Acertijos

Gilberto Haaz Opinión

*Tú eres mi hermano del alma, realmente el amigo. Camelot.

Gilberto Haaz Diez

TODOS HERMANOS (BAND OF BROTHERS)

Como aquella cinta de guerra Band of brothers, aquí ocurrió una escena similar, todos eran hermanos, cuidándose y protegiéndose. Se filtró en la tele y las redes sociales, una llamada que le hizo el desvergonzado, Manuel Velasco Coello, del PVEM, partido que un día fue verde ecologista y hoy es entreguista al mejor postor, que normalmente es a quien gobierna. Sucede que ha habido una arremetida en contra de Alito Moreno, presidente del PRI nacional, donde lo exhiben a diario, la tal Layda Sansores, con grabaciones una tras otra, pero no es indio el que no se venga, y Alito Moreno desempolvó una grabación subrepticia del tal Velasco Coello de Anahí, que ahora es senador y antes fue gobernador de Chiapas y un ayudante de él mismo, fue aquel que le dio el dinero al hermano de AMLO, al tal Pio López Obrador, en aquel cochupo que le dio la vuelta al mundo. Harto de que lo exhibieran, Alito sacó al priísta que todos llevan dentro y mostró una grabación cuando Velasco le llamaba a nombre de Adán Augusto, secretario de Gobernación, donde lo amenazaba a nombre de su jefe, el presidente AMLO, de que, o le entraba a la Reforma Eléctrica o lo exhibirían con unas cositas que por allí le tenían guardada. Alito le dijo al personero Velasco, que le tiraran cómo quisieran, que él si tenía muchos huevos y no se apellidaba Bachoco. Y la historia se fue a la tele y el pobre Velasco quedó como un mensajero balín, ese que lleva las amenazas de los poderosos, eso sí, llama la atención que todos se dicen amigos: te hablo a nombre del amigo, decía Velasco. Alito: dile al amigo que así no, con amenazas no, o sea era una Band of brothers, como aquella cinta de guerra de Spielberg y Tom Hanks que fue tan famosa. Hermanos de sangre y hermandad en la trinchera, como aquí, rememorando el pasado priísta de todos ellos. AMLO, Adán Augusto, Velasco Coello y el mismo Alito, todos se destetaron en el viejo PRI. Como dijera Kamalucas, un filósofo de mi pueblo: tener amigos así. Ver para creer.

EL DIA QUE LLEGARON LAS LLUVIAS

Eran días inciertos. La calor atontaba, apendejaba, manito, diría Kamalucas. No llovía y por más que uno volteaba hacia el infinito de las montañas, la claridad no presagiaba lluvia. Un grupo de esos que suben al Cerro del Borrego todos los días, atletas consumados que van unos caminando y otros corriendo, estaban a punto de celebrar un ritual muy indigna como aquel que hacían los Sioux para que llegaran las lluvias, como aquella canción francesa. Atlatlacualtiliztli (si usted lo pronunció bien, felicidades), significa en Náhuatl el nombre para la petición de que llueva, algunos querían cantar aquel canto de la niñez, el de que llueva, la virgen de la cueva. No llovía y los cerros comenzaban a secarse, es un problema porque luego llegan pequeños incendios y nos ponen a parir chayotes, en esta tierra donde se da el chayote. Hay un dicho orizabeño: Si es por enero, llueve por el sumidero, si es por San Juan llueve por el volcán. El termómetro llegaba a 36 grados, cosa inédita para una ciudad donde esa calor no pega tan duro. De repente, un buen día los cielos se cerraron y comenzó a nublarse y retumbar los truenos. Las primeras gotas presagiaban una tormenta. Así fue, hasta el granizo apareció y llegó la tan esperada lluvia, lluvia que vino a regar toda la sequía del campo y las montañas y mezclarse en el rio y alimentar a los pozos, que comenzaban a sufrir la escasez de agua. Bendita la lluvia, como decían los Náhuatl: “Que la lluvia sea tu aliada, que te entregue sus caricias, que limpie tu mente y alma de todo aquello que no le pertenece”.

www.gilbertohaazdiez.com

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