*Mas vale tarde que nunca. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
ESA MALDITA CASETA
Cuando nació la autopista, en 1970, el tramo de Orizaba-Fortín-Córdoba, y veíamos construir el enorme y gigantesco puente llamado ingeniero Mariano García Sela, pero que la flota llamó Puente de Metlac, por estar en la barranca de Metlac, que pintores como José María Velasco inmortalizaron y engrandecieron cuando el tren bajaba y por ahí pasaba, tramo que cerraron cuando también al tren le hicieron una vía rápida, allí bajando esa barranca el espectáculo era impresionante. Se pensó alguna vez hacer un tren turístico, como existe en las Barrancas del Cobre con su Chepe Express. Y recuerdo que el tren lo inicio don Porfirio Díaz, para aquellos que son anti porfiristas. La primera concesión fue la vía férrea de México-Veracruz en 1842. Para el año de 1862, se tenían construidos 41 kilómetros, pero es hasta el año de 1873 que el presidente Sebastián Lerdo de Tejada y don Porfis inauguran la tan esperada ruta. Aquellos años de los 70s, muchos nos asomábamos a ver de a lejitos esa impresionante obra. Nunca pensaríamos que, después de 53 años, maldeciríamos esa obra, no la del Puente, pero si la de la mugre caseta de Capufe, que solo nos ha traído encabronamiento (palabra francesa), enojo y desolación. Todo se fue deteriorando, los gobiernos llegaron y se dedicaron a cobrar millonadas, el transporte público creció, nacieron los tráileres dobles cajas y el tráfico se hizo impresionante en muchos tramos de las carretera de paga, y el gobierno, como el chinito: nomás milando. No veían que este crecimiento traería problemas y en lugar de buscar soluciones aplicaban más y más las tarifas, le quitaban el dinero a Capufe porque de cada peso que entra, dicen los enterados, se lleva el gobierno federal y Banobras 80 centavos, para sus chescos. Y son millonadas. Tan solo la de Fortín genera ingresos diarios entre 8 y 10 millones, para que se den una idea.
EL ENOJO DE AÑOS
El enojo siguió por años, desde el gobierno de Peña Nieto ya se arrastraba el problema, Peña dio a su compadre, Benito Neme Sartré, la concesión de Capufe y a mamar dinero. Luego, atrás de él estaba el otro socio, Gerardo Ruiz Esparza, a quien la revista Proceso llamó ‘esteta de la corrupción’, hombre al que salvó la muerte porque hubiera (ah esos hubiera) estado sometido a fuego por todos los boquetes en la Secretaria de Comunicaciones. Pero quizá la hubiera librado, este gobierno no aprehendió a nadie, más que a Lozoya, y a ese porque Odebrecht brincó con todas las propinas millonarias en dólares que le dieron al nene que fue cachado en un restaurante japonés dándose la buena vida. La caseta comenzó a generar problemas hace años. Nadie ponía solución. Nadie. Venían diputados, senadores, achichincles y hasta gobernadores y a nadie les hacían caso. Supe que este último, Cuitláhuac, cuando fue a pedir que la retiraran, le dijeron genera 9 millones diarios, tú no los vas a dar, y se marchó y a su barco le llamó libertad. Nadie podía. No hubo día que el sector empresarial y los alcaldes patalearan, pero del otro lado nadie hacia caso. Era una carga terrible. Pero hace dos días, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, después de ir a visitar a la directora de Capufe, Elsa Veites Arévalo, me dicen que acompañado del suplente senador, el jalapeño Ernesto Pérez Astorga, por fin Capufe le dijo que, como la canción de los Hermanos Carreón, para abril o para mayo comienza la ampliación. No la van a quitar nunca. Ni siquiera la van a reubicar. Estos son tercos y necios. Tendrá que llegar otro gobierno para buscar la solución final. Pero con el hecho que la amplíen, como está la de San Martin Texmelucan a 10 casetas de cada lado, con eso nos conformamos a medias. Luis Cruz Montesinos, presidente del CCE, junto a todas las cámaras empresariales, un hombre que ha luchado hasta el cansancio contra esta caseta chafa, debe tener cuidado y vigilar que no vengan con una porquería de ampliar dos casetas solamente, porque saldrá peor el caldo que las albóndigas. Yo Mero no les creo, pero no hay que ser tan escépticos, manito, me diría desde el cielo Kamalucas, un filósofo de mi pueblo. Aguanta, hermano que va two out. Más tarde, Cuitláhuac aprovechó y fue a ver a su patrona, Claudia Sheinbaum, a quejarse y decirle que entre Adán Augusto y Cheko Gutiérrez Luna, lo hicieron sándwich la semana pasada, pero esa es otra historia.