelera. Vengan y disfruten de esta ciudad, que se convirtió, de unos años para acá, en una de las más bellas de México y la más limpia del país y con una buena seguridad. Por parafrasear al poeta: “Conozco una ciudad que se llena de sol cada día y todo lo absorbe ese momento”, esa es Orizaba.
