De los viajes, atrapa lo que puedas. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LOS DIAS PARISINOS
Uno puede presumir de sus viajes. Y relatarlos, lo difícil es que, con el paso del tiempo, algunas cosillas se olvidan. Otras quedan guardadas en el coco. A veces relatar es algo complicado. Hoy me levanté acordándome de París, como he leído un par de libros y visto un par de películas de aquel París ocupado por la Alemania de Hitler, recuerdo que un tiempo allí pasé tres semanas, con mi hermano caminamos ese Paris peatonal, por todos lados conocíamos y veíamos la historia. Después de ir a todos los sitios emblemáticos una mañana, de repente, me topé de frente con el hotel donde los nazis formaron su cuartel general. Los hoteles jugaron un papel importante, hubo el hotel Luteia, donde se hospedó el contraespionaje nazi; el hotel Le Briston, que escondió a los judíos de los mismos nazis, el Majestic, donde se hospedaban los picudos nazis y el gran Ritz de París, el rey de los hoteles, donde Coco Chanel vivió 37 años y allí salen escenas de esa nueva película New Look, que pueden ver ahora mismo. Chanel moriría en el Ritz en 1971. En su honor, una de las suites fue bautizada con su nombre. Ese hotel, ubicado en la Plaza Vendome, que algún día he andado cerca de su cafetería y del frontispicio, se han rodado películas y cobró mucha fama cuando Hemingway, el escritor, desde el Bar ahora llamado Hemingway en su honor, porque allí agarraba por su cuenta las parrandas, como la Paloma negra, cuenta que él los liberó, cosa que sonó a leyenda. Lo que sí dijo una vez: “Cuando sueño con la otra vida en el paraíso, siempre tiene lugar en el hotel Ritz de París”.
Hotel famosísimo porque Mohamed Alfayet lo compró y de allí salieron en busca de la muerte, Lady Diana y Dodi Alfayet, para estrellarse en el Puente del Alma. El hotel Ritz de París, el primero en el mundo que tuvo baño y teléfono en las habitaciones, cuyo personal habla varios idiomas y con cóctel estrella de su bar –el Ritz Sidecar, a base de champán de 1850 y coñac escondido de los nazis durante la ocupación–, por unos módicos 1.490 euros. Es el hotel del glamour por antonomasia, lo que no le impidió tener a un joven Ho Chi Minh trabajando en su cocina. Pero al que me refiero es al Regina, a ese lo encontré un día caminando y me topé de frente con la estatua ecuestre de Juana de Arco, heroína francesa. París es una belleza y un misterio. Por eso Charles de Gaulle decía y se quejaba que cómo se puede gobernar un país con 246 variedades de quesos.
TUMBAR UNA PUERTA
La arremetida contra la puerta de Palacio Nacional, le dio la vuelta al mundo. Los herederos de los desaparecidos de Ayotzinapa le dieron vuelo a esa puerta. Cuando el presidente les negó la entrada, Optaron por derrumbarla. Todo mundo comentó el suceso. Historiadores hubo que rememoraron los acercamientos a ese Palacio. Pero históricamente nadie había derrumbado esa puerta que, aunque no es la principal, la Mariana, es una emblemática de ese poder donde duerme el presidente y su familia. Hubo un bazucaso en la época del 68, pero de allí no pasaba. Muchos días de protestas vendrán. Muchos culpables serán señalados. Muchos días por venir entre confrontaciones de un país dividido. Hasta que lleguen las elecciones y se sepa quién ganó de las dos mujeres. Porque el Fosfo Fosfo, ni sus luces.