*La vida no siempre son trenes a los que hay que subir, a veces son estaciones en las que hay que bajar. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LOS TRENES ESPECIALES DE ALTA VELOCIDAD
La idea del presidente AMLO de habilitar los trenes de pasajes, ya no le da tiempo. El poco tiempo que le queda, quizá lo use a sus dos obras principales, Tren Maya y la Refinería de la Nahle, Dos Bocas, que van atrasadas y con boquetes de gastos de dinero de más. Esa idea debe venir al inicio de un sexenio. Volver a México moderno y crear los trenes como los europeos y americanos. Las vías están, hay que remodelarlas y trazarlas, porque en el de Madrid, el que sale de Atocha, a los pocos kilómetros todo se oscurece, pues se está atravesando un túnel de varios kilómetros, tuvieron que ganarle a la montaña. Hay que sellar todo alrededor de las vías, para que los animales y la gente no se acerquen. Son seguros, con todo y que ha habido uno que otro accidente, como aquel del año 2013, cuando el conductor se atontó y dejó tomar una curva de Madrid a Ferrol a la velocidad no permitida y hubo muertes (80) y desolación, entre ellas una querida paisana veracruzana, mujercita que allá estudiaba. Pero son muy seguros. Yo Mero he tomado el de Madrid a Sevilla y el de Madrid a Valencia mía, a comerme una paella y, lógico, he ido en el de Madrid-Barcelona cuando he ido a ver jugar a Messi. Hay terminales que son una belleza, como la terminal de Sevilla y Toledo. La de Toledo, construida en 1858, enmarca el estilo árabe y te transporta a otro mundo. Como las nuestras, que algunas son bellísimas y hoy están ocultas, la de Orizaba, la compañía que tiene la concesión la tiene escondida y el Ayuntamiento de Orizaba debe ir a que abran, para que la gente la pueda ver y admirar y por ahí conocer si es que no la están descuidando, porque son patrimonios de las ciudades, aunque sean concesiones federales.
LAS TERMINALES AMERICANAS
He viajado en tren cada que puedo, dos o tres veces de Washington vía Filadelfia y Nueva York, cuando con mi hermano Enrique y el amigo Rico que no es rico, fuimos a ver caer a Hillary Clinton en su elección y a que irrumpiera un sátrapa como presidente, el más racista de la supremacía blanca, Donald Trump. Esa vez llegamos a visitar la de Washington y la de Filadelfia, grandes estaciones de trenes, la Unión Station, que es una maravilla de la humanidad, llena de sus tiendas y restaurantes y del poderío americano. Inaugurada en 1907. Luego, como si fuéramos rieleros en busca de la Adelita, apeamos en la de Filadelfia, todas ellas llevados por los trenes Amtrak, de alta velocidad, que son mejores los españoles y europeos, pero estos son también de buena velocidad, es también bella y en su entrada tiene una gran campana, de cuando Los Padres Fundadores de la Patria les dieron la libertad y una constitución, y previeron que un día les llegaría un bad hombre, como Donald Trump, y ahí andan. Fuimos a ver su historia, el sitio donde firmaron los caballeros, el Independencia Hall, allí donde Washington y Franklin y Jefferson y John Adams y demás libertadores, le dieron vida a esta nación. Allí anduvimos en una noche y día que nos agarró la lluvia, quizá el cielo lloraba porque perdió Hillary Clinton y nosotros comprando los paraguas con los vendedores de la esquina, para esperar la noche y partir hacia Nueva York, donde juegan los Yankees, a su gran Terminal, la Grand Central Terminal, que te apea cerca del Madison Square Garden y allí ya tomas taxi o metro y te vas a tu hotel, cercano al sitio donde celebran el fin de año los neoyorkinos, Times Square, un lugar muy peatonal que día a día cierran para que no pasen autos y la gente pueda caminar como si fuera la Madero de Orizaba o la Independencia de Veracruz o una de Tierra Blanca, pero sin luces. Allí anduvimos recordando los trenes, porque el presidente solo nos inquietó con un proyecto que, si se puede realizar, pero es a más de 15 años y siempre y cuando se lo concesione a Slim o a algún picudo de dinero, porque si lo toma el gobierno, no camina nunca, como esos de Peña Nieto, que dejó todos inconclusos y los de AMLO ahí van pujando, con la señal de que el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, nomás no camine. Y conocí también en Berlín su estación de trenes, toda en fierro bellísima y La Gare de París, pero eso es para otra historia de otro día rielero. En fin.