Los que abandonan la ley, alaban a los impíos; más los que la guardan, contenderán con ellos. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LA NOCHE DE LOS CUCHILLOS LARGOS
Tarde noche de viernes. Los relojes carcelarios comenzaron a moverse. Podrán tener el reloj, pero nosotros tenemos el tiempo, diría un clásico. Rogelio Franco Castán, exsecretario de Gobierno de Veracruz en tiempos de Yunes, salía libre gracias a los amparos que se otorgaron con jueces federales. ¡A la reja!, se ha de haber escuchado el grito clásico. Encarcelado en marzo de 2021 por un problema familiar, el supremo gobierno de Cuitláhuac aprovechó y por allí le fincó los delitos que quiso, o que se les ocurrieron. Las hijas, que siempre han apoyado al padre, esperaban felices afuera de esa cárcel del Gulag veracruzano. Era la noche de los cuchillos largos. Tendría Rogelio cárcel domiciliaria, aunque eso es siempre mejor. Aquello asemejaba una purga partidista. Al momento de liberar a Rogelio apañaban a Arturo Herviz, otro destacado perredista, por delitos viejísimos donde, según el Orfis, debía la renta, el teléfono y la luz y lo de Coopel. Entonces se encendieron las farolas en el PRD nacional, pero como allá andan divididos ni voltearon a ver a Veracruz. Donde sí voltearon fue cuando, en la nochecita, nochecita que de ensueño fue mi vida, en el noticiero de Azucena de Milenio y luego con Ciro, el nene verde, Manuel Velasco, aliado de la 4Ty candidato presidencial de a mentiritas, era detenido en Coatzacoalcos por la policía del estado y amagado con armas largas. Al esposo de Anahi se le acalambró aquellito. Casi dijo que, para entrar a Veracruz, habría que llevar casco y chaleco blindado, por aquello de no te entumas. Se quejaba en los noticieros, pero decía que no había hablado con Cuitláhuac. El gobernador apenas venia de huida de CDMX cuando no quiso responder a preguntas de reporteros por los crímenes y colgados y refrigerados en Veracruz. Ni los veo ni los oigo, como aquel ínclito personaje. Momentos antes también, el dirigente estatal del PAN, se quejó de que había sido detenido por los polis del Cui, un tal Federico Salomón. Parecía una purga, una noche de los cuchillos largos o de los cristales rotos. Toda acción tiene un móvil. Los expertos aseguraban que, la de Herviz, fue en venganza por la salida de Rogelio. Uno por uno, diría el clásico, aunque Herviz por la mañana del otro día anunciaron que ya había salido, que solo fue un calambre.
La hipótesis de Manuel Velasco, se ignora el móvil, ese se supone que es aliado.
La del dirigente del PAN, otro calambre.
Afuera salió uno. Adentro quedan varios, más de 600, dijo Del Río Virgen apenas en entrevista televisiva, quien también purgó cárcel indebida por seis meses, muchos de ellos presos políticos, como Tito Delfín y Viridiana Bretón, la alcaldesa que, su error fue ir a apoyar a Adán Augusto. Bien lo decía el filósofo Kamalucas: Cuando la ley y la política chocan, la ley es la que sufre.
ESA CUMBRE PELIGROSA
Yo Mero hace como un par de años, o más, o menos diría Peña Nieto, no subo esa Cumbre de Maltrata, porque ya poco o nada tengo que ir a México lindo y qué herido. Pero por los comentarios y por la tele en los noticieros nocturnos, vemos que los atracos no han dejado de ocurrir cuando, por alguna u otra cosa, se hace un alto y la cola comienza a atarantar. Los noticieristas dicen que son lugareños, que aprovechan para asaltar, lo mismo relojes, celulares, dinero, lo que pueden, con la complacencia o la omisión de las policías federales, esta vez Guardia Nacional, que por allí están, pero no hacen nada. Constantemente se ven escenas, que el gobierno niega, de los automóviles que vienen en sentido contrario, porque allí adelante están asaltando, gritan los automovilistas.