*De Shakespeare: “Procurando lo mejor, estropeamos a menudo lo que está bien”. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LA REVOCACION DE MANDATO
No llegaron los idus de marzo y tampoco cayó el rey. No hubo conjura senatorial contra el César. Las plañideras lloraron y los que acarrearon gozaron. Diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo. Lo que se esperaba, ocurrió. El presidente llegó a votar y aunque no encontraban su nombre en el padrón, terminó por escribir Viva Zapata. Los de Morena dicen y gritan que ganaron. La oposición, que fue con trampas. Acarreos y gastos del erario público, como el avión de la Guardia Nacional. Haiga sido como haiga sido, dicen ellos, AMLO ganó y, si quisiera, podría comenzar a mover quedarse otros seis años, o 500. Tiene 15 millones de votos a favor, que no son cualquier cosa, pero son la mitad que en 2018. Dijo AMLO que obtuvo menos votos que en otros procesos electorales, pero que la culpa es del INE, y de Layún, cuando no mete goles. Ya saben que el INE se convirtió en la piñata de la 4T. Yo Mero en mi aldea no visité urnas, me fui a comer una rica hamburguesa casera y por la tarde me puse a ver la cinta de Los Lakers, en HBO, la historia de cuando se hicieron grandes en el basquetbol con aquel Magic Johnson, reclutado de una universidad para llevar al equipo de Los Ángeles a la gloria de los campeonatos, luego vendría aquello de VIH, pero esa es otra historia. Buena cinta, bien narrada y expuesta de cómo llegaron a hacerlo grande en la década de los 80. Pero estaba en la Revocación ¿Quiénes ganaron? Aparte del presidente, ganó la jefa de Gobierno, la tal Sheinbaum, que después de este proceso sale convertida en la reina Catalina y casi tiene el trono en la mano y la corona en la sien: “Inquieta vive la cabeza que lleva una corona”, según el relato del Enrique IV de Shakespeare, Cuando votó, sus paleros le gritaban: ¡presidenta! ¡presidenta!, su grito de guerra. Marcelo Ebrard de a solito, y Monreal, en el olvido. No hay más, no se hagan bolas, como dijera aquel clásico, es la Sheinbaum. Quien también ganó fue el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, otro de los consentidos del presidente. Tuvo 1 millón 476, 850 votos y eso lo fortalece, o sea, los encarcelados podrán seguir en la cárcel hasta que acabe el sexenio. Los votos en la Revocación lo fortalecieron, y uno de sus fans subió un tuiter: “En 2018, Cuitláhuac tuvo 1, 667,239 votos y se convirtió en gobernador. Su más cercano rival fue Miguel Ángel Yunes Márquez con 1, 453,938 votos. Ayer con ese 1, 476,850 todavía tiene 22 mil votos arriba de los Yunes”. Bueno, eso sin candidato al frente. Dante Delgado anuló su voto en Xalapa, según el diario Notiver, y el ministro presidente de la Corte, el tal Arturo Zaldívar, fue cachado llegando al aeropuerto de Chicago, el mismo día de la votación. Pura vida, diría Clavillazo. ‘ministro mascota’, le llamaron.
VIENE LA REFORMA
En el tapete del póquer, como si se jugara en Las Vegas, el presidente aparentemente tiene las cartas a su favor. Viene la Reforma Eléctrica y nada se sabe y todo se sospecha. Eso sí, tiene AMLO abiertos varios frentes de guerra, con la oposición unida (PRI-PAN-PRD-MC), con Loret de Mola, que lo revira en cuanto puede, con los empresarios, con los americanos, a quienes amenaza con también demandarlos en el TMC si aquellos dan el primer paso. Al parecer, como en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, como a Hitler, nada lo espanta, tiene abiertos varios frentes de guerra. Los priistas están totalmente en su contra, y una prueba fue que, al nuevo embajador de México en España, Quirino Ordaz, uno que ellos acusan que ‘chaqueteó’, al irse a comer unas fabadas y cocidos madrileños a cuenta de la Embajada, ya lo expulsaron del PRI. Misma sentencia tienen todos los demás legisladores, si votan a favor de la Reforma Eléctrica, los expulsan y de ñapa les darán el sombrero texano que porta en su cabeza el embajador Ken Salazar. Venga, pues.