*Y cuando despertaron, la caseta allí seguía. Camelot.
Gilberto Haaz
EL CHECO Y LA CASETA DE FORTIN
Sergio Checo Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados, veracruzano desconocido por el gobernador Cuitláhuac, ayer apareció en la mayoría de los diarios nacionales y hasta en el Washington Post de Chacaltianguis. Sucede que, todo trajeado como maestro marista, saco azul a cuadros y pantalón oscuro, aparece en una foto junto a una viejecita, que sucede es la directora de Capufe, llamada Elsa Julita Veites Arévalo. La foto le dio la vuelta al mundo y creo que llegó hasta Ukrania, la que bombardea Putin. Todos se fueron con la finta. Daban por un hecho que la mugre y retardada caseta de Capufe en Fortín, se iba a la burguer, como diaria un chamaco leperón, pero he ahí que no, dice la directora que ella conoce el problema, pero no lo soluciona digo yo, y después de darle la suave a todos: empresarios, transportistas, trabajadores, ciudadanos que cruzan esa Franja de Gaza, Córdoba-Orizaba, y han padecido las horas para cruzarla la señora directora dijo que la próxima semana se trasladará a la zona. Hace bien, no hay peor lucha que la que no se hace. Ni el gobernador Cuitláhuac volvió a pararse por aquí cuando un día todo orondo dijo que la quitaría, y de allá arriba le jalaron las orejas y le dijeron si él estaba dispuesto a reembolsar los 6 millones o más que ingresan diario, y entonces se calló y cayó. Dice la señora que la solución es, por lo pronto, casetas móviles (esas ya las han puesto y no sirven para nada), métodos de prepago y el telepago (nada de eso sirve). Lo que necesitan es ampliar las casetas de cobro y en lugar de las mugres seis casetas, tres de cada lado, deben poner unas 30, 15 de cada lado, pero como el patrón AMLO anda en la austeridá (sic), pues esta gente no mete empleos. Además, el CCE que preside Luis Montesinos, ya les tiene unos terrenos donde pueden ubicarla, eso sí, si las ubican las tienen que poner con 30 casetas de cobro, 15 de cada lado.
LOS PICUDOS DE CAPUFE
Por Capufe han pasado muchos picudos, uno de ellos de allí salió a gobernador de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios, Es conocida esa anécdota que platiqué, cuando su segundo de a bordo, su colaborador Guillermo González Díaz, estaba con el hombre leyenda en Capufe, le dijo que le diera un raid en su Tsuru de Guillermo. El Willy se puso como chofer designado y se fueron a Los Pinos, con el presidente Miguel de la Madrid, que acababa de llamar al director de Capufe. Willy llegó y esperó afuera. Dentro se escucharon las palabras mayores, tesis de Luis Spota, cuando salió. Guillermo preguntó a su jefe: ¿Para dónde, don Fernando? ¡Para Veracruz, a servir a nuestros paisanos! Ya ni regresaron a Capufe, con su paliacate clásico al cuello se fueron por la libre y llegaron al Puerto a cantar victoria. Otro encumbrado lo fue Gustavo Carvajal Moreno, veracruzano que despreció la gubernatura, porque pensaba que el presidente López Portillo lo haría candidato a la presidencia, su sucesor. Y se quedó con el bat al hombro. Ya le había dicho vete a Veracruz, hay buen tiempo y palmeras borrachas de sol, y el gordis no quiso. Tiempo después, cuando quiso pelearle a Miguel Alemán la gubernatura, lo enviaron a Capufe de consolación. He sido crítico de Capufe desde hace años, el peor Capufe fue el de Peña Nieto y sus corruptelas, con el esteta de la corrupción, Gerardo Ruiz Esparza, a quien así llamó la revista Proceso, y junto a los compadres, Benito Neme, hicieron de ese Capufe un foco de corrupción.
LAS VENTAJAS
Hay algo que reconocerle a Sergio Gutiérrez Luna, le lleva ocho cuadras de ventaja a la Rocío Nahle y unas 16 al gobernador. Los empresarios de la zona, uno de ellos me lo comenta ahora, le reconocen que, al menos, anda haciendo la lucha, lo que no han hecho los otros zacatones. Y si lo logra, se encumbrará a los altares de esta lucha, donde han llegado desde gobernadores, senadores, diputados y cuantos benditos se aparecen, y nadie mueve esta mugre caseta que, para atravesarla, demoras una hora ahí parado a lo tonto. Vale Checo, apúrale.