Acertijos

Gilberto Haaz Opinión

*Y cuando despertaron ya había un tren español. Santanderino. Camelot.

Gilberto Haaz Diez

EL DIA DEL TRENECITO

Orizaba estrenó su trenecito. Aún sin nombre. Unos le dicen Chu-chu y otros Chipi-chipi. Aun sin ruta definida. Heme allí que ayer, por invitación del alcalde, llegué al recorrido. Hubo un acto en los recintos de Expori, donde el tren permanecía estacionado, listo para despegar como cohete de la NASA. El tren pasa primero, diría la Poniatowska y este tren lo administrará AOPAC, la asociación que cuida a los niños con cáncer y que preside Hugo Chahín Maluly, exalcalde. Hubo un pequeño acto donde agradeció aportaciones de los rotarios. Y de repente, la maquina pitó, como aquella 501, la que corrió por Sonora, por eso los garroteros el que no suspira llora. Este tren viene de España. Hay uno igualito en Santander, en la zona de la Magdalena, que recorre esa zona cántabra. Me he trepado a varios así, otro de ellos similar que recuerdo es el que te lleva en Arlington, Washington, a la tumba de JFK. Pues así salimos, el trenecito tiene dos vagones con capacidad para 28 pasajeros en cada uno y rampa para minusválidos, un chofer y una guía que tendrá que llevar para ir dando pormenores. Ocupamos nuestros lugares, en primera fila el alcalde Juan Manuel Diez Francos, Hugo Chahín Maluly y Yo Mero. La gente aplaudía al tren y saludaba, alguien por allí le gritó a Juan Manuel que lo querían para gobernador, tomaban fotos, otra cosa buena que viene a esta ciudad que el mismo presidente llama Capital del mundo y sucursal del paraíso. El trenecito jala bien, carga gasoil, como dicen en España, o diesel, tiene buen muelleo y da bien las vueltas. Una primera parada en Plaza Valle y la gente se acercaba a verlo, luego rumbo a la Alameda, la más bella del país, un frenón de emergencia nos puso a parir chayotes, pero no pasó nada, resultó que tiene también buenos frenos, vuelta hacia la calle Real y tomar toda esa arteria principal y hacer otro alto en el bello Mier y Pesado, que es una sorpresa con tantas cosas nuevas que allí llegan, hasta llegar a la calle de la iglesia de Santa Gertrudis y doblar hacia Expori. Como los recorridos de los paseos que se acostumbran. Este fue de una hora y piquito. Aún definen rutas, aún definen precios, si se cobrará entre 50 pesos o los 80. Lo que es un hecho es que esta nueva inversión, de cerca de 4 millones de pesos, va a servir para seguir impulsando el turismo orizabeño, el que cada semana llega a esta ciudad que tiene un volcán y es Pueblo Mágico y, además, los fondos que se recauden van a utilizarse para seguir apoyando a los niños con cáncer, un programa que nació hace años con las ferias Expori. Orizaba va bien, camina bien y ahora, hasta tiene un trenecito, como aquella vieja canción de Leda Moreno.

LA ZONA ATRASADA

Apenas en una mañanera, al presidente AMLO le preguntaron el por qué estaban tan abandonados los municipios aledaños a Orizaba: Rio Blanco, Nogales, Mendoza y Maltrata. El presidente se fue a la historia, dijo que el retroceso era porque esa zona fue conflictiva por la Huelga de Rio Blanco, aquella que tuvo fama de ‘mátalos en caliente’, aunque los expertos señalan que no fue para esta zona la frase. Leído en el Mundo de Orizaba, el periodista Ramón Flores, del Centinela Informa y The Human Hoy, escuchó la respuesta presidencial. Son verdades a medias. Solo Dios sabe qué ha pasado aquí. Inversionistas ha habido que llegaron con ganas y dinero, uno de ellos fue Juan Mata González (QEPD), quien aquí se vino a vivir, que trajo más de 100 millones de dólares para reactivar la fábrica textil de Cidosa y, además, hizo un hotel donde una vez hospedó, ya viejito, enfermo y cansado, al expresidente López Portillo. Otra vez, y Yo Mero allí estuve, llegó Manuel Bartlett y allí comimos unos cuantos. A Juan Mata, empresario de las grandes ligas y dueño en un tiempo de Cigarrera Cigatam y El Universal como accionista y del ramo automovilístico con la agencia FORD número uno en el país, MYLSA, el INAH lo traía como el presidente al INE, a puro madrazo, si tiraba un ladrillo, lo querían meter a la cárcel, si movía una reja, lo querían mandar a prisión como hace Gertz Manero. Cierto tiempo, Dante Delgado Rannauro como gobernador quería pavimentar todo de cemento, desde Rio Blanco hasta Mendoza, pero no se pudo. Es cierto que fue zona conflictiva, pero ya no lo es ahora. Lo que quedó del sindicato, vendieron los edificios y ahora está en construcción una plaza comercial. Y ha habido buenos y malos alcaldes, recuerdo que cuando llegó el hermano del Cura Hipólito Reyes Larios, cuarto Arzobispo de Xalapa, su hermano, Melitón Reyes Larios, alguna vez me invitó porque quería, entre otros proyectos, que la escuela mendocina Esfuerzo Obrero, un bello edificio sindical del municipio, se pasaran allí los poderes municipales, como una vez lo hizo Isaías Rodríguez Vivas en Orizaba, que les construyó escuelas a la vuelta de mi casa, en la norte 13 y ocupó ahora lo que el Palacio de Orizaba, a Melitón no lo dejaron, se quedó con el proyecto al hombro y acabó su administración. Hay más historias que contar de esa zona, pero dejo el espacio para otro relato.

www.gilbertohaazdiez.com

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