De Walt Disney: “Mickey Mouse apareció, salió de mi mente en una libreta de dibujo en un tren de Manhattan a Hollywood, en un momento en que la empresa de mi hermano Roy y mía estaba en el punto más bajo y el desastre parecía a la vuelta de la esquina”. Camelot
Gilberto Haaz Diez
LOS TRENES DE AMLO
Carlos Salinas de Gortari, en sus tiempos de presidente imperial (1988-1994), hizo obras de autopistas de paga por cinco mil kilómetros. Cosa que nadie había hecho en toda la historia de los regímenes, priístas, entonces. A Veracruz le hizo aquella de Córdoba a Veracruz, pasando por Cuitláhuac y Paso del Toro. Yo Mero estuve aquella vez cuando la inauguraron, debió ser en 1991 o 1992, allí traía a Luis Donaldo Colosio y a Patricio Chirinos. El gobernador era Dante Delgado Rannauro, que gobernaba interino por cuatro años. El recorrido de 90 kilómetros lo hicieron en el autobús presidencial. Cuentan quienes iban allí arriba, que Salinas mandó a llamar a Dante y le dijo: “Gobernador Dante”, como así solía llamarle. “te presentó a Patricio Chirinos”, y Chirinos le tendió la mano. Todo porque Dante se la estaba jugando con Miguel Alemán Velasco para ser su sucesor, pero donde manda capitán no gobierna marinero y Chirinos fue el elegido. Salinas también hizo la de Tinaja-Coatzacoalcos. Pero iba yo a los trenes. Hay que reconocer que el gobierno de AMLO, como si fuera Porfirio Díaz, le apostó a los trenes. Ahora López Obrador asegura que terminará su mandato en 2024 con más de 3.000 kilómetros nuevos de vía construidos. Se van a destinar 146.000 millones de pesos a los cuatro proyectos ferroviarios entre la capital y el Estado de México. El Tren Maya, cuando funcione será una maravilla, mil 500 kilómetros con trenes nuevos tipo europeos, como los AVE de España. Voy a diario El País: ‘En octubre se van a cumplir 150 años de la inauguración del primer tren de pasajeros en México. Fue el que conectaba la ahora Ciudad de México con Veracruz y se convirtió en una fiesta. Así lo cuenta el presidente, que insiste en que entre las vías del ferrocarril se lee la historia del país. De Juárez al porfiriato y de ahí a la revolución de Villa y Zapata. Ahora, en un país de 3.200 kilómetros de norte a sur, los únicos trenes que lo atraviesan son los de mercancías. “Se cancelaron los trenes de pasajeros y llevan décadas sin funcionar”, ha señalado el presidente, “fue muy irresponsable. En Europa siguen funcionando los trenes, en Asia siguen funcionando. No se debieron abandonar los trenes. Eso también tiene que ver la protección de la naturaleza y evitar el cambio climático”. Con ese lema como bandera, Andrés Manuel López Obrador ha empezado a acelerar. Bien presidente. Mándeme un tiquet para treparme al Maya. Le haré buena crónica. Y por allí llame a Slim que nos ponga de pasajeros un tren como el AVE, de Veracruz-Córdoba-Orizaba-Puebla y Buenavista.
OPPENHEIMER
A través del tiempo y de la vida y del estudio, pero sobre todo gracias al cine, hemos conocido diversas facetas de Oppenheimer, el que en su conciencia siempre llevó si era un hombre bueno o un bad hombre. Por aquello de haber fabricado la bomba atómica. Wikipedia: “Julius Robert Oppenheimer (Nueva York, 22 de abril de 1904-Princeton, Nueva Jersey, 18 de febrero de 1967) fue un físico teórico estadounidense de origen judío y profesor de física en la Universidad de California en Berkeley. Es una de las personas a menudo nombradas como «padre de la bomba atómica» debido a su destacada participación en el Proyecto Manhattan, el proyecto que consiguió desarrollar las primeras armas nucleares de la historia, durante la Segunda Guerra Mundial. La primera bomba nuclear fue detonada el 16 de julio de 1945 en la Prueba Trinity, en Nuevo México, Estados Unidos. Oppenheimer declararía más tarde que le vinieron a la mente las palabras del Bhagavad-gītā: «Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos». Oppenheimer siempre expresó su pesar por el fallecimiento de víctimas inocentes cuando las bombas nucleares fueron lanzadas contra los japoneses en Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945”. Hay cientos de películas hechas de su vida y de su equipo aquel que lograron la bomba en Los Álamos. Aprovechando ayer el boom del estreno de la película, con puros picudos y que hoy o mañana debo ir a ver a Cinepolis, actuada por Cillian Murphy, Robert Downey Jr., Matt Damon y Emili Blunt, vi una de Oppenheimer media chafona, en Roku. Nada que ver con esta que, me imagino, es película de las grandes. Qué bueno que se sigan filmando y estrenando en salas de cines, aunque los combos y las palomitas sean caros, porque, no olvidemos que las películas están hechas para los cines, con todo y que Hollywood esté en huelga ahora. Entre la Barbie y la de Tom Cruise y esa del científico, las salas vuelven a cobrar vida. Además, los cines mexicanos son de los hermanos Ramírez, a mucha honra, inversión mexicana.