Acertijos

Gilberto Haaz Opinión

*Los problemas de las redes. Camelot. 

Gilberto Haaz Diez

LAS ESTAFAS POR LINEA 

El Internet y las redes sociales han servido para muchas cosas, muchas positivas, pero también negativas. Ha servido para que los cibernautas se contacten entre ellos y se pida ayuda para gente desaparecida, o que están en problemas, en un país donde hay 11 feminicidios a diario y cada que muchas hijas salen a la calle, los padres saben que salen, pero no si regresan. México es un tapete de este infortunio. Los primeros 20 minutos de los noticieros de la tele, nos reflejan el panorama de sangre y duelo en este país que no se merece eso que estamos sufriendo, lo de abrazos y no balazos. Ahora, como es época navideña y muchos compran por las redes, tengan cuidado, las estafas son por pedidos falsos, utilizan los correos electrónicos falsos con detalles de algún pedido y, cuando te das cuenta, te han estafado. Firmas como Amazon y Best Buy son marcas suplantadas. Te piden que te pongas en contacto con ellos y solicitan tus datos personales. Cuélgales y mándalos con el Tata Martino, el villano favorito de los mexicanos.

Y LA TELEFONICA 

Algo le pasa a Telcel y a Telmex y a otros que dan el servicio en esta zona y, en donde en algunos lugares aun nos tienen como en la era cuaternaria, sin fibra óptica. El asunto es que los teléfonos celulares, y a veces los caseros, se pusieron locos como la gente que le mentaba su madre en argentino al Tata Martino en el aeropuerto AICM. Tiene días que los celulares no funcionan, o se cortan las llamadas o se escucha horrible, como dijera Derbéz. Llamas al operador y llegan y te cambian el módem, te ponen un modelo nuevo y, saben qué, tampoco funciona. Uno no puede rendirse, porque los servicios son caros y, además, aquí nos destetaron viendo Telesistema Mexicano, votando por el PRI, leyendo la revista Siempre del maestro Pagés Llergo y el Excélsior, cuando era el Periódico de la vida nacional y, los primeros teléfonos, que eran de batería y de darle cuerda con una manivela, tenías que conectarte con una operadora que ella te enlazaba con el número pedido (eso las nuevas generaciones no tienen ni idea), y digo que nos destetaron así, o sea que Telmex y Telcel, aunque antes era del gobierno y del empresario Carlos Trouyet. La historia de Telmex parte desde el tiempo del presidente Miguel Alemán Valdés, en 1947 el hombre que nos iba a meter a la modernidad fusionó las dos compañías (ITT y Ericsson) y la convirtió en Telmex, desde esa época ha sido como Liverpool, parte de nuestra vida. Era un monopolio, no había otra, o la bebías o la derramabas. Llegó 1994 y el otro innovador, Carlos Salinas de Gortari, se la vendió a Carlos Slim y su grupo Carso, que la encontró más jodida que reata de pozo, como dirían en mi pueblo. Antes había sido dueño Carlos Trouyet, el Slim de aquella época, un hombre de la cultura del esfuerzo, que comenzó de chicharito en un banco y llegó a ser el más rico de México, con la ayuda de su amigo el presidente Alemán, dueño de cientos de empresas y fundador de la Iberoamericana, bancos y negocios, le encantaba Acapulco, allí donde llegaban Sofía Loren, Natalie Wood y Frank Sinatra, sus hijos murieron en un accidente de aviación despegando en Acapulco, y por eso aquel hombre fijó una cruz gigantesca en lo alto del Cerro del Guitarrón, a la que llaman La Cruz de Trouyet. Voy a la historia: “Cierto día 13 de noviembre de 1967, al momento del ocaso, los hermanos despegaron del aeropuerto de Acapulco con dirección a la ciudad de México, a bordo de su avioneta particular. Se trataba de una Piper Aztec con matrícula XB-TIE, bimotor de ala baja y con capacidad para seis pasajeros incluyendo a los pilotos. En la aeronave viajaban: Jorge y Carlos Trouyet Jr., y 4 pasajeros más, entre ellos los pilotos. Al parecer, el vuelo se llevó a cabo con tranquilidad y sin problemas, puesto que no se tiene registro de alguna llamada de emergencia por parte de los pilotos y tampoco se recuerda sobre el reporte de alguna posible falla mecánica. Sin embargo, ya en su aproximación y a unos cuantos minutos de su arribo a la capital, el “Tango India Eco” desapareció de los radares del aeropuerto internacional de la ciudad de México, siendo encontrado al otro día en un barranco del Estado de México, a 23 millas de distancia del aeropuerto capitalino. No hubo sobrevivientes”. Así esa historia de luto y de la Cruz acapulqueña y su capilla en honor a los hijos y demás fallecidos, allí fue sepultada la familia Trouyet. Y esa Cruz brilla por las noches.

www.gilbertohaazdiez.com

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