Acertijos

Gilberto Haaz Opinión

*Esto es lo que me gusta de la radio: el no saber qué va a ocurrir. Camelot. 

Gilberto Haaz Diez

DIA DEL LOCUTOR 

Puedo decir que casi fui destetado en un micrófono. Mi primer trabajo de joven fue en la estación de radio, XEJF de Tierra Blanca, año de 1958, allí amé la cabina y el micrófono. Allí aprendí que el micrófono tiene magia y la comunicación con la gente es algo que no tiene precio. Mis recuerdos me llevan a mi pueblo, donde esa estación lo era todo. No había más medio de comunicación que aquel. Las redes ni se soñaban, y con la música se entretenía. Vi crecer a aquellos locutores: Cossio, Armando y Rivas, que vivieron la terrible experiencia de informar cuando el supremo gobierno tomó la estación de ferrocarriles, en tiempos de Demetrio Vallejo, y los militares llegaron a apoderarse de todo en esa estación señera. Un teniente atrás del locutor, espiaba como en tiempos de la CIA. Los grandes aniversarios cada año, cuando de Xalapa llegaban Los Canarios, que luego serían los Joao de los hermanos Arcos. Tiempos hermosos con mi padre, Enrique, al frente de la estación y mi hermano, que ya estudiaba prepa en Xalapa, llegaba para echarse sus palomazos. Y de allí a Veracruz, a las estaciones de radio de la familia Ferráez, donde había buenos locutores. El inolvidable Juan José Arredondo, Juan Correa, Felipe Ortega, Nelson Juárez, Baldo y Pepe Guerrero, y el gran Lázaro, algunos ya fallecidos, y mi hermano Enrique al frente de las dos estaciones chingonas.  

AÑOS DE LOS 68 

Años de los 68, tiempos del movimiento estudiantil cuando partí, con el amigo Francisco Girón Mirón, a Orizaba a inaugurar una estación llamada Radio Moderna, la XEOV. Girón como gerente y Yo Mero como programador, que le llamaban director artístico, con gran caché, luego se sumó José Luis Reneaum, a ese equipo de trabajo. Aquí, unidos con dos buenos amigos, Miguel Reneaum Alcocer y Ángel Marín Melchor, ambos ya fallecidos, y con Trini Poceros y el ingeniero Ángel Lozano creamos una estación ágil y moderna. Aquí me tocó conocer al mejor programador de México, Ramiro Garza, a quien fui a conocer de su magia y talento casi un mes en Ciudad de México, hombre que creó Radio Variedades y dejaron buenos derroteros de radio. Con dos paisanos locutores, Rafael Murillo y el orizabeño Marco Aurelio Moncada Krauss, el mejor locutor de cabina de aquel tiempo, que llegó a Radio Variedades y Radio Mil a dictar cátedra. Y los grandes programas de radio locales: La hora de los novios y Por parejitas van sus favoritas, y tantos más que aún la gente orizabeña recuerda. Aquí me tocó llegar en esos años de los 68 y aquí me quedé a vivir. Aquí conocí a mi esposa y aquí nacieron mis cuatro hijos y los nietos. Y hasta más o menos 1975 -que abandoné la cabina, para nunca más volver y siempre recordarla-, entonces me fui al mundo del espectáculo y de los negocios, con grandes presentaciones en el Cinema Orizaba, de Roberto Carlos y Camilo Sesto y Julio Iglesias en Veracruz y las presentaciones de Manzanero y Los Ángeles Negros con Germáin, que era el Luis Miguel de aquella época. Un tiempo después me gustó la política, y por poco llego a ser alcalde de Orizaba (1994), no se pudo, así mismo en mis años de prensa, con un grupo de gente buena participamos en la Comisión de Periodistas (CEAPP). Tiempos que se fueron, cuando un agosto de 1973 abrí mi primer changarro y desde ahí he vivido la libertad de valerme por mí mismo. Y aquí ando ahora, de escritor, una vocación tardía pero bella igual que la cabina, porque en las historias que se escriben, a veces se va la vida y a veces regresan los tiempos idos. Pero esas son otras historias. Felicidades a todos los trabajadores de la Radio. 

www.gilbertohaazdiez.com 

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