*Y cuando despertaron, Chente robaba audiencia. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
EL DIA DEL OMBLIGO
A este día miércoles, suelen llamarle el día del ombligo, porque está en la mera mitad de la semana, cosas de los decires. Hoy hace dos años estábamos inmersos en la crisis de la pandemia, llegaba el maldito bicho aparecido en un mercado de los chinos, por andar tragando murciélagos en barbiquiu, como comió su pato pekinés al horno Emilio Lozoya, quien ya ni se acuerde de él, en el restaurante Huam, el pato que destrozó a un hombre. Hay tantas cosas que se pueden contar, para no hablar del gobernador chapeador y su machetero secretario, que ahora no han podado nada, pero sí han abierto un frente de guerra contra Monreal, Dante y amigos que les acompañan, por el encarcelamiento a José Manuel de Del Rio Virgen, que al paso que va, quizá salga cuando termine el maniaco Vladimir Putin de bombardear Ucrania. O quizá para la otra Navidad. Es un pleito muy personal entre Monreal y el presidente AMLO y el gobernador solo acata órdenes. Y ya se abrió otro frente más, donde siguen copando a Monreal. Sucede que la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, mujer que le ganó la alcaldía a la Sheinbaum y a su candidata, Dolores Padierna, y no se lo perdonaron, tuvo un conflicto con tres policías de la Sheinbaum y esos policías la demandaron, dizque porque los había abofeteado y no le aplicaron la veracruzana ‘ultrajes a la autoridad’, pero la llevaron ante un juez que la suspendió de sus funciones de alcaldesa. Para Ripley. Increíble que un juez inhabilite a alguien que ganó una elección por el voto popular. Sandra Cuevas culpa a la jefa de Gobierno y el presidente AMLO ya la sentenció en una mañanera, desde su púlpito dijo amenazante: “No se mide esa señora”, refiriéndose a Sandra Cuevas. Monreal salió en su defensa, pero cuando Monreal sale, siempre sale perdiendo y ella quedará atrapada entre las patas de esos caballos que pelean, como quedó José Manuel Del Río Virgen, que en Pacho Viejo sigue y allí seguirá, según sentencia del gobernador Cuitláhuac de Veracruz. Bien dice el proverbio chino: “Cuando dos elefantes pelean, la yerba es la que sufre”.
PERIODISTA CAIDO Y BRONCO EN EL PACHO VIEJO NEOLONES
La nota ayer, entre el crimen de otro periodista, el número 8 en la cuenta de este gobierno en lo que va del año, la pifia de la Suprema Corte de Justicia, controlada por el mañoso fiscal Gertz Manero, y la detención de El Bronco, que cayó a la cárcel por un delito electoral, el que no amerita prisión preventiva, no le ayuda a nadie, ni al mismo gobernador de Nuevo León, porque su delito fue bailar el cha-cha-cha, como dice la canción, es decir, empleó a gente de su gobierno para que recabaran firmas para ser candidato a la presidencia del país, cosa que no logró. Y el matrimonio Youtuber que gobierna ese Nuevo León, debe entender que los carniceros de hoy serán las reses del mañana. Y luego, después el pleito de la familia Fernández, donde los herederos de Vicente Fernández amenazaron y demandaron a Televisa para que la serie El último rey, de la periodista Olga Wornat, que saca a relucir verdades, la familia demandó ante un juez fueran detenidos los programas televisivos por contener los derechos. Pero Televisa, que es un imperio, aseguró que eso jamás podría ser así, pues si así fuera, ninguna figura pública podría ser programada tanto en libros como en programas de televisión, argumentando la libertad de expresión, y tienen roda la razón. Televisa ya exhibió los dos primeros programas. En el primero, tuvo una audiencia de 5 millones de telespectadores. Y todo ese lio es porque los hijos de Vicente firmaron con Netflix para hacer la biografía y la película del Charro de Huentitán, por 60 millones de dólares, y pues para eso a Televisa le hacen los mandados, nadie tiene el acervo musical y los videos que tiene Televisa, porque ellos ahí nacieron, allí se destetaron, uno recuerda cuando Vicente llevó a su hijo pequeño, Alejandro, a cantar una canción, desde aquel tiempo en que Raúl Velasco y su Siempre en Domingo eran los amos y pedían y sonreían, como en Orizaba, que Aún hay más. Y había más. No había artista que se jactara de ser tal, que no pisara suelo mexicano para triunfar en el mundo, desde los españoles Julio Iglesias, Camilo Sesto, Raphael y cientos más. De los aldeanos ni se diga, José José, Vicente Fernández, Juan Gabriel, que llegaba con su guitarra y lo hacían esperar horas para oírle una canción, sin sospechar que tenían en la antesala a uno de los grandes de América, pero ya con esta me despido, porque hoy le hice a la Paty Chapoy que todos llevamos dentro. Bye.
